Año 5 • No. 181 • mayo 30 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Jorge Vázquez Pacheco
Mantener un elevado nivel de ejecución, responsabilidad de los integrantes de la Sinfónica, comenta quien recientemente fue reconocido con el Premio al Decano de la UV
“Cuando uno se desempeña en sus labores, no piensa en premios”, comenta el maestro ucraniano Míkhail Medvid, concertino de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, en un español límpido y adecuadamente pulido que parece haber borrado su lengua natal, el ruso. “Y sobre todo cuando se tiene una responsabilidad como la mía. Ser concertino de la Sinfónica de Xalapa requiere de un alto nivel artístico. Eso es importante, pero también es necesario mantener ese nivel y tratar de superarlo continuamente”.

Distinguido con el Premio al Decano por la Universidad Veracruzana, Medvid considera: “Mi posición dentro de la orquesta me compromete a resguardar la coordinación entre los diversos grupos de instrumentos, mantener inmaculada la afinación de los mismos –desde los primeros violines hasta los metales–, tocar los solos de las sinfonías y obras de repertorio, asesorar a los nuevos integrantes, establecer las arcadas de los instrumentos de cuerda… en fin, no es asunto sencillo”.

El Premio al Decano, del que son depositarios también María Concepción Sánchez Rovelo, Guillermo de León Adams, Romeo Antonio Figueroa Bermúdez y César Ignacio Beristáin Guevara, representa para este experimentado violinista una satisfacción importante, una más que su elogiable labor le ha reportado.
Después de considerar sus méritos de liderazgo académico y participación destacada en las actividades universitarias, el violinista de origen ucraniano agradece profundamentela distinción otorgada por la UV.


Míkhail Medvid.
Míkhail Medvid
Se integró a la OSX en 1990. Originario de Ucrania, donde inició sus estudios artísticos, logró ingresar al Conservatorio de Moscú, una de las instituciones de enseñanza musical más renombradas, para estudiar allí con el legendario violinista David Oistrakh y con Valeri Klimov, ganador este último del primer premio en el concurso internacional Chaikovski de 1958, una de las preseas artísticas más codiciadas en el planeta.

En 1972, como integrante de la Orquesta del Conservatorio de Moscú, ganó el primer premio y medalla de oro en el concurso Herbert von Karajan de Berlín. Al graduarse de esa institución, en 1975, inició una intensa actividad como recitalista y concertista, tocó con varias de las orquestas más célebres de la ex Unión Soviética, Rumania, Austria, la antigua República Democrática de Alemania, Hungría, Checoslovaquia y Canadá. Por su intenso y fructífero desempeño, la República de Ucrania le otorgó el título de Artista Benemérito.

Desde su arribo a Xalapa, Míkhail Medvid ha sido protagonista de un proceso evolutivo que ha convertido a nuestra Sinfónica en uno de los conjuntos de mayor reconocimiento en América Latina y, para muchos analistas, en la mejor orquesta sinfónica de México. Considera que este proceso fue iniciado por Francisco Savín y consolidado firmemente por Carlos Miguel Prieto.

“Con Prieto, la orquesta ha alcanzado un nivel de verdad considerable. Esto ha sido corroborado por las actuaciones en la reciente gira hacia Europa, en la que nuestra orquesta fue recibida cálidamente y observado con respeto su desempeño. Carlos Miguel Prieto ha conseguido traernos a solistas de enorme importancia como Antonio Meneses, Ida Kavafian, Andrés Díaz, Philippe Quint, Barnabas Kelemen, Kirill Gerstein y otros más”.

“Por añadidura, Prieto ha conducido a la Sinfónica de Xalapa hacia un repertorio escasamente trabajado en México. Con él hemos interpretado las sinfonías más ambiciosas y difíciles de Shostakovich, Mahler, Prokofiev y otros muchos compositores importantes. Este repertorio es difícil, pero gracias al mismo la orquesta mantiene un nivel profesional elevadísimo, y eso se corroboró en las actuaciones en las salas de Ámsterdam y Rótterdam, dos de los recintos más renombrados de Europa”.

