Año 6 • No. 201  • noviembre 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Mole Xiqueño,
negocio gracias a la veneración*
Fernando Pedrero
Actualmente, exporta a países europeos. La empresa nació gracias a los pedidos de ese producto que se generaban durante la fiesta de la patrona de Xico
Una pequeña empresa que nació siendo artesanal hoy vende 40 toneladas de mole al mes con facturaciones superiores a dos millones de dólares.

La arraigada tradición de venerar a la santa patrona del pueblo, María Magdalena, y el arte culinario que se conjugan en las fiestas de Xico, Veracruz, motivó a la familia Galván Suárez a elaborar y luego vender entre la comunidad mole de la región. Lo que hace 28 años inició como una forma de adicionar recursos para el hogar hoy se constituye como una pequeña empresa: Mole Xiqueño, que comercializa y exporta su producto a naciones europeas, con facturaciones superiores a dos millones de dólares al año.

En entrevista, Víctor Manuel Galván Suárez, propietario de Mole Xiqueño, empresa que da empleo a 50 personas y que produce un promedio de 40 mil kilogramos por mes, recuerda que al principio su mamá, Carolina Suárez, elaboraba la receta para los comensales que visitaban el pueblo cada año con motivo de las fiestas religiosas, lo cual marcó una tradición y empezaron los pedidos.

Explica que por algunos años el mole elaborado por su madre se realizaba a pequeña escala y su venta era a granel; no se tenía un envase ni marca comercial. Aún así se producía 600 kilos al mes.

Y fue hasta que Galván Suárez, recién egresado de la carrera de administración de empresas en la Universidad Veracruzana, decide envasarlo y comercializarlo bajo la marca Mole Xiqueño, y así empieza a tener éxito no sólo en la localidad sino en distintas regiones del país e incluso en el extranjero, como Suiza.

Actualmente, tiene como clientes en México a Costco, Wal-Mart, Chedraui y Comercial Mexicana.

“Al salir de la universidad me vi en la disyuntiva de ser un empleado o crear mi propio negocio; fue así como decidí retomar lo que hacíamos en casa y agregarle un valor agregado, envasarlo y ponerle una marca, pero sobre todo comercializarlo en los supermercados”, dice.

Sin embargo, comenta que para lograrlo enfrentó muchos obstáculos; el principal, la falta de financiamiento bancario.

*Tomado de El Universal, en su edición del 7 de noviembre de 2005.
   
 
   
 
 
 
 
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