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Edith
Escalón |
Verónica
Domínguez, investigadora de la Facultad de Biología
de la UV, ha logrado un bioinsecticida que puede ser el más
eficaz instrumento para atacar al mosquito transmisor del dengue (Aedes
aegypti), a partir de la anonacina, sustancia que contienen las semillas
de la guanábana. El bioinsecticida puede aniquilar el 100 por
ciento de las larvas y las pupas de este vector, y se estudian las
posibilidades para que funcione como vacuna para los propios insectos,
de manera que sean inmunes al virus. Por añadidura, a diferencia
del abate (químico recomendado por la OMS), este bioinsecticida
es soluble en agua, resistente a la luz y no afecta al medio ambiente. |
La
anonacina, una sustancia contenida en las semillas de la guanábana,
es ahora la base de un insecticida biológico que ha logrado
fulminar al mosquito transmisor del dengue (Aedes aegypti), y aniquilar
al mismo tiempo el 100 por ciento de las larvas, pero principalmente
a las pupas de este vector, que el resto de los insecticidas deja
intactas, lo que significa que acaba con el principal transmisor de
esta enfermedad mortal en todas sus etapas.
Esta biotecnología fue desarrollada en la Facultad de Biología
de la Universidad Veracruzana por la doctora Verónica Domínguez,
especialista en biología molecular, quien se ha dedicado desde
hace años a explorar algunos recursos naturales y analizar
sus posibles aplicaciones o explotación biotecnológica.
Los resultados de su investigación muestran que este bioinsecticida
podría ser la base de las estrategias mundiales de control
del vector del dengue, pues no sólo es más efectivo
que los plaguicidas tradicionales, sino que, a diferencia de éstos,
es resistente a la luz y resulta mucho menos agresivo contra el medio
ambiente, pues es de origen natural y utiliza agua como soporte para
su dispersión, y no químicos. |
Resistencia
del Aedes aegypti |
Uno
de los principales problemas que enfrenta el hombre en su lucha contra
el dengue es la resistencia que ha desarrollado el Aedes aegypti a
los insecticidas convencionales, así como su rápida
adaptación a diferentes ambientes, pues su distribución
se restringe cada vez menos a ciertos climas, latitudes o bioentornos.
Según Verónica Domínguez, el Aedes resiste los
insecticidas naturales y químicos que sí aniquilan otras
especies de insectos. El propio abate –químico que la
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda como método
para el control del dengue– afecta sólo las primeras
fases del mosquito (las larvarias) y deja intactas las pupas, que
son la última etapa acuática del Aedes.
Y es que el abate actúa por ingestión, pues las larvas,
al alimentarse del agua contenida en los recipientes donde se reproducen
( y pasan de huevecillos a larvas) ingieren dosis de Abate que les
producen la muerte; sin embargo, las pupas no necesitan alimento,
ya no filtran agua y, por lo tanto, el insecticida comercial les resulta
inofensivo.
De ahí que la investigadora y su equipo de trabajo decidieran
probar diferentes alternativas a este problema, usando compuestos
orgánicos, buscando a la vez dar valor agregado a uno de los
recursos naturales que existen en el estado. Este desarrollo es ejemplo
de las tantas posibilidades que la bioquímica y la biología
molecular brindan, no sólo a la generación de nuevos
conocimientos, sino a la interacción con otras áreas,
en este caso, con el campo de la salud humana. |
Herencia
de familia |
Las
cualidades de la guanábana (y del resto de la familia de anonáceas,
entre las que se cuentan la chirimoya, el anón y la ilama)
son bien conocidas desde hace años. Existen reportes que dan
cuenta de las propiedades anticancerígenas e insecticidas de
ciertas sustancias que sólo ellas producen (llamadas acetogeninas)
contenidas en sus hojas y semillas, pero nadie hasta ahora había
estudiado sus efectos en las pupas del Aedes.
Después de varios ensayos con extractos naturales e insecticidas
químicos comerciales, el grupo de trabajo determinó
que en las semillas de la guanábana se encuentra el agente
letal, pues la aplicación de extractos de este compuesto a
larvas y pupas del mosquito (que les proporcionó el Departamento
de Vectores del Sector Salud), fue efectiva en el 100 por ciento de
los casos, eliminando larvas y pupas a la vez.
