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Jorge
Vázquez Pacheco |
Mantener
un elevado nivel de ejecución, responsabilidad de los integrantes
de la Sinfónica, comenta quien recientemente fue reconocido
con el Premio al Decano de la UV |
“Cuando
uno se desempeña en sus labores, no piensa en premios”,
comenta el maestro ucraniano Míkhail Medvid, concertino de
la Orquesta Sinfónica de Xalapa, en un español límpido
y adecuadamente pulido que parece haber borrado su lengua natal, el
ruso. “Y sobre todo cuando se tiene una responsabilidad como
la mía. Ser concertino de la Sinfónica de Xalapa requiere
de un alto nivel artístico. Eso es importante, pero también
es necesario mantener ese nivel y tratar de superarlo continuamente”.
Distinguido con el Premio al Decano por la Universidad Veracruzana,
Medvid considera: “Mi posición dentro de la orquesta
me compromete a resguardar la coordinación entre los diversos
grupos de instrumentos, mantener inmaculada la afinación de
los mismos –desde los primeros violines hasta los metales–,
tocar los solos de las sinfonías y obras de repertorio, asesorar
a los nuevos integrantes, establecer las arcadas de los instrumentos
de cuerda… en fin, no es asunto sencillo”.
El Premio al Decano, del que son depositarios también María
Concepción Sánchez Rovelo, Guillermo de León
Adams, Romeo Antonio Figueroa Bermúdez y César Ignacio
Beristáin Guevara, representa para este experimentado violinista
una satisfacción importante, una más que su elogiable
labor le ha reportado.
Después de considerar sus méritos de liderazgo académico
y participación destacada en las actividades universitarias,
el violinista de origen ucraniano agradece profundamentela distinción
otorgada por la UV. |
Míkhail
Medvid. |
Míkhail
Medvid
Se integró a la OSX en 1990. Originario de Ucrania, donde inició
sus estudios artísticos, logró ingresar al Conservatorio
de Moscú, una de las instituciones de enseñanza musical
más renombradas, para estudiar allí con el legendario
violinista David Oistrakh y con Valeri Klimov, ganador este último
del primer premio en el concurso internacional Chaikovski de 1958,
una de las preseas artísticas más codiciadas en el planeta.
En 1972, como integrante de la Orquesta del Conservatorio de Moscú,
ganó el primer premio y medalla de oro en el concurso Herbert
von Karajan de Berlín. Al graduarse de esa institución,
en 1975, inició una intensa actividad como recitalista y concertista,
tocó con varias de las orquestas más célebres
de la ex Unión Soviética, Rumania, Austria, la antigua
República Democrática de Alemania, Hungría, Checoslovaquia
y Canadá. Por su intenso y fructífero desempeño,
la República de Ucrania le otorgó el título de
Artista Benemérito. |
Desde
su arribo a Xalapa, Míkhail Medvid ha sido protagonista de
un proceso evolutivo que ha convertido a nuestra Sinfónica
en uno de los conjuntos de mayor reconocimiento en América
Latina y, para muchos analistas, en la mejor orquesta sinfónica
de México. Considera que este proceso fue iniciado por Francisco
Savín y consolidado firmemente por Carlos Miguel Prieto.
“Con Prieto, la orquesta ha alcanzado un nivel de verdad considerable.
Esto ha sido corroborado por las actuaciones en la reciente gira
hacia Europa, en la que nuestra orquesta fue recibida cálidamente
y observado con respeto su desempeño. Carlos Miguel Prieto
ha conseguido traernos a solistas de enorme importancia como Antonio
Meneses, Ida Kavafian, Andrés Díaz, Philippe Quint,
Barnabas Kelemen, Kirill Gerstein y otros más”.
“Por añadidura, Prieto ha conducido a la Sinfónica
de Xalapa hacia un repertorio escasamente trabajado en México.
Con él hemos interpretado las sinfonías más
ambiciosas y difíciles de Shostakovich, Mahler, Prokofiev
y otros muchos compositores importantes. Este repertorio es difícil,
pero gracias al mismo la orquesta mantiene un nivel profesional
elevadísimo, y eso se corroboró en las actuaciones
en las salas de Ámsterdam y Rótterdam, dos de los
recintos más renombrados de Europa”.
