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Es
mejor estudiar la cultura que tratar de definirla
El valor de los estudios culturales reside
en los productos que genera: Monsiváis
Edith Escalón |
Hemos
visto cómo la despolitización cree que ser indiferente
es ser objetivo, y cómo la politización cree que ser
moderno es ser radical, dijo el escritor, en coloquio realizado en
el marco de la FILU 2005 |
Ante
la imposibilidad de definir la cultura como un objeto de estudio,
es en los productos que genera su análisis –que han tenido
cuando menos en las editoriales un avance portentoso– donde
radica el valor de los estudios culturales, aseguró el escritor
Carlos Monsiváis, al abrir los trabajos del coloquio “Reflexiones
sobre la cultura en México”.
En el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario, el
autor de Los rituales del caos habló en la USBI de
la necesidad de partir, para este tipo de estudios, de una intuición
compartida acerca de lo que la cultura es, porque de otra manera “sería
imposible salir de una espiral donde la búsqueda de definiciones
anula las experiencias concretas”. |
![](images/_MG_4106.gif)
Carlos Monsiváis, durante su participación en la FILU. |
Con
su estilo crítico e irónico, Monsiváis comenzó
su participación con una serie de reflexiones y cuestionamientos
sobre este tópico inasible, frente a un auditorio que contó
con la presencia de la escritora Guadalupe Loaeza, el rector Raúl
Arias Lovillo y el escritor José Luis Rivas, director Editorial
de la UV, en una sesión que fue captada mediante el Sistema
de Videoconferencias en todo el estado.
“¿Quién, con espíritu de veracidad, localiza
hoy el presente?, ¿quién señala con cierta precisión
lo que es cultura?, ¿quién distingue entre los practicantes
de la teoría crítica y los practicantes de estudios
culturales?, ¿cómo seguir utilizando los conceptos ideología,
hegemonía y sociedad?, ¿quién, ante las disciplinas
de las ciencias sociales y las humanidades no exclama a la manera
de Rubén Darío: Y pues, contáis con todo, más
falta una cosa: la definición?”.
Monsiváis aseguró que el tema planteado empieza a tener
fuerza en la vida académica latinoamericana, aunque una fuerza
muy mediada por la crítica de estudios culturales. Puso como
ejemplo el equilibrio que surge en América Latina entre la
despolitización, ganosa de ratificar el prestigio de la indiferencia,
y la politización, que ansía modernizarse: “Hemos
visto cómo la despolitización cree que ser indiferente
es ser objetivo, y cómo la politización cree que ser
moderno es ser radical”.
Hasta hoy, “los estudios culturales son lo que cada uno decide
que sean”, y listó una serie de temas obligados, como
las migraciones culturales, la desaparición de un gran número
de fronteras (entre otras, las que separan los temas culturales),
las definiciones de cultura (que se multiplican en cada nueva edición),
el avasallamiento mediático, el género, la clase social,
la raza, y la modernidad, a la que no alcanza a hacerle mella su descendiente
y su proyecto de negación, la posmodernidad. Resaltó,
por ejemplo, los estudios de José Manuel Valenzuela Arce y
Rosana Reguillo, dos estudiosos de los fenómenos culturales
que también participarán en el Coloquio, de quienes
valoró el análisis de temas como la migración
y las mediaciones electrónicas, dos fuerzas notables en la
producción de los cánones culturales y en la determinación
de la cultura y la educación en esta etapa del siglo XXI.
Monsiváis insistió en la imposibilidad de dar definiciones:
“Si yo dijera con precisión qué son los estudios
culturales no estaría hablando de los estudios culturales”,
y sólo se atrevió a lanzar nombres como “credenciales
extracurriculares”, entre ellos Roland Barthes, Walter Benjamín,
la escuela de Frankfurt, Michel Foucoault, José Martí,
Octavio Paz, Francisco Ramero…
Citó una frase de Walter Benjamín sin la cual, según
dijo, su ponencia no tendría nada que ver con estudios culturales
“todo documento de civilización es también un
documento de barbarie”, y aseguró que esta frase debería
de estar más para asimilarse que para comprenderse, en el frontispicio
de los estudios culturales, porque indica la frivolidad de aceptar
sumisamente el estado de las cosas: “El culto a lo efímero
participa agudamente de la civilización y de la barbarie”.
Acompañaron al escritor: Celia del Palacio, investigadora del
Instituto de Investigaciones Histórico Sociales y coordinadora
de Coloquio; Pilar Velasco Muñoz-Ledo, secretaria Académica
de la UV; Víctor Aguilar Pizarro, presidente de la Fundación
UV, y Rogelio Carvajal, representante de la Editorial Océano.
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