Año 5 • No. 192  • Septiembre 12 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Señaló Kenneth Morrison
Discriminación y estigmatización,
daños colaterales del VIH-Sida
Ricardo Luna
La estigmatización que se hace de las personas que han desarrollado el VIH-Sida ha causado que la enfermedad multiplique sus efectos negativos, al agregar a los que la portan un proceso de segregación por la discriminación social, advirtió Kenneth Morrison Metke, jefe del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, con sede en Cuernavaca.

Señaló que esta epidemia, considerada uno de los problemas de salud pública más importantes en el mundo, afecta a poblaciones sociales marginadas sobre todo a personas involucradas en sexo comercial, usuarios de drogas intravenosas así como hombres que tienen sexo con otros hombres.

“La enfermedad está íntimamente relacionada con las diversas culturas sexuales y tiene como principal población objetivo a personas en edad productiva y reproductiva, lo que hace que la epidemia tenga implicaciones psicológicas, sociales, económicas, políticas y éticas, que trascienden el ámbito de la salud”.

En países como México, hay el estigma de que esta enfermedad está ligada a la homosexualidad, de ahí la elevada homofobia entre la población masculina. Otro estigma es el miedo a la propia enfermedad o a los riesgos infundados de contraerla.

Morrison Metke precisó que el VIH-Sida se ha convertido en una epidemia concentrada: se registran cinco hombres infectados por cada mujer y la mayoría de estos hombres lo contrajeron a través de una relación con otro hombre.

Este problema tiene muchas consecuencias, como que las personas tengan miedo a hacerse la prueba, aun teniendo los servicios de salud a la mano, o que aquellas que ya asistieron a los servicios médicos se oculten de los demás para tomar sus medicamentos, lo que a veces ocasiona que el virus genere resistencia por la suspensión de los tratamientos médicos.

El investigador señaló que en la actualidad el uso correcto y consuetudinario del condón sigue siendo una de las vías para evitar contagios en materia de ETS y Sida, sin embargo, en la práctica los jóvenes se olvidan o hacen uso incorrecto de estas medidas de prevención. Otra medida es la abstinencia sexual, pero es una práctica que está muy lejos de ser adoptada por la juventud.

Dijo que sus estudios en Ecuador sobre personas que viven con la enfermedad, específicamente trabajadoras sexuales y hombres que mantienen sexo con otros hombres, arrojan que la enfermedad está tan avanzada como en México, a pesar de que en términos generales existe una baja presencia (uno de cada 300 personas).

Alertó que existe un uso inconsistente del condón y un alto nivel de bisexualidad por lo que la propagación del Sida podría ser generalizada.