Año 6 • No. 202 • noviembre 21 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Muchos jóvenes cuestionan el carácter
emancipador de la educación: Sirota
Alma Espinosa
Las ideas para rebasar estas dificultades deben venir del compromiso de los investigadores, para que contribuyan a comprender los procesos por los que pasan los adolescentes y las acciones que deben gestar, encaminadas a disminuir e, incluso, eliminar reacciones contrarias a las finalidades de la escuela
Al hablar sobre el malestar en las relaciones intergeneracionales desde la educación preescolar hasta la universidad, André Sirota, académico de la Universidad de París X (Nanterre), dijo que es necesario que los investigadores se comprometan a desarrollar trabajos enfocados a atender a los alumnos que no le encuentran sentido a la escuela y, en general, a todo lo que se refiera a la educación.

Explicó que el sector de jóvenes que se preguntan para qué aprender si el saber no tiene un sentido para la emancipación y su integración en la sociedad, «son quienes viven la escuela como una cosa que no les va a aportar nada en la vida. Es claro que están en oposición y, por ello, asumen conductas autodestructivas y de fracaso, tienen reacciones violentas contra la escuela y contra los otros estudiantes y viven la escuela como una etapa de injusticia».

Ante esta situación, dijo, una forma de hacerse justicia por ellos mismos es tratar de obstaculizar a los demás para que no aprendan; hay ciertos momentos en que son paralizadas las clases por este tipo de conductas de estudiantes que no le ven sentido al aprendizaje.

André Sirota.

Las grandes ideas para rebasar estas dificultades deben venir, precisamente, del compromiso de los investigadores para que contribuyan a comprender los procesos por los que pasan los adolescentes y las acciones que deben gestar, encaminadas a disminuir e incluso eliminar reacciones contrarias a las finalidades de la escuela.

Dijo que tal vez suena como una utopía, pero lo que deben hacer los investigadores es ayudar a resolver este tipo de situaciones en las que se encuentran muchos jóvenes, y los llamó no sólo a preocuparse por incrementar su currículo editorial, sino a construir un saber que tenga una función útil para la sociedad.

En su visita a la Facultad de Psicología y al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, Sirota se refirió al malestar de los adolescentes y añadió que, durante la adolescencia, cada individuo vive sus propias dificultades, que se suman a la falta de seguridad en la integración social, a diferencia de lo que ocurría en las sociedades tradicionales.
Los adolescentes reciben un doble mensaje. Muchas veces se les considera como adultos, sin embargo, en ese ambiente no se les puede garantizar un espacio; es un discurso contradictorio que se observa con cierta frecuencia en los requisitos para ingresar a la vida laboral.

A diferencia de la época en que los jóvenes eran influenciados por la filosofía de los iluministas y el saber estaba muy ligado a una idea y perspectiva de emancipación tanto individual como colectiva, en la actualidad «el conocimiento, la relación del saber y la proyección del conocimiento no tiene ese impulso de características emancipadoras, y eso es una de las consecuencias de lo que pasa en la escuela, sobre todo en la relación maestro-alumno».