Combinado su desempeño en la OSX con una elogiable labor pedagógica, Medviv ha sido maestro de alumnos jóvenes tan destacados como Francisco Ladrón de Guevara, quien recientemente obtuvo tres premios importantes en un concurso en Checoslovaquia y ante una concurrencia en que se contaban muchos talentos llegados de todo el mundo. Hay además otros alumnos como Margarita Sleziak, quien se ha graduado recientemente en la Facultad de Música con honores; Tonatiuh García, que continúa su preparación en Barcelona; Elizabeth Gutiérrez, Tonatiuh Bazán Piña, actualmente miembro de la sección de violines de la misma OSX; Yuri Inti Bullón, integrante de la fila de violas en la OSX; Félix Alanís y Joanna Lemiszka. Estos últimos, premiados recientemente en Xalapa.

Moscú, el Conservatorio y el estilo ruso
En el Conservatorio de Moscú, que muchos consideran La Meca de la educación musical, Medvid tuvo el privilegio de compartir con verdaderas leyendas de la interpretación. Egresado en 1975, aún estaban vivos y en plena actividad los violinistas David Oistrakh y Leonid Kogan, los pianistas Emil Gilels y Sviatoslav Richter, entre muchos otros.

“Uno tenía la oportunidad de verlos estudiar y enseñar, asistir a sus recitales y charlar con ellos. Pero además podíamos seguir el desempeño de maestros visitantes como Yehudi Menuhin, Isaac Stern, Ruggiero Ricci, Henryk Szeryng y otros músicos destacados. No era sencillo entrar al Conservatorio de Moscú; sólo ingresaban algo así como 25 alumnos violinistas al año, incluyendo los que llegaban del extranjero. Si tomamos en cuenta que la Unión Soviética contaba con 250 millones de habitantes, con conservatorios tan famosos como el de Leningrado y escuelas importantes en cada ciudad, realmente era un privilegio ingresar allí”.

Medvid deriva ahora la entrevista hacia el estilo “ruso”. La óptica de observación desde Occidente nos indicaba que ese estilo era una forma de interpretación “de garra”, de fuerza y vigor que en algunas ocasiones podía funcionar en detrimento del lirismo y la delicada musicalidad.

“Creo que continúa siendo así. Pero no debemos perder de vista que esa escuela rusa se ha formado a lo largo de muchos años mediante grandes pedagogos y grandes músicos. Recordemos que el gran violinista polaco Henryk Wieniawski daba clases en el Conservatorio de San Petersburgo, y le sustituyó Leopold Auer, otro gran maestro. Y de sus alumnos puedo mencionar a Abraham Yampolsky, Jascha Heifetz y Mischa Elman. Estamos hablando de gentes que han hecho historia y son considerados grandes músicos del siglo XX, sin contar a los jóvenes que destacan hoy, como Vladimir Spivakov”

“Mi concepto estético es ruso, indudablemente, pero la forma de interpretación la dictamina el compositor mismo. Yo no puedo decir que debe interpretarse de una sola forma la música de uno y otro compositor. En ello debe haber un profundo estudio y conocimiento de su estilo, de su forma de escribir, de su personalidad y su época”

Viene a la mente la actuación del joven violinista ruso Philippe Quint, a quien le escuchamos interpretar un espléndido Concierto de Chaikovski, pero los resultados no fueron los mismos con el Quinto concierto de Mozart.

“Es posible que eso se deba a la identificación de cada intérprete hacia un estilo determinado. Me inclino a suponer que el clasicismo de Mozart no le acomoda a Quint, mientras que el romanticismo de Chaikovski sí. Puedo mencionar muchos violinistas que se enfrentaron al mismo problema. Szeryng era un gran especialista en la música de Bach, ente otros, pero nunca le sentó bien el virtuosismo de un Paganini, por ejemplo”

Antes de arribar a Xalapa, Medvid se desempeñaba como concertino de la Orquesta de Cámara de Uzhorod y trabajaba para dos empresas de promoción artística.

Ambas realizaban conciertos a lo largo y ancho de la Unión Soviética. Esa experiencia ha sido de enorme valía para la forja de un músico tan completo como Míkhail Medvid.