Año 5 • No. 181 • mayo 30 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Autonomía
Aprendizaje autónomo
Sergio Valdivia Navarro

Al pensar en las ventajas y desventajas de la autonomía en el aprendizaje, pero sobre todo en las deventajas, saltan a nuestra mente esas críticas que hemos escuchado de que es un ‘invento’ de las sociedades occidentales individualistas y que en sociedades que se inclinan más por el colectivismo, ésta no tendría la misma aceptación. Aparte está el hecho de que en México, nuestra cultura educativa nos ha mantenido siempre en un entorno de salón de clase y, al salirnos de éste, nos enfrentamos a dudas y temores ante un aprendizaje que creemos que no nos funcionará, dado que mantenemos la creencia de que la presencia de un maestro es necesaria, tal vez por la falta de confianza que tenemos hacia nosotros mismos y hacia nuestras capacidades para aprender de una manera más autónoma.

Pero todo lo anterior tiene lógica sólo si pensamos que la autonomía es un estudio en ‘aislamiento’ y ya hemos visto que eso es erróneo, puesto que la autonomía en el aprendizaje se da incluso en un entorno de salón de clase. Entonces, ahora surge la pregunta: ¿es posible concebir la autonomía del aprendizaje en una sociedad que se inclina más por la colectividad que por el individualismo? La respuesta es: Sí.

Además, existen algunos teóricos que piensan que el término ‘autonomía en el aprendizaje’ resulta redundante, ya que aseguran que nadie más puede aprender por nosotros mismos y que no importa qué tan solos o acompañados estemos, siempre el proceso de aprendizaje se da en lo individual. Somos nosotros y sólo nosotros los que individualmente integramos un conocimiento o una habilidad nueva a las que ya poseemos. Y no habrá nadie que pueda entrar en nuestras mentes para ayudarnos o incluso, obligarnos a aprender algo, si no lo queremos.

En una sociedad colectivista, como podría ser la mexicana, actuamos y pensamos en función de una poderosa influencia que nos rodea y con la cual crecimos. Sin embargo, aunque esté en muchos aspectos de nuestras vidas, existen acciones como el aprendizaje que sigue y seguirá siendo totalmente individual. Nuestros maestros y compañeros sólo estimulan un proceso de instrucción grupal, pero al final seremos nosotros los que interiorizaremos ese nuevo conocimiento o esa nueva habilidad.

¿Cómo se puede conciliar el colectivismo con la autonomía del aprendizaje? Primero, no debemos olvidar que la autonomía se refiere a potencializar nuestras capacidades individuales para aprender en favor de un aprendizaje más eficiente en todos los aspectos.

Cuando existe una inclinación de nuestros estudiantes a trabajar en grupo, no debemos ir en contra de esto; es más, saquemos ventaja de ese estilo de trabajo para desarrollar sus capacidades individuales. Estas actividades pueden estar dirigidas a un apoyo mutuo y así aumentar su conciencia sobre sus procesos de aprendizaje: aprender a aprender. Todo esto permitirá un intercambio abierto donde se compartan experiencias personales de aprendizaje, ya que no estamos hablando de que esta concientización sea sólo provocada por el maestro. El contacto entre compañeros puede acercarlos también a los mecanismos de aprender a aprender.

Esto nos lleva a concluir que la autonomía del aprendizaje puede desarrollarse no sólo en una comunidad individualista sino que también tendremos un espacio adecuado cuando se trate de una sociedad colectivista. Ambas apoyarán el aprendizaje de cada uno de nuestros estudiantes en lo individual.