Combinado su desempeño en la OSX con una elogiable labor
pedagógica, Medviv ha sido maestro de alumnos jóvenes
tan destacados como Francisco Ladrón de Guevara, quien recientemente
obtuvo tres premios importantes en un concurso en Checoslovaquia
y ante una concurrencia en que se contaban muchos talentos llegados
de todo el mundo. Hay además otros alumnos como Margarita
Sleziak, quien se ha graduado recientemente en la Facultad de Música
con honores; Tonatiuh García, que continúa su preparación
en Barcelona; Elizabeth Gutiérrez, Tonatiuh Bazán
Piña, actualmente miembro de la sección de violines
de la misma OSX; Yuri Inti Bullón, integrante de la fila
de violas en la OSX; Félix Alanís y Joanna Lemiszka.
Estos últimos, premiados recientemente en Xalapa.
Moscú,
el Conservatorio y el estilo ruso
En el Conservatorio de Moscú, que muchos consideran La
Meca de la educación musical, Medvid tuvo el privilegio
de compartir con verdaderas leyendas de la interpretación.
Egresado en 1975, aún estaban vivos y en plena actividad
los violinistas David Oistrakh y Leonid Kogan, los pianistas Emil
Gilels y Sviatoslav Richter, entre muchos otros.
“Uno tenía la oportunidad de verlos estudiar y enseñar,
asistir a sus recitales y charlar con ellos. Pero además
podíamos seguir el desempeño de maestros visitantes
como Yehudi Menuhin, Isaac Stern, Ruggiero Ricci, Henryk Szeryng
y otros músicos destacados. No era sencillo entrar al Conservatorio
de Moscú; sólo ingresaban algo así como 25
alumnos violinistas al año, incluyendo los que llegaban del
extranjero. Si tomamos en cuenta que la Unión Soviética
contaba con 250 millones de habitantes, con conservatorios tan famosos
como el de Leningrado y escuelas importantes en cada ciudad, realmente
era un privilegio ingresar allí”.
Medvid deriva ahora la entrevista hacia el estilo “ruso”.
La óptica de observación desde Occidente nos indicaba
que ese estilo era una forma de interpretación “de
garra”, de fuerza y vigor que en algunas ocasiones podía
funcionar en detrimento del lirismo y la delicada musicalidad.
“Creo que continúa siendo así. Pero no debemos
perder de vista que esa escuela rusa se ha formado a lo largo de
muchos años mediante grandes pedagogos y grandes músicos.
Recordemos que el gran violinista polaco Henryk Wieniawski daba
clases en el Conservatorio de San Petersburgo, y le sustituyó
Leopold Auer, otro gran maestro. Y de sus alumnos puedo mencionar
a Abraham Yampolsky, Jascha Heifetz y Mischa Elman. Estamos hablando
de gentes que han hecho historia y son considerados grandes músicos
del siglo XX, sin contar a los jóvenes que destacan hoy,
como Vladimir Spivakov”
“Mi concepto estético es ruso, indudablemente, pero
la forma de interpretación la dictamina el compositor mismo.
Yo no puedo decir que debe interpretarse de una sola forma la música
de uno y otro compositor. En ello debe haber un profundo estudio
y conocimiento de su estilo, de su forma de escribir, de su personalidad
y su época”
Viene a la mente la actuación del joven violinista ruso Philippe
Quint, a quien le escuchamos interpretar un espléndido Concierto
de Chaikovski, pero los resultados no fueron los mismos con el Quinto
concierto de Mozart.
“Es posible que eso se deba a la identificación de
cada intérprete hacia un estilo determinado. Me inclino a
suponer que el clasicismo de Mozart no le acomoda a Quint, mientras
que el romanticismo de Chaikovski sí. Puedo mencionar muchos
violinistas que se enfrentaron al mismo problema. Szeryng era un
gran especialista en la música de Bach, ente otros, pero
nunca le sentó bien el virtuosismo de un Paganini, por ejemplo”
Antes de arribar a Xalapa, Medvid se desempeñaba como concertino
de la Orquesta de Cámara de Uzhorod y trabajaba para dos
empresas de promoción artística.
Ambas realizaban conciertos a lo largo y ancho de la Unión
Soviética. Esa experiencia ha sido de enorme valía
para la forja de un músico tan completo como Míkhail
Medvid.
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