Año 6 • No. 203 • noviembre 28 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Ex-libris

 Investigación

 Ser Académico

 Estudiantes


 Arte Universitario

 
 Halcones al Vuelo

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos



 

Santiago Morales, Juan Carlos Plata y Edgar Onofre
(Fotografías: Luis Fernando Fernández y César Pisil)
Histórica para el deporte profesional de Veracruz resultó la coronación de los Halcones de la Universidad Veracruzana dentro de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), en esta temporada 2005. Tuvieron que pasar 30 años en Veracruz y 79 en Xalapa para tener un equipo campeón en una liga profesional.

El largo ayuno se rompió el 21 de noviembre en Saltillo, Coahuila, donde los Halcones dejaron en la lona a Lobos de la Universidad Autónoma de Coahuila, en su propio escenario, el gimnasio “Nazario Ortiz” ante más de cuatro mil aficionados.

Antológico fue también el recibimiento que los más de tres mil seguidores le dieron a los Halcones el pasado martes, en una Plaza Lerdo a reventar donde se ovacionó en grande a los campeones, en acto encabezado por el gobernador Fidel Herrera Beltrán y el rector Raúl Arias Lovillo. Una verdadera noche mexicana.
79 años después, un campeonato
que parece la primera vez
32 años después del último título deportivo profesional para un equipo veracruzano, los Halcones UV-Xalapa pasearon su trofeo de campeones por las calles de Xalapa
José Mancisidor fue el quinto de 11 hermanos, maestro de la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, escritor de dos novelas (La asonada y La ciudad roja), soldado defensor del puerto de Veracruz en 1914, ferrocarrilero, político, candidato a la diputación local por el distrito de Xalapa para el trienio 1926-1929 –que no consiguió– y, en 1926, manager del Club Ocampo, primero y, hasta el 21 de noviembre de 2005, único conjunto deportivo campeón nacional que había tenido la ciudad de Xalapa.

Con toda seguridad, ni la persona de mejor memoria –y edad suficiente– de los cerca de cuatro mil xalapeños que atestaron la Plaza Lerdo el martes pasado recuerda ese sencillo dato. La recepción para los Halcones de la Universidad Veracruzana-Xalapa es digna del primer equipo campeón de la ciudad y el primero del estado de Veracruz en 33 años.
Papelitos de colores, empujones, fuegos artificiales explotando sobre el Palacio de Gobierno, codazos, Big bands, balones de basquetbol volando en todas direcciones, jerseys del equipo, el Chango bailando reggaetón por 20 de Noviembre, el rector Raúl Arias Lovillo aferrado al trofeo, el autobús forrado con una bandera gigante con el logotipo del equipo, Sam Bowie, Daniel Atteberry y Cleotis Brown caminando entre el desfile, Rogelio Salcido haciendo que una saxofonista pierda las notas de Low rider: fiesta, pues.

Luego de mil 166 kilómetros de viaje desde Saltillo hasta Xalapa, los últimos diez son los más difíciles, una reducida e improvisada valla humana separa al camión descubierto en el que viajan los campeones del escenario preparado en el centro de la plaza.

Uno a uno, los campeones absolutos de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), jugadores, directivos y funcionarios de la UV bajan del autobús descubierto en el que recorrieron la ciudad paseando el trofeo que obtuvieron luego de derrotar a los Lobos de Universidad Autónoma de Coahuila en cinco juegos.

Dos campeones de antaño

Tiburones Rojos, 1949-50
Fue en la temporada 1949-50 cuando los Tiburones Rojos de Veracruz se coronaron campeones del futbol mexicano de la Primera División, tras vencer en la gran final a los Potros del Atlante. En aquel histórico año, los Tiburones Rojos tuvieron como mejor jugador al peruano Julio Ayllón, mejor conocido como el “Negro” Aparicio, quien anotó un total de 30 goles. El primer título de Tiburones Rojos fue en la temporada 1945-46, de la mano de Luis de la Fuente el Pirata, nombre que lleva hoy el estadio de Veracruz.

