Año 5 • No. 197 • octubre 17 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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  En el Foro Torre Lapham
Todo octubre estará en cartelera La tempestad, de William Shakespeare
Gina Sotelo
El crítico estadounidense Harold Bloom escribe que William Shakespeare no tenía más que 47 años cuando escribió La tempestad, en 1611. Fue la última y podemos concluir que no pretendía que este drama fuese su obra final, ya que escribió por lo menos partes importantes de tres más: Enrique VIII, la obra perdida Cardenio y Dos nobles de la misma sangre.

La obra carece –siguiendo a Bloom– fundamentalmente de trama, su único acontecimiento exterior es la tormenta provocada mágicamente en la primera escena, lo cual, de manera bastante extraña, da a la obra su título.
“Una obra prácticamente sin trama tiene que centrar su interés en algún otro sitio, pero Shakespeare, en La tempestad, parece más preocupado con lo que Próspero pueda sugerir. Parte de la fascinación permanente de esta obra para tantos aficionados al teatro, en miles de culturas, es la yuxtaposición de un mago vengativo que cambia por el espíritu de perdón, y de un espíritu de fuego y aire –Ariel–, que es más una figura de gran sugestión que un personaje que posee una interioridad accesible para nosotros, salvo en algunos momentos, y un semihumano –Calibán–, un personaje que es medio humano, medio hombre silvestre, medio bestia marina de tierra y agua. Próspero parece encarnar un quinto elemento, similar al de los sufíes”.
Montada por el Taller de Teatro del Cuerpo, de la Facultad de Teatro, a cargo de Leticia Colina, la puesta en escena es el resultado de un ejercicio del que cada alumno ha obtenido frutos y beneficios de manera muy particular, según el empeño, profesionalismo y rigor con que emprendieron su trabajo. El resultado que los espectadores verán ahora es el esfuerzo de un colectivo que, por fortuna, desde el inicio se cohesionó como un buen equipo.

La tempestad está considerada como la invención más sincera y original de Shakespeare. Es también la mezcla de su cultura acumulada a través de los años y, sobre todo, de su experiencia teatral. Es ante todo un experimento en el ámbito del espectáculo: explota deliberadamente, como ninguna otra obra precedente, los recursos y trucos de escena, hace del elemento musical y de todos los efectos sonoros una estructura que recorre la obra.

Las funciones son los jueves, viernes y sábados de octubre a las 20:00 horas en el Foro Torre Lapham de la Facultad de Teatro, en Belisario Domínguez 25.