La doctora explicó que el Aedes deposita huevos que eclosionan
cuando hay condiciones de humedad adecuada (aún cuando hayan
pasado largos periodos en estado de letargo). A partir de entonces
sale una larva que atraviesa por cuatro fases de metamorfosis misma
que después se convierte en pupa, estadio en el que pasa sólo
unas horas antes de transformarse en mosquito adulto.
“Lo que hace la sustancia es inhibir los cambios morfológicos
de las pupas, es decir, detiene su metamorfosis y no permite que de
este estadio (que es cuando se forman sus patas, alas, ojos, glándulas
salivales y órganos reproductores) pasen a la fase adulta”.
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Sustancia
con nombre y apellido |
Para
sistematizar el estudio, el equipo, de investigación se dedicó
a la purificación química de la sustancia en el Laboratorio
de Biología Molecular de la Facultad de Biología (de
Xalapa), con el apoyo de la UNAM y la Unidad de Servicios de Apoyo
a la Resolución Analítica (SARA) de la UV, quienes ofrecieron
el equipo de cristalería y algunos materiales para hacer la
cromatografía en columna, un estudio especializado que permite
la purificación del compuesto activo, la determinación
de la estructura molecular y la identificación de la misma,
algo así como su “nombre y apellido”. Para esto,
tuvieron el apoyo de investigadores del Instituto de Química
de la Universidad Nacional Autíonoma de México (UNAM). |
Verónica
Domínguez. |
Así,
encontraron que la sustancia tóxica era justamente una acetogenina.
Verónica Domínguez comentó que esta sustancia
llamada anonacina ya había sido reportada a nivel estructural,
lo cual impidió una posible patente. También indicó
que la anonacina se reporta como como tóxica para algunas especies
de insectos (especialmente mosca de la fruta en fases larvarias),
pero nunca se habían investigado sus efectos nocivos en las
pupas del Aedes aegypti, fase de metamorfosis que siempre había
quedado al margen de los programas de control del dengue. Ahí
reside el valor de estos estudios y la aportación fundamental
de los investigadores de la UV. |
Una
de las ventajas de esta sustancia activa, según explicó
la investigadora, es que basta con bajas concentraciones para ser
letal en larvas y pupas, es soluble en agua (lo que facilita los métodos
de dispersión) y resistente a la luz, con lo que supera las
desventajas del Abate tradicional y otros insecticidas químicos
que se inactivan con la luz, el paso del tiempo, y además,
afectan al medio ambiente, pues si bien en bajas concentraciones son
productos inocuos para la salud humana –en bajas concentraciones–
su acumulación en el agua implica contaminación química
cuyos riesgos aún no han sido completamente definidos.
La investigadora reconoció que estos primeros estudios abrieron
nuevas vertientes de investigación, pues conociendo ya los
efectos tóxicos de la anonacina en los insectos es necesario
hacer pruebas de toxicidad en organismos modelo (ratas de laboratorio
u otros vertebrados), a fin de saber si su ingesta no tiene efectos
secundarios, lo que es poco probable pues se trata de una sustancia
natural que ingerimos comúnmente en la fruta que la contiene. |
Vacuna
para mosquitos |
Los
resultados de la investigación han permitido a la investigadora
pensar en posibilidades futuras de innovación en el control
de esta enfermedad mortal. Una que ya vislumbra es la inmunización
de Aedes aegypti contra el dengue, una especie de “vacuna para
mosquitos” que les provoque un rechazo al virus y no permita
que ellos mismos sean infectados impidiendo así la transmisión
a humanos.
“Hay que recordar que el virus no lo tienen los insectos, cuando
menos no el Aedes aegypti, ellos sólo son transmisores, lo
adquieren de los seres humanos previamente infectados; si logramos
encontrar una sustancia que los inmunice podríamos ganarle
terreno a la enfermedad, lo que es urgente si consideramos tan sólo
las estadísticas del último año en Veracruz”.