Dos campeones de antaño
La Liga Mexicana de Beisbol registra en su historia, al más reciente equipo campeón de Veracruz, fue en la temporada 1972 y se trata de los Cafeteros de Córdoba, que venció en la final a Saraperos de Saltillo.
Fue el primero y único equipo de expansión en lograr el título, que enmarcó la construcción del estadio Beisborama con capacidad para 10 mil aficionados.

En la tarima los esperaba el gobernador Fidel Herrera y su esposa Rosa Borunda; el secretario de Educación y Cultura, Víctor Arredondo, quien durante su gestión como rector de la UV concretó el proyecto de los Halcones; el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued y la consabida horda de fotógrafos y camarógrafos.

Es el cordobés Enrique Palmita González, en su calidad de capitán del equipo, el encargado de hablarle a la afición: “Xalapa ha sido el mejor lugar para jugar en toda mi vida, a nombre de todos mis compañeros le agradezco al Gobernador, al Rector y al Secretario de Educación por ayudarnos a traer este presente a la gente de Xalapa”. El Rector de la UV fue breve: “Somos campeones y seguiremos siendo campeones”
33 años de sequía
Hasta antes del triunfo de los Halcones de la UV en el baloncesto, el estado de Veracruz había conseguido 11 campeonatos profesionales: dos en fútbol (1945-46 y 1949-50, los Tiburones Rojos de Veracruz) y nueve de béisbol (1926, Club Ocampo de Xalapa; 1937, 1938, 1952, 1960 y 1970, Rojos del Águila de Veracruz; 1959, Petroleros de Poza Rica; y 1939 y 1972, Cafeteros de Córdoba).

El último campeón veracruzano de máximo circuito profesional fue el de los desaparecidos Cafeteros de Córdoba, en 1972. Los Tiburones Rojos fueron campeones en 2001, pero en una división de ascenso. En basquetbol, el único antecedente fue el del equipo semiprofesional Popeyes de Marina que jugaron en el puerto de Veracruz en los ochenta, sin conseguir un campeonato.
¡UV, UV, UV, UV…UV, UV!
“Me pueden decir misa, pero mira –acaricia el trofeo de campeones-, éste no me lo quita nadie”, dice el presidente del equipo, Juan Manuel González, respondiendo a las críticas del equipo derrotado en la final.

En la salita del aeropuerto “El Lencero” se decide si desfilar con playera blanca o azul y se comunica la logística: del aeropuerto a la Terminal de autobuses, cambio de autobús por uno descubierto y luego, a mínima velocidad, por Lázaro Cárdenas, 20 de noviembre y Xalapeños Ilustres hasta la Plaza Lerdo.
Ya unos 50 fanáticos esperan la salida del equipo con un cartel: “Bienvenidos Campeones” y son los primeros en apapachar a los jugadores, besos, fotos, firmas, más fotos, gritos, más fotos, entrevistas.

Es apenas su tercer año en la liga, la segunda vez que termina como líder de la liga en casi todos los departamentos, segunda vez en que se coronan campeones de la Zona Sur, la segunda final, el primer campeonato absoluto.

Temporada regular de 40 juegos, 32 ganados, 8 perdidos, cuatro mil 67 puntos anotados, tres mil 670 recibidos. En postemporada 15 ganados, uno perdido: limpia de tres juegos a Barreteros de Zacatecas en la primera fase; barrida en cuatro juegos a los Tecos de la UAG en la semifinal de zona; 4-0 en la serie contra Lechugueros por la final de la Zona Sur y una final de cinco juegos contra Lobos.

Willy Pagán, “Ray” Rodríguez, Daniel Atteberry, Enrique Palmita González, Sam Bowie, Víctor Mariscal, Néstor Hernández, Rogelio Salcido, Cleotis Brown, Levit Amaya, Roberto González, Víctor Ávila, Omar López y el coach Ángel González trajeron, luego de 79 años, un campeonato a Xalapa, una ciudad fundada en 1313 y ubicada a mil 460 metros sobre el nivel del mar.

Cleotis Brown y Sam Bowie, los más asediados por los niños; Omar López, por las niñas y no tan niñas; el Rector de la UV bailando reggaetón de la mano del “Chango”: motivos para celebrar los hay.

