Año 6 • No. 202 • noviembre 21 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Advierte Lauro Fernández, de la Facultad de Medicina
Ansiedad y depresión por celos serán,
en cinco años, problema de salud pública
Alma Espinosa
Los celos delirantes son los más dañinos para las personas, ya que pueden provocar que se cometan homicidios que, generalmente, devienen en suicidios, explicó Juan Capetillo, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV
Los ansiedad y depresión provocadas por los celos pueden constituir, en un lustro, un problema de salud pública, consideró Lauro Fernández Cañedo, de la Facultad de Medicina de la UV, para quien una manera de prevenirlo sería dar mayor difusión y atención a la parte emocional del ser humano y brindar ayuda psicológica en los centros de salud, pues ambas manifestaciones afectan a personas de todas las edades, principalmente a las mujeres en la etapa premenopáusica y menopáusica.
Los síntomas más notables en las personas que padecen estas enfermedades, derivadas de los celos, son dolor de cabeza, insomnio, pérdida de cabello, trastornos gastrointestinales, incremento en la sudoración, desinterés por las actividades cotidianas y falta de apetito e, incluso, pueden manifestarse en hipertensión reactiva o presión alta, asociada a los trastornos del estrés.

Afirmó que es creciente el número de personas que acuden a los centros de salud con los síntomas mencionados, a los que suman dolores de espalda y cuello.

Sobre las medidas que toma el personal de salud ante esta situación, comentó que se abre un historial médico, para saber las causas de la sintomatología, y si detectan una cuestión emotiva o algo relacionado con los celos, son canalizados con psicólogos o psiquiatras.

Lauro Fernández Cañedo.

“Los síntomas que normalmente se presentan son relativos a las alteraciones del sistema nervioso central; el paciente empieza a somatizar y tener síntomas característicos que no sabe cómo identificarlos”. Añadió que a los pacientes generalmente se les administra medicamentos cuando presentan estados de depresión.

El número de personas celosas está creciendo, lo cual también es notorio en el incremento de suicidios. En Veracruz, el suicido ocupa un lugar importante de muertes y el índice crece diariamente. Por ello es que es importante echar mano de los medios de comunicación para que se difundan los mecanismos de ayuda.

Celos delirantes, normales y proyectivos
Cuando se habla de que las personas acuden al médico con determinada sintomatología es porque presentan celos de tipo delirantes. De acuerdo con la tipificación explicada por Juan Capetillo Hernández, del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la UV, este tipo de celos es el más dañino para las personas, ya que puede provocar que se cometan homicidios que, generalmente, devienen suicidios.

En los celos delirantes se presenta la paranoia, en la que también hace su aparición la hostilidad. La melancolía también se muestra en este tipo de celos. De acuerdo con Capetillo Hernández, el melancólico se autodenigra, se fustiga, cree ser un miserable que no vale la pena y que no sirve y que, por ello, lo abandonaron. Como se la pasa castigándose, se aísla y después de ello surge una gran depresión. Las personas con celos delirantes difícilmente pueden resolver los problemas con sus parejas.

Además de los delirantes, existen otros dos tipos de celos: los normales y proyectivos o proyectados. Los primeros pueden, incluso, alimentar el amor si es que se saben canalizar. Son emociones que todos experimentamos y se alimentan de experiencias infantiles.

Según el psicoanálisis, surgen en los primeros tiempos de la infancia, en el contexto del complejo de Edipo. “El primer destinatario de los celos es el padre, porque el objeto de amor del niño es la madre, entonces el padre se presenta como un rival porque interfiere con la relación dual”.

Los proyectivos o proyectados son una manera de defenderse de la propia infidelidad. “El sujeto es infiel en los hechos o en el pensamiento y su conciencia moral probablemente no lo deja tranquilo; observan a detalle al otro para justificar sus celos. Sin embargo, la tendencia a la infidelidad es propia del ser humano”.

Juan Capetillo comentó que la forma ideal de utilizar los celos es que si una mujer o un varón ven a una persona del sexo opuesto y les excita, se despertaría su libido para después satisfacer sus deseos sexuales con su pareja. No obstante, “no lo aceptamos así, justamente por la situación de los celos, por la situación de exclusividad que buscamos, que viene de la exclusividad que teníamos cuando éramos sólo para nuestras madres”.