(Ver cuadro 1)
Esta perspectiva es una de las más urgentes que requiere la
investigación en la lucha contra el dengue, pues el mosquito
está mutando, adaptándose al cambio climático
y las especies transmisoras, extendiendo su distribución geográfica
tanto como el hombre, pues sigue a los asentamientos humanos rurales
y urbanos.
De hecho, según informes del Sector Salud, hay una especie
de mosquito transmisor que ya ha desarrollado la capacidad de transmitir
el virus a su descendencia, lo que agrava el problema. De ahí
que investigaciones como ésta resulten valiosas por la innovación
que proponen en los métodos de control y prevención
del dengue. |
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Resistencia
al abate |
El
Temefos (conocido comúnmente como abate) es un insecticida
químico organofosforado de gran importancia en salud pública,
porque se aplica a nivel mundial como larvicida para el control del
mosquito Aedes aegypti, el principal vector de los cuatro tipos del
virus del dengue. Este insecticida se aplica granulado en tinacos
y cisternas con agua, así como en cualquier tipo de recipiente
con agua que sirva como criadero (llantas, floreros, macetas, etcétera).
Desafortunadamente, su uso intensivo ya ha empezado a generar resistencia
en los insectos en algunos países de Asia y del Caribe y plantea
la necesidad de usarlo en concentraciones que no maten al insecto
pero que sí afecten lo suficiente su biología como para
que disminuya su capacidad de transmitir la enfermedad. |
Problema
mundial |
De
acuerdo con la OMS, dos quintas partes de la población mundial
vive en riesgo de ser infectada por dengue y más de 100 países
han sido afectados por epidemias de dengue o dengue hemorrágico.
Dicho organismo estima que anualmente ocurren más de 50 millones
de casos de dengue y dengue hemorrágico; 500 mil casos hospitalizados
y 20 mil defunciones. El 95 por ciento de los casos son niños.
Las tasas de ataque llegan hasta 64 por cada mil habitantes. El control
de la enfermedad es costoso y las epidemias ocasionan un importante
impacto negativo en el desarrollo socioeconómico de los países. |
Aedes
aegypti
hoy |
Entre
1948 y 1972 el Aedes aegypti fue erradicado en 21 países del
continente americano. En 1997, prácticamente todos los países
de este bloque se encontraban reinfestados, incluido Estados Unidos,
y han ocurrido numerosas epidemias de dengue y de dengue hemorrágico
en la región, lo que se ha convertido progresivamente en un
problema de salud. La situación ocurrida en Perú en
1995 con la notificación de 492 casos de dengue hemorrágico
y 192 defunciones, evidencia la existencia de este riesgo. |
Dengue
en Veracruz
(cuadro 1) |
De
acuerdo con informes del IMSS,Pemex,ISSSTE y Servicios de Salud de
Veracruz, de enero a agosto de 2005 se han reportado en Veracruz 846
casos de dengue, 135 de ellos, hemorrágico. La tabla siguiente
muestra los municipios que han reportado esta enfermedad*. |
Jurisdicción
sanitaria |
Dengue |
Dengue
hemorrágico |
Pánuco
|
106
|
1 |
Tuxpan
|
50
|
11 |
Poza
Rica
|
179
|
38 |
Martínez
de la Torre
|
124
|
0 |
Xalapa
|
24
|
2 |
Córdoba
|
50
|
0 |
Orizaba
|
2
|
0 |
Veracruz
|
62
|
15 |
Cosamaloapan
|
52
|
6 |
San
Andrés Tuxtla
|
14
|
0 |
Coatzacoalcos
|
183
|
62 |
Total |
846 |
135 |
* Fuente:
Boletín epidemiológico. Secretaría de Salud
y Asistencia de Veracruz. 13 de agosto de 2005.
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Diferencia
entre mosquitos sanos
y afectados por anonacina |

En la
pupa normal se desarrollan las alas, patas y demás órganos
del mosquito del dengue.

La anonacina
provoca que la pupa deje al descubierto las partes internas de
su cuerpo y no alcance a completar su ciclo de desarrollo.
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Las larvas normales tienen el cuerpo arqueado, son semitransparentes
y tienen la cabeza pegada al tórax.

Después
de exponerla a la anonacina la larva se rigidiza, la cabeza se
separa del tórax y la infección por la sustancia
ennegrece su cuerpo.
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