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Afirmó también que buena parte de la política
pública, particularmente en América Latina y México,
ha tenido como enfoque muy importante lo físico y se ha asumido
desde la política que este nivel resuelve los problemas sociales,
por ejemplo, que la ampliación de calles resuelve el problema
de la movilidad y el transporte y no es así, y explicó
que el problema está en la visión global de expandir
las empresas automotrices y vender, a como de lugar, millones de coches.
El investigador, experto en temas de desarrollo regional, aseguró
que para hablar de desarrollo regional desde la perspectiva de la
globalización es necesario preguntarse cuáles son los
temas que están presentes en el concepto de globalización,
porque no sólo se trata de economía, y mencionó
cuatro puntos que deben ser tomados en cuenta a la hora de intentar
hacer un análisis del proceso de globalización.
“Uno, la globalización de los mercados, la apertura generalizada
de los mercados en el contexto internacional, con la consecuente ruptura
de barreras; dos, el surgimiento de la sociedad del conocimiento y
los avances tecnológicos que permiten la revolución
de la información; tres, la política, ya que el mundo
no es el mismo que hace 20 años, se han presentado cambios
globales sustanciales, así como también el nivel regional
como consecuencia de ese proceso de transformación internacional;
y cuatro, lo social, el papel que está jugando la sociedad
organizada y lo que nos está ocurriendo como individuos ante
la política y el consumo; y la actitud que estamos asumiendo
ante la
realidad global”.
Globalización,
apertura y sometimiento
Alfonso Iracheta aseguró que si bien la globalización,
por un lado, significa la apertura y la ruptura de barreras, por
otro lado también significa sometimiento, ya que los promotores
de este proceso de globalización de mercados, son los capitales
y los grandes organismos multilaterales (como el Banco Mundial,
BM), no los propios Estados; pero quienes son los verdaderos actores,
son los grandes consorcios comerciales y se desata una lucha entre
naciones en vías de desarrollo por atraer recursos financieros,
la lucha por los capitales extranjeros se ha convertido en una especie
de objetivo vital.
“La idea de la soberanía de las naciones ya es otra,
quedaron atrás los conceptos de soberanía que están
especificados en las constituciones, el firmar un pacto como el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es
una ruptura evidente, clara y directa de la soberanía nacional
en aras de un supuesto avance económico”, afirmó.
Aparentemente, con la globalización, los ciudadanos estamos
en mejores condiciones para crear bienes y servicios, para elevar
la calidad y tener una competitividad efectiva que hace caer los
precios y genera accesibilidad a lo que se produce, pero se está
viendo que ahora hay una impresionante variedad de productos en
los mercados nacionales que muy poca gente puede comprar.
“Hablamos de globalización de mercados y de flujo libre
de capitales, hay nuevos niveles y formas de competir, pero que
a final de cuentas son mercados que tienen límites, y éstos
empiezan a verse ahora desde diferentes perspectivas. Debemos preguntarnos
hasta dónde van a aguantar los mercados si en paralelo no
hay un cambio social relevante”, aseguró.
Iracheta Cenecorta aseguró que el tema de la desigualdad
y la pobreza no es responsabilidad única del proceso de apertura
de las economías al mercado global, pero es bien claro que
la globalización no ha ayudado en nada a reducir la desigualdad
y la pobreza en países del tercer mundo.
“De acuerdo a estadísticas y análisis se cree
que esto está asociado a la política, que los Estados
dejan que las fuerzas ciegas del mercado se hagan cargo de las decisiones
de distribución, de ofrecimiento de oportunidades, de manejo
de los recursos de toda naturaleza, eso genera que el Estado y la
sociedad pierdan palancas de control y de orientación del
aprovechamiento de los recursos”, dijo.
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