Año 5 • No. 190 • agosto 29 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Edgar Onofre Fernández
(Fotos: Luis Fernando Fernández y César Pisil)
Imposibilitada para generar empleo y riqueza mediante la instalación de industrias contaminantes, Xalapa está siendo proyectada por la Universidad Veracruzana, en el mediano plazo, como un importante centro tecnológico: la primera ciudad científica de México, que reúna en una superficie de 150 hectáreas donadas por el gobierno del estado, a la masa crítica de investigadores tanto de sus institutos como de otros centros de investigación que se asientan en la ciudad, y de otras instituciones del país y el extranjero.
A la manera de los tecnopolos franceses o de Silicon Valley en Estados Unidos, el proyecto Habitat.t, en palabras del director general de Investigaciones Víctor Alcaraz, plantea una serie de cadenas del conocimiento: desde la ciencia básica a la aplicada, hasta llegar al desarrollo tecnológico, que podría ser recogido por la empresa privada y usarlo como la base para la solución de sus problemas o, bien, para la producción de bienes de alto valor agregado que se comercialicen en el mercado global.
Aun en ciernes, el proyecto
Habitat.t de la UV ya ha registrado no sólo el interés de comunidades científicas de México y el extranjero, sino de algunas empresas de la Unión Europea (UE) y Sudamérica.
En los años cincuenta, en la zona sur del área de la bahía de San Francisco, en los Estados Unidos, un par de ingenieros norteamericanos interesados en el tema de los transistores electrónicos sentaron las primeras bases del lugar que terminó por convertirse en la cuna de los microprocesadores y que todavía al día de hoy se considera como el gran generador de alta tecnología en el mundo.

Sobre una vasta zona sin utilizar que pertenecía a la Universidad de Stanford, William Shockley y Frederick Terman lograron reunir a talentos como William Hewlett y David Packard para dar origen a Silicon Valley (Valle del Silicio y no del Silicón, como erróneamente se pensó durante años): una verdadera ciudad levantada en torno a la competencia tecnológica, primero alrededor de los transistores, luego de los semiconductores y finalmente de los microprocesadores que, en aquel entonces, permitieron al hombre viajar al espacio.

Silicon Valley es hoy el hogar de compañías como Intel, Apple o AMD y todavía es considerada por muchos como la cuna de la más alta tecnología del mundo.
Medio siglo después, la Universidad Veracruzana está por concretar el establecimiento de la primera ciudad científica y tecnológica del país, en un proyecto que, aunque con sus características propias, fácilmente remite a la historia de Silicon Valley.

A través del proyecto Habitat.t, la UV busca valerse de cuadros científicos y tecnológicos de primer nivel, provenientes de su propia planta académica, del país y el extranjero, para “modificar el perfil socioeconómico del estado, apoyándose en la investigación (científica y tecnológica), la cual se busca sea aprovechada por un grupo de empresas”, de acuerdo con el director general de Investigaciones, Víctor
Alcaraz Romero.

“Buscamos que la UV y otros grupos de investigación de instituciones tanto mexicanas como extranjeras formen una especie de masa crítica desde la que se puedan plantear una serie de cadenas del conocimiento: desde la ciencia básica a la ciencia aplicada, hasta llegar al desarrollo tecnológico, el cual podría ser recogido por la empresa privada y usarlo como la base para la solución de sus problemas o bien para la producción de bienes de alto valor agregado y que se comercialicen en el mercado global”.

Aún cuando todavía no se ha determinado su ubicación geográfica exacta, el gobierno del estado ha anunciado la donación de 150 hectáreas en las inmediaciones de la ciudad de Xalapa sobre las cuales se edificará el Habitat.t veracruzano: un conjunto de edificios de viviendas, laboratorios, talleres y sedes de las empresas interesadas, rodeados por la infraestructura necesaria para hacer amigable la vida al interior del desarrollo inmobiliario y modelados bajo los estándares de una arquitectura respetuosa y armoniosa respecto del entorno verde en el que se ubicará Habitat.t
De la agricultura a la ciencia y tecnología de vanguardia

Mediante el proyecto Habitat.t, la Universidad Veracruzana busca colaborar para que el estado pase de ser un estado predominantemente agropecuario a uno exportador de alta tecnología.

En el trance, de acuerdo con Alcaraz Romero, “se crean empleos para Veracruz y establecemos un espacio para la ciencia, la tecnología y la producción con alto valor agregado que permita colaborar con el desarrollo del país. Hoy estamos viendo la consecuencia de que en México no se haya volteado hacia la ciencia y la tecnología: aumento en la pobreza, falta de empleos o la incapacidad del país para situarse en el conjunto de las naciones desarrolladas. A través de Habitat.t, estaremos en condiciones de ayudar a superar, de manera progresiva, el gran atraso tecnológico que existe en México”.

Para alcanzar el objetivo, especialistas de la UV se encuentran desarrollando y realizando consensos entre sus pares nacionales y extranjeros para establecer lo que han dado en llamar “diez cadenas de conocimiento”.

A través de esas cadenas, los científicos de esta manera congregados estarían en posición de establecer nuevo conocimiento de las fuerzas de la naturaleza desde la ciencia básica, extraer aquello que pueda ser aprovechado de manera inmediata mediante la ciencia aplicada y asegurar que tales fuerzas, ya controladas, puedan ser llevadas a la producción.

