La
visión para la conservación de la biodiversidad y recursos
naturales ha girado hacia un nuevo paradigma para la conciliación
entre el aprovechamiento de los recursos, la calidad de vida de los
asentamientos humanos y la conservación del patrimonio natural,
aseguró Ernesto Rodríguez Luna, director del área
académica Biológico-Agropecuaria de la UV, durante el
II Congreso Mexicano de Primatología, celebrado en el Instituto
de Ecología (Inecol). |
Reconoció que en materia de conservación de primates,
las Áreas Naturales Protegidas (ANP) constituyen la táctica
fundamental en la conservación de especies y de ecosistemas,
sin embargo, el manejo de estas áreas en México presenta
serias dificultades.
La principal de ellas es que la mayoría carece de planes
de manejo y de una visión integral en la que los habitantes
de la región deben sujetar sus actividades productivas a
un proceso de ordenamiento ecológico para asegurar el desarrollo
sustentable de la región. No hacerlo implica pérdida
de recursos naturales, suspensión de servicios ambientales,
pérdida de ecosistemas y cancelación de las oportunidades
para el desarrollo regional.
Se refirió a la “lista roja” que emite la UICN,
en la que se estudia y publica el estado actual de los animales
y plantas del mundo y dijo que, “del millón 700 mil
especies existentes en el mundo, sólo se han evaluado unas
40 mil; estos estudios arrojan que por lo menos 25 especies de primates
del mundo se encuentran en grave peligro”.
Sobre las ANP señaló que en el país, de las
188 consideradas con tal rango, sólo 30 cumplen con un plan
de manejo de especies y recursos naturales, no obstante observar
deficiencias en sus políticas.
Dijo que la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, que cuenta con
respaldo de los gobiernos federal y estatal, es el mejor ejemplo
de lo que hace falta en pro de la conservación de los primates,
ya que se ha identificado que fuera de los tres núcleos donde
se conserva a varias especies, existen varias poblaciones de primates
aisladas en las zonas bajas que cuentan con pocas posibilidades
de sobrevivencia, lo que hace necesario replantear las estrategias
de manejo en las ANP desde una visión más general.
En contraste, y como ejemplo de un caso exitoso en desarrollo sustentable,
Rodríguez Luna proyectó el documental “La flor
de Catemaco”, que muestra la comercialización de la
Palma Camedor, introducida en esta zona de la selva veracruzana
para aprovechar 100 hectáreas. Esta especie se ha convertido
en un producto de exportación y recibió el Premio
Nacional Forestal.
Señaló que en materia de desarrollo sustentable aún
hay mucho por hacer, sobre todo para dar respuesta a los distintos
sectores interesados directamente en la conservación del
ambiente.
Para ello, la UV está formando nuevos cuadros de profesionales
en manejo de vida silvestre con la puesta en operación de
la carrera de Técnico Superior Universitario en Manejo de
Vida Silvestre en Acayucan y, próximamente, en Catemaco.
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