Aquel Club Ocampo, campeón de la Liga Mexicana de Beisbol en 1926, seguramente no tuvo un festejo como éste. Luego de 79 años, ésta parece la primera vez.

En tres temporadas, los Halcones de la UV
remontaron 79 años sin gloria para Xalapa

En julio de 2003, la prensa local recibió con cierto escepticismo la noticia. Después de 40 años sin baloncesto profesional en Veracruz, los Indios de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez se mudaron de domicilio y nombre, y Xalapa se convirtió en la sede de una de las entonces 16 franquicias de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional: los Halcones de la Universidad Veracruzana.

En pretemporada, la primera camada de Halcones se presentó en sociedad enfrentando a la Selección Nacional Universitaria. Viejos conocidos de selecciones nacionales, Ramón “Ray” Rodríguez y Enrique “Palmita” González encabezaron el roster de jugadores mexicanos, mientras que los primeros extranjeros fueron Mike Thompson y Don Harrison.

A pesar de un inicio de campaña incierto, los Halcones rápidamente conquistaron a la afición xalapeña por su juego vertiginoso y espectacular. Tiros de tres cortesía de “Ray”, el delantero Pepe Escobedo y el centro Octavio Robles, se sucedieron a las espectaculares clavadas de los extranjeros que finalmente, después de probar jugadores, se quedaron en la quinteta veracruzana: Dana White, Lataryl Williams y quien se convirtió en la espina dorsal del equipo, Andreé Laws.

Dirigidos desde el principio por Ángel González, los Halcones llamaron la atención del país cuando en la fecha 18 de la temporada 2003, en un juego frenético, destacado incluso por la prensa regiomontana, le quitaron el invicto a Fuerza Regia de Monterrey. Liderados en todos sentidos por Laws, tanto moral como estadísticamente, los Halcones siguieron con su paso decidido hasta los playoff, a los cuales llegaron como sexto lugar de la tabla general, la mejor defensa, el segundo lugar como local (con marca 20-4), además de que en el camino batieron al campeón y subcampeón de la temporada anterior.

Sam Bowie en pleno festejo por las calles de Xalapa.

Mientras la afición se convertía en una de las mejores del país, a decir de los equipos visitantes, los Halcones batieron en la primera ronda a los Cometas de Querétaro y forzaron la serie de semifinales al séptimo y decisivo juego frente a las Panteras de Aguascalientes. Cayeron en el último juego frente a los que resultaron campeones. Los Halcones obtuvieron el tercer lugar de la liga.

2004: a un paso
Para la temporada 2004, Laws, White y “Palmita” se convirtieron en consentidos de la afición, cuya asistencia ya había sobrepasado la capacidad del Gimnasio Universitario. Al equipo se integró Víctor Ávila, seleccionado nacional y compañero del jugador de la NBA Eduardo Nájera en el equipo colegial Sooners de Oklahoma, y Samuel “Showtime” Bowie, quien alguna vez estuvo con los Toros de Chicago de la NBA.

El trío conformado entre Andreé Laws, Dana White y Sam Bowie se convirtió en el más explosivo de la liga y los Halcones hacían de cada partido un espectáculo en la duela. En la cancha del Gimnasio Universitario fueron imbatibles y cerraron la temporada 2004 como locales invictos en 20 juegos, la mejor ofensiva y la mejor defensiva y el primer lugar de la tabla general, con apenas cuatro derrotas fuera del Nido del Halcón en Xalapa. Los Halcones batieron sin problemas a los Coras de Tepic –donde a la sazón jugaba Cleotis Brown, quien promedió 40 puntos por juego en aquella serie–, para después imponerse a fuerza de velocidad y precisión a la Ola Roja del Distrito Federal, uno de los equipos físicamente más duros y desgastantes de la Liga.