Además, Alcaraz añadió que el esquema de colaboración en Habitat.t será distinto al de investigadores visitantes: “No estamos invitando a personas, sino a instituciones. Nos hemos acercado a la UNAM, al Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, la UAM, quienes ya están dispuestos a enviar grupos de investigación para formar algunas cadenas. Como ejemplo, podemos imaginar una cadena de investigación que relacionaría a los grupos de Inteligencia Artificial de la UV, del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), grupos de la UNAM y, siguiendo con el ejemplo, con Nokia o Telmex. Aunque este ejemplo es hipotético, tenemos más o menos armadas algunas de estas cadenas y ya tenemos el interés de empresas como Petrobras de Brasil y Pemex”.

Interés de la Unión Europea y Sudamérica
Al día de hoy, cuando las cadenas de conocimiento apenas terminan de tomar forma en manos de los especialistas y antes de que se inicien las obras del desarrollo inmobiliario que albergará Habitat.t, ya se ha registrado en la UV no sólo el interés de comunidades científicas de México y el extranjero, sino de algunas empresas de la Unión Europea (UE) y Sudamérica, según informó Alcaraz.

Víctor Alacraz Romero.
“Queremos ubicar grupos de investigación aquí, porque México es plataforma para un mercado muy importante, el de América del Norte. Nuestro país ofrece muchas posibilidades mediante los tratados comerciales que se han firmado con otros países y queremos que en Habitat.t se aprovechen éstos. Queremos hacer un espacio orientado hacia el mundo y proporcionar no sólo productos desarrollados para las empresas que lo necesiten, sino tecnologías que incluso serán de desarrollo libre y puestas en el mercado internacional de tecnología para ser comercializadas”.

Un esfuerzo de esta envergadura permitiría tanto a la Universidad como el país aumentar de manera significativa el número de patentes registradas: “El país tiene un número alto de patentes, pero la mayor parte son extranjeras, de compañías que quieren asegurar en México que los productos que ponen en el mercado no vayan a ser copiados. Pero las patentes mexicanas forman un número mínimo y desearíamos que, al contrario, haya un gran número de patentes mexicanas”, enfatizó.
Tecnologías limpias para una ciudad de arte y ciencia
Para las autoridades universitarias resulta de gran importancia que tanto el desarrollo inmobiliario de Habitat.t como el tecnológico cuenten con “una característica muy especial: queremos que estén muy relacionadas con el paisaje, porque las tecnologías que queremos desarrollar son tecnologías limpias. Buena parte de las empresas mexicanas y extranjeras son contaminantes, así que tenemos que asegurarnos de no contribuir al deterioro progresivo del planeta. Estamos hablando de desarrollar productos de alta tecnología pero no contaminantes”.

Además de que con este proyecto se pretende reconfigurar el perfil socioeconómico del estado y colaborar al despegue del país, también se pretender impulsar la transformación de Xalapa, la capital veracruzana que cuenta con una tradición importante en el tema del arte, en “una ciudad de las artes y las ciencias. Nos gustaría que el perfil de Xalapa lo constituyan la parte artística y también la parte científica”.
“En este momento existen buenas posibilidades para lograrlo, por el conjunto de institutos de investigación que están asentados en la ciudad, pero queremos aumentarlas formando una masa crítica conformada por investigadores provenientes de otras instituciones de México y el extranjero, los cuales, a su vez, permitirán conformar cuerpos científicos muy sólidos que aseguren a las empresas tener a su mano los medios para innovar continuamente y ser competitivas en el mercado mundial”.

Asimismo, añadió que respecto de la parte financiera –de gran preocupación para la ciencia mexicana– se ha establecido un esquema de colaboración en el que cada grupo de investigación que se aloje en Habitat.t lo hará con sus propios recursos: “Ya existe un grupo de investigadores de la UV, tiene su equipo y su personal de investigación, además de recursos que se pueden aprovechar. Si viene un grupo de la UNAM, ya viene con su equipo y sus recursos y ninguno de ellos pierde su imagen: siguen siendo UNAM, UV, Cinvestav, INAOE”.

Es evidente que cuando empiecen a trabajar con las empresas, el financiamiento vendrá de ellas mismas, mientras que las viviendas y los centros comerciales del Habitat.t serán los que habitarán y ocuparán trabajadores, científicos, empleados, ingenieros y técnicos: “Incluso esperamos que los centros comerciales sean quienes busquen un lugar porque habrá una población necesitada de muchos tipos de servicios. En Habitat.t hay un componente autofinanciable y generador de nuevos recursos”.

Miopía de las empresas mexicanas respecto de la ciencia
Por otra parte, el director de Investigaciones aseguró que en nuestro país “ha existido miopía por parte de las empresas, que han considerado que deben aprovecharse ciertas oportunidades de carácter puramente coyuntural para situarse en el mercado nacional y para ello han necesitado comprar tecnologías muy fáciles de adquirir en el extranjero. Obviamente no son tecnologías que les aseguren completa competitividad, sino las que puede utilizar cualquiera”.

Para garantizar la completa competitividad de una empresa “se necesita innovar continuamente: cuando una empresa tiene una tecnología que no tienen las otras, les gana la carrera. Y nuestros empresarios han sido miopes, en ese sentido. Han desconfiado del medio académico, algunas veces porque los académicos se han mantenido encerrados en sus laboratorios y han desarrollado tecnologías que no tienen relación directa con los problemas de la empresa y la industria”.

En el caso de que exista una relación directa como la que refirió Alcaraz –uno de los principales objetivos del Habitat.t– “no hablaríamos de una oferta del medio académico, de llevarle tecnologías a las empresas, sino de una demanda de las empresas para resolver cierto tipo de problemas. De esta manera, las empresas estarían en mejores condiciones de ingresar a estos esquemas de innovación continua y sacar productos al mercado que puedan competir y ganarle a la competencia. Pero sólo se puede ganar cuando cuentas con una nueva tecnología, una tecnología superior”, advirtió