Año 5 • No. 183 • Junio 13 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Información General


 Ex-libris

 Gestión Institucional

 Investigación

 Vinculación

 Estudiantes


 Arte Universitario

 
Foro Académico
 
 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 
Es historia de imposición del poder económico
Embargos atuneros a México, pretextos
de EU para pescar en nuestras costas
Juan Carlos Plata
México, DF.- Los embargos atuneros impuestos a México por los Estados Unidos en 1980 y 1990 tuvieron un trasfondo de imposición del poder económico y fueron una respuesta a las acciones mexicanas para defender la soberanía del territorio marino nacional, aseguró Julia Carabias, durante la presentación de libro de la investigadora Etelvina Caudillo Cisneros Los embargos atuneros en México, sus impactos y actores sociales, coeditado por la Universidad Veracruzana (UV).
  “Esta fue una historia ilustrativa de imposición del poder económico, de presiones y chantajes; en la que la parte acusadora se evidenció como carente de moral y con una gran habilidad de planeación estratégica basada en la mentira y la mercadotecnia y en el mercenarismo; fue una historia de avances y retrocesos, en la que no hubo vencedores ni vencidos, hay pro y contra como explica bien la autora en sus conclusiones”, aseguró quien fuera titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca durante el gobierno de Ernesto Zedillo.

El libro, que fue premiado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM como el mejor trabajo de tesis referente a estos temas en 2003, pues narra, documenta y analiza desde el punto de vista sociológico, los procesos derivados de los embargos atuneros y especifica sus impactos y presenta a todos los actores sociales que intervinieron.

La autora, licenciada en Sociología por la UV, aseguró que el haber documentado a profundidad, todo el proceso vivido por la industria atunera mexicana, a través de dos décadas cruciales en el desarrollo del comercio mundial, permite reflexionar a cerca de los actores involucrados, principalmente el estado mexicano y los industriales del ramo que tuvieron importantes victorias en la arena de la globalización, al lograr modificar una ley estadounidense, experiencia inédita en la historia del comercio exterior mexicano, y que no sólo es útil para los atuneros embargados, sino para otros sectores sociales y productivos de México y América Latina.

La presentación de libro, llevada a cabo en el Centro Cultural “Isidro Fabela” en la Ciudad de México, estuvo a cargo de Julia Carabias Lillo, Alfredo Andrade Carreño y Antonio Díaz de León, representante de México en la Comisión Interamericana del Atún Tropical.

Carabias Lillo, que estuvo directamente involucrada en las gestiones de resolución del segundo conflicto, aseguró que el primer embargo, de 1980 a 1986, se debió a que México había declarado su zona de exclusividad económica, que impedía que embarcaciones extranjeras pescaran en aguas nacionales.

“Hay muchas especies de atún en el mundo, de las que habitan en el Pacífico tropical y el atún «aleta amarilla” –que se encuentra principalmente en el litoral mexicano es, con mucho, el mejor– que ningún otro le iguala en calidad y por obviedad es altamente cotizado.

“México hizo la declaratoria de la zona exclusiva económica y se hizo de una flota importante para pescar ese atún y resultó una amenaza para la flota atunera norteamericana, por lo que los Estados Unidos tuvieron que encontrar el bloqueo por donde fuera”, afirmó Julia Carabias.

Para 1990, el bloqueo fue impuesto por razones ambientalistas, los Estados Unidos acusaron a la flota atunera mexicana de matar cerca de 20 mil delfines al año y varias organizaciones ecologistas se sumaron a la condena internacional. No es casualidad que el embargo se haya dado en el mismo año que se llevó a cabo la Cumbre de Río, que resultó ser la punta de lanza para el movimiento ecologista mundial, sin tomar en cuenta los cerca de 100 mil delfines que mataba anualmente la flota norteamericana en aguas mexicana hasta 1980.

“Desde principios de los años 80 la flota mexicana contaba con tecnología de punta para la pesca del atún, se utilizaba la técnica «de cerco”, que protege a los delfines pero no se estaba utilizando de manera correcta, por lo que era cierta la matanza de delfines, pero la situación fue presentada de manera escandalosa e inapropiada, sobre todo por un grupo pseudo ecologista llamado Earth Island que, principalmente, se dedica a vender etiquetas Dolphin safe, que equivale a una certificación ambientalista, para las marcas de atún estadounidense», dijo Carabias.

La ex titular de la Semarnap dijo que este tema se convirtió en parte importante de la agenda nacional al más alto nivel, en las reuniones bilaterales anuales México-Estados Unidos, se discutía tres temas principales: narcotráfico, migración, y atún; este último siempre propuesto por la delegación mexicana.

“Gracias al intenso trabajo realizado por científicos y autoridades mexicanos en estas reuniones y en juntas con los grupos ecologistas serios como Greenpeace y World Wildlife Found, se logró que la visión cambiara, que se propusiera una solución y que quedara evidenciado que el bloqueo había tenido una motivación comercial y no ambientalista”.

Al mismo tiempo se logró establecer la norma mexicana de pesca de atún, que consistió en que la flota pesquera utilizara correctamente la tecnología con la que ya contaban y se logró abatir la mortandad de delfines, con lo que se llegó a sólo tres mil 600 muertes al año.

“Luego de que se demuestra que hay un cambio positivo en México, los Estados Unidos levantan el embargo atunero, pero de todas maneras no se exporta porque nuevamente Earth Island gana ante un juez el privilegio de hacer la etiqueta Dolphin safe y excluye de esa certificación al atún mexicano. No hay impedimentos legales para hacerlo, pero al no tener esa certificación nadie lo quiere comprar”, aseguró Carabias Lillo.