Los Lechugueros de León defendían la corona de la Zona Sur, pero los Halcones los batieron y de esta manera llegaron a la disputa por el campeonato nacional contra los Santos Reales de San Luis Potosí. Los dos primeros juegos de la serie se repartieron a uno por bando y la serie se desplazó hacia el norte del país. Allá, los Halcones sacaron la casta y dieron el campanazo a domicilio para poner la serie a su favor 2-1. Sin embargo, los monarcas del norte hicieron valer su condición de locales y se impusieron en los siguientes dos juegos. La serie regresó a Xalapa con la ventaja para los Santos Reales. Los Halcones estaban obligados a ganar los últimos dos juegos, pero los de San Luis forzaron a dos tiempos extra el sexto juego y le ganaron la corona de la liga a los de la UV por un punto.

Para el recuerdo de la temporada 2004 quedó la llegada del “Chango” –la mascota oficial de la Liga que bien pronto se convirtió en la mascota de los Halcones– la convocatoria de “Palmita”, Escobedo y Ávila al equipo mexicano del Juego de Estrellas y la de Laws y Bowie del lado de los extranjeros.

2005: año del Halcón
En enero de 2005, los Halcones recibieron la Copa Xallapan, premio otorgado a lo mejor del deporte xalapeño y nació una nueva franquicia universitaria en el Puerto de Veracruz: Halcones UV Veracruz. Mientras en el Puerto se conformaba un equipo duro y aguerrido bajo la tutela del coach José Luis “Satanás” Arroyos, en Xalapa el entrenador Ángel González tenía que encarar el compromiso de conquistar el campeonato que se fue de las manos el año anterior.

Andrée Laws y Dana White tuvieron que dejar al equipo. Esto forzó a una renovación completa de la escuadra xalapeña: llegaron Cleotis Brown y Larry Florence y los seleccionados nacionales Omar Bam Bam López y Víctor Mariscal. El cuadro cambió por completo y, aunque sin perder en espectacularidad, descendió en sus números: si bien se mantuvo como la mejor ofensiva de la liga (con 101.6 puntos en promedio por juego), cayó hasta el lugar número 12 en la tabla defensiva.

Había comenzado ya la temporada cuando Dana White regresó al equipo y alcanzó a imprimirle un nuevo ritmo. Sin embargo, una vieja lesión lo separó nuevamente de los Halcones y su lugar fue ocupado por el boricua Wilfredo Pagán. Bowie y Brown se alternaron como líderes anotadores en el equipo, la defensa mantuvo en constante rotación a “Palmita”, Ávila y “Bam Bam” López, y Mariscal disputaba con Bowie y “Ray” Rodríguez el liderazgo de los tiros de tres.

La temporada 2005 terminó con los Halcones en el primer lugar de la tabla general (sus hermanos del Puerto también se colaron al playoff en tercer lugar) y como la mejor ofensiva. En la postemporada, noquearon todo lo que les pusieron enfrente: 3-0 a Barreteros de Zacatecas, 4-0 a Tecos de la UAG y 4-0 a Lechugueros de León (quienes habían dado cuenta de Halcones UV-Veracruz para llegar a la final de zona).

Halcones llegó a la disputa por el campeonato contra Lobos de la Universidad Autónoma de Coahuila como la mejor ofensiva de los playoff –con promedio de 107.7 puntos por partido– y con marca de 11 juegos ganados y cero perdidos.

Los boletos para los dos primeros juegos de la Gran Final se agotaron días antes del encuentro. El primer juego fue fácil para la UV, con 13 puntos de diferencia en el marcador. Sin embargo, la noche siguiente, los Lobos se acordaron de que fueron campeones de la Zona Norte y forzaron a los Halcones a un juego ríspido, de mucho roce, de alta tensión en la duela y la tribuna y por dos puntos de diferencia se llevaron el segundo juego. La serie viajó a Saltillo, Coahuila con los cartones a uno por bando y altas expectativas de que los Lobos hicieran valer su condición de locales y monarcas de la Zona Norte.

La historia fue otra. Los juegos de sábado y domingo fueron para Halcones por seis puntos de diferencia cada uno. Con poca afición en las gradas, el del lunes por la noche ni siquiera alcanzó a terminar. En el cuarto periodo, un conato de bronca entre los jugadores hizo que mucha gente entrara a la cancha. Con un minuto y 35 segundos, los árbitros pitaron el final del encuentro por falta de garantías en la duela y pusieron fin a 79 años de que Xalapa no conociera un equipo profesional con título de campeón nacional.