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El
aparato será lanzado en diciembre de 2007
Tendrá México satélite que
ayudaría a predecir terremotos
Juan Carlos Plata |
En
un futuro, nuestro país podría contar con un sistema
de alarma para anunciar, hasta con cinco días de anticipación,
un terremoto de más de cinco grados en la escala de Richter |
Para
diciembre de 2007, la Universidad Nacional Autónoma de México,
en coordinación con la Universidad Estatal de Moscú-Lomonosov,
lanzará al espacio el satélite artificial UNAMSat
III, cuya misión es proveer información para poder
establecer un sistema de detección y predicción de terremotos
en México, aseguró el investigador José Luis
García García, durante su participación en la
tercera Feria Tecnológica Universitaria, organizada por la
dirección general de Tecnologías de la Información
de la UV.
El satélite, que será construido en Rusia por personal
mexicano, está diseñado para monitorear desde el espacio
los llamados precursores sísmicos, fenómenos que han
sido asociados a la incidencia de movimientos telúricos cuando
se dan en conjunto y en zonas de alto riesgo sísmico, como
por ejemplo, emanaciones de gas radón, variación del
campo eléctrico terrestre, emisión de ondas de muy baja
frecuencia, incrementos de temperaturas en la zona de la falla y modificaciones
en la ionosfera.
Estos fenómenos –según ha sido documentado por
investigaciones posteriores a terremotos como el de Colima en 2003–
se registran en la zona de preparación de sismo, alrededor
del epicentro del terremoto, de uno a cinco días antes de que
se presente el evento geológico. |
José
Luis García García.
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“En
México, a nivel tectónico, convergen la placa de Cocos,
la placa del Caribe y la placa del Pacífico (esta convergencia
es lo que conocemos como la Falla de San Andrés, que corre
desde California hasta Oaxaca); en la UNAM hacemos mediciones en los
estados de Colima, Guerrero y Oaxaca, pero para hacer las mediciones
necesarias en el océano Pacífico tendríamos que
hacer un trabajo más complejo con boyas y otros equipos, por
lo que se justifica el uso de un satélite para hacer el análisis
de esta zona”, aseguró García García.
Además, el encargado del Laboratorio de Tecnología Espacial
de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y miembro del desaparecido
Programa Universitario de Investigaciones y Desarrollo Espacial (PUIDE),
que diseñó y construyó los satélites UNAMSat
y UNAMSat B, dijo que el satélite por sí
solo no podrá predecir un terremoto, sino que ayudará
a mejorar los estudios y en un futuro poder tener un sistema de alarma
que nos pudiera predecir, hasta con cinco días de anticipación
un terremoto de arriba de cinco grados Richter. |
Predicción
de terremotos
Cuando las capas tectónicas sufren un movimiento brusco por
la fuerza acumulada –explicó García García–
se rompe el coeficiente de fricción estática; la presión
entre las rocas podría ser la causa de la emisión de
ondas de baja frecuencia, a consecuencia de lo cual el gas radón
llega a la ionosfera. Esta emisión radioactiva modifica sus
condiciones, lo que provoca un cambio del campo eléctrico terrestre.
Estos precursores se presentan de uno a cinco días antes de
un terremoto de más de cinco grados Richter (con sismos de
menor intensidad también se generan estos fenómenos
pero cuando son de cinco grados o más, son lo suficientemente
claros como para monitorearlos), y se presentan en la zona de preparación
del sismo (alrededor del lugar preciso del epicentro).
“Lo que nos ocupa ahora no son tanto las causas, sino que ya
sabemos, por medio de investigaciones que se han realizado posteriormente
a terremotos, que se presentan y tratamos de crear una red que monitoree
estos fenómenos y ver las relaciones que hay entre ellos y,
con esta información, crear un sistema que nos permita una
predicción”, aseguró el especialista, pero aclaró
que una de las desventajas de estas investigaciones es que los fenómenos
referidos se pueden presentar de manera aislada y a consecuencia de
otras causas.
Estos factores pueden ser medidos desde la tierra, mediante equipo
especializado, como medidores de campo eléctrico-terrestre
que se van poniendo en diferentes puntos sobre las fallas, y que se
conectan a sistemas que en tiempo real suben los datos a Internet
y se pueden consultar constantemente.
“Se usan también ionosondas (antenas que envían
señales a la ionosfera y reciben su refracción para
hacer análisis de su comportamiento), medidores de gas radón,
sistemas de recepción GPS (Global Position System) fijos, que
ayudan a identificar las variaciones en la configuración eléctrica
de la ionosfera; receptores de señal FM convencional, otro
de los precursores sísmicos es la formación de nubes
plasma de baja altura y sirven como espejo repetidor de señales
VHF y lo que permite que las estaciones de radio convencional se puedan
escuchar fuera de su área de cobertura regular”.
Satélite
UNAMSat III
Actualmente, 18 estudiantes de la UNAM se encuentran en Rusia estudiando
maestrías, doctorados y posdoctorados en la Universidad Estatal
de Moscú-Lomonosov, además de que se encuentran trabajando
en el Instituto Aeronáutico de Moscú para capacitarse
en cuestiones de telecomunicación, cómputo, electrónica,
mecánica, estructura y sistemas de control de satélites.
“México es usuario de tecnología satelital,
en los ochenta se adquirieron dos satélites para telecomunicaciones
(Morelos I y II), en los noventa se compraron los Solidaridad I
y II y se diseñaron y construyeron los satélites UNAMSat
y UNAM Sat B. Este proyecto, denominado UNAM Sat III,
pretende dar continuidad al trabajo realizado con estos dos últimos,
los únicos que ha habido con tecnología mexicana”,
dijo García García.
El UNAM Sat III será un nanosatélite (de
menos de 10 kilogramos de peso) de órbita baja (alrededor
de 15 mil kilómetros de altura), lo que le permitirá
tener cercanía con la ionosfera para poder medir sus variaciones;
será de trayectoria polar (perpendicular al Ecuador) y tendrá
estabilización y orientación activa.
“El diseño será fuera de lo tradicional, estamos
tratando de probar nuevas tecnologías para hacer un satélite
en forma de disco, construido con un material llamado panel de abeja
que es ligero y muy resistente y sus baterías serán
de ión-litio.
Su estructura física permitirá que de un lado del
disco se coloquen los instrumentos y del otro las celdas solares
de arsenurio de galio que proporcionan una potencia máxima
de 24 watts y un voltaje nominal de aproximadamente 12 voltios.
“En la cara de instrumentos tendría un transmisor-receptor
de telemetría; una sonda Lang Muir, que nos ayudaría
para hacer mediciones en la ionosfera y que será donada por
el Instituto de Estudios Físicos y Espaciales de Suecia;
un contador de partículas, cuyo trabajo será coordinado
por el Instituto de Ionosfera y Magnetismo Terrestre de Rusia; un
transmisor de información de la carga útil y, para
la parte de comando y control, tendrá un Radio-modem Globalstar,
que opera como un teléfono satelital que provee información
de la ubicación y funcionamiento del satélite por
Internet”. |
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