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Desde
Inglaterra
2005: ¿Hacer de la pobreza historia? / II
Por Fernando N. Winfield Reyes |
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conjeturarse en éste y en otros casos, que el impacto de las
campañas se refuerza con la nueva alianza que políticos,
gurús de la economía y activistas de los derechos humanos
hacen ahora (en el reconocimiento del papel central, desmesurado y
en ocasiones sin control, que se concede a los medios de comunicación,
casi exentos de toda crítica porque se sitúan más
allá de ésta) con la máquina que mueve las expectativas
y las voluntades de ese imaginario llamado “opinión pública”:
no es casual entonces que se otorgue un espacio preferente en el texto
a una presentación de Bono, quien en los últimos meses
ha lanzado distintos llamados a cambiar ciertas ideas que parecen
no tener ya cabida en el planeta, y que han sido incorporadas exitosamente
en el flujo de la producción y el consumo cultural, por ejemplo
con el disco de su grupo, U2 (2004/2005): How to dismantle an atomic
bomb.
Los números comparativos entre las estadísticas de la
riqueza del desarrollo y la pobreza del subdesarrollo tratan de construir
puentes conceptuales en los abismos de la realidad global. Lo que
parece poco en un contexto de abundancia, puede constituir una diferencia
en un contexto de pobreza. Éste es uno de los argumentos centrales
para movilizar a la opinión pública con capacidad económica
de una respuesta. |
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Una
pregunta se asoma con cierta duda perturbadora: ¿Y si sucediera
que la pobreza es un buen negocio? ¿Y si sucediera que la pobreza
es ahora también un producto mediático cuya mercadotecnia
constituye una nueva etapa en la evolución de las tendencias
del consumo? Seguramente tendríamos varias respuestas y una
de ellas plantearía tal vez que esta idea puede que no tenga
que ser necesariamente abolida, siempre y cuando los beneficiarios
finales a los que se alude en carteles e imágenes modifiquen
su condición positivamente. O sea, depende de qué se
considere como positivo para la superación de la pobreza. Un
indicador internacional señala que por debajo de un dólar
al día para atender las necesidades de un ser humano, se está
en una condición de pobreza extrema. ¿Dos dólares
serán suficientes para declarar la pobreza abolida de este
rasero de la economía global? ¿Tres dólares al
día? ¿Cuántos?
Debe considerarse también que gran parte de la operación
del orden económico actual sería inconcebible sin la
intervención de los llamados organismos de ayuda o agencias
internacionales para el desarrollo. Un texto crítico fundamental
para entender la evolución de estas ideas es el libro The History
of Development, from Western origins to Global Faith (2004) de Gilbert
Rist. |
El
crecimiento en número de organismos y de presupuestos para
la atención de un rango bastante amplio de problemas sociales,
sobre todo en los llamados países en desarrollo, sea como resultado
de agendas internacionales, compromisos institucionales o una minimalista
redistribución de la riqueza global, es una tendencia que actualmente
ocupa a un número significativo de personas. En países
como Inglaterra o los Estados Unidos, por ejemplo, constituye un tercer
sector alternativo que, de una manera creciente, implica la movilización
de recursos muy importantes hacia las tareas del desarrollo en las
llamadas organizaciones no gubernamentales (ONGs).
Recientemente, en los países del primer mundo, como se les
denomina a las economías con mayor capacidad de respuesta en
la satisfacción de las necesidades de su población,
se tuvo una experiencia sin precedente. A la convocatoria de recursos
de los organismos asistenciales para asistir a los damnificados del
tsunami en Asia y África, la población respondió
con enorme rapidez y con una generosidad desconocida en su escala.
A tal punto que hubo organizaciones que, una vez cumplido el objetivo
de dar asistencia a los damnificados, han reconducido su política
hacia otras iniciativas, como ha sido discutido en un foro sobre los
efectos del tsunami y la asistencia internacional organizado por el
Centre for Development and Emergency Practice en la Oxford Brookes
University (2005): Informing Empathy: Reflections on the Global Response
to the South Asia Disaster.
Hacer de la pobreza historia es una agenda que con excesiva facilidad
moverá la conciencia del presente y del futuro. Es una idea
grande y redonda como este planeta. Si tan sólo somos capaces
de reconocer las implicaciones prácticas que implica.
*El autor es profesor de la Facultad de Arquitectura de la UV
en Xalapa. Actualmente realiza un Post-Doctorado en el Joint Centre
for Urban Design (JCUD) en la Oxford Brookes University en Inglaterra.
Dirección electrónica: carpediem33mx@yahoo.com.mx |
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