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Raúl
Ramírez Velarde, del ITESM
Las nuevas tendencias en educación apuntan hacia el aprendizaje
mediado por las ciencias computacionales
Ricardo Luna |
Es
necesario que los modelos educativos modernos estén dirigidos
a asegurar que los estudiantes controlen su aprendizaje y luego ayudarlos
a comprender, es decir, que se apoyen en el denominado empoderamiento
(permitir tomar control) , que consiste en dejarlos hacerse cargo,
que perciban su entorno y luego tomen decisiones, “que sientan
que su aprendizaje es interesante”, dijo Raúl Ramírez
Velarde, investigador del área de Ciencias Computacionales
del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
(ITESM).
Invitado por la Escuela en Tecnología Educativa –que
promueve la Facultad de Estadística e Informática de
la UV – a impartir la conferencia “Nueva ciencia para
la tecnología: modelos educativos”, Ramírez Velarde
señaló que en la actualidad el ser humano se encuentra
desenmarañando algunas conexiones del cerebro donde radica
el aprendizaje.
Dichas teorías están siendo reveladas por el biólogo
y bioquímico de la Case Western Reserve University, James E.
Zull, quien en su libro El arte de cambiar el cerebro señala
que las cortezas donde se localizan los puntos sensoriales y motrices,
como las cortezas posterior integrativa y frontal integrativa, están
relacionadas biológicamente con el ciclo de aprendizaje.
De éstas, la corteza sensorial es la que percibe la experiencia
o la información concreta de nuestro entorno, forma el significado
y está unida por medio de conexiones neuronales poderosas a
la corteza posterior integrativa del cerebro, que es donde se ubica
la capacidad de reflexión o donde se crean nuevas ideas de
estos significados, lo que deriva en la capacidad del ser humano de
realizar acciones.
En el proceso de aprendizaje intervienen también la corteza
cingulada anterior (donde se toman las decisiones), la corteza límbica
(reacciones de supervivencia), la amígdala (que rige el miedo
y emociones negativas) y las estructuras básicas (que registran
el placer y las emociones positivas), lo cual quiere decir que el
hombre aprende recolectando, analizando, creando y actuando.
Según el ponente, estos estudios guiados hacia el aprendizaje
lograrían que cuando los estudiantes siguen un ciclo basado
en la experiencia y logran conectarla con su conocimiento anterior,
puede generar sus propias hipótesis abstractas y, por lo tanto,
sus acciones propias, es decir, una nueva experiencia sensorial.
Lo trascendente de esto, señaló Ramírez Velarde,
es que todas las áreas del cerebro están interconectadas
en lo que se ha denominado “supercarreteras cerebrales”,
por lo que áreas como el placer o el miedo estarían
íntimamente ligadas.
“Si aprendemos bajo este ciclo, lo hacemos natural y efectivamente,
sin embargo, se deben tomar en cuenta los factores psicológicos
y afectivos del aprendizaje. Es decir, de acuerdo con la experiencia,
el entorno y las vivencias es como el aprendizaje resultará
positivo o logrará su cometido”. Como ejemplo citó
que en animales como pulpos y chimpancés se ha encontrado una
alta capacidad de tomar decisiones con base en su experiencia.
Por otra parte, aseguró que cuando al ser humano se le dificulta
la comprensión o cuando toma acciones erróneas, es cuando
se generan emociones negativas que bloquean el aprendizaje.
Para Ramírez Velarde, el lenguaje y la tecnología forman
parte inseparable de la naturaleza humana, por lo que seguirá
su desarrollo a la par del hombre; las nuevas tendencias en educación
apuntan hacia el aprendizaje mediado por las ciencias computacionales,
es decir, por las formas más efectivas de aprender y enseñar,
como la e-educación, e-medicina o la e-arquitectura, modelos
educativos idóneos para incentivar a la psicología evolutiva,
para “lograr lo que los libros no pueden hacer”. |
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