Año 6 • No. 203 • noviembre 28 de 2005

Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
José de la Colina nos ofrece un encuentro ameno con personajes memorables
Hay libros que son para disfrutar tal vez acompañado de un buen café o una buena bebida, y si el lector lo tiene entre sus preferencias, con agradable música de fondo, ese es el ambiente perfecto para encontrarse con un amigo y charlar por horas interminables. Es el caso de Personerío, de José de la Colina, quien nos ofrece anécdotas, semblanzas de imágenes, ideas y una prosa sabrosa que viaja a lo largo del siglo XX relatando su encuentro con personajes memorables.
De la Colina (Santander, España, 1934) llegó de la península ibérica para refugiarse de la dictadura de Francisco Franco y, por fortuna, encontró en nuestro país campo abierto a su trabajo creativo, optimista y sin cortapisas para hacer artículos y ensayos de la cultura en México inaugurando la tradición de los suplementos culturales en la prensa nacional.

Es muy agradable encontrarse con la pluma de José de la Colina que traza a figuras como Alfonso Reyes, Renato Leduc, Salvador Novo, Efrén Hernández, Dámaso Pérez Prado, Don Primo el velador, Pita Amor, José Alvarado, Octavio Paz, José Revueltas, Juan José Arreola, Juan Rulfo, Rubén Bonifaz Nuño, Jorge López Páez, Alberto Gironella, Jorge Ibargüengoitia, Carlos Valdés, Sergio Galindo, Juan Vicente Melo, Luis González, Juan García Ponce, José Luis Cuevas, Juan Manuel Torres, Gabriel Ramírez y Paulina Lavista.

Con todos ellos realiza bocetos y con su fino punto de vista y agradable ironía tenemos un acercamiento con pensadores, narradores, poetas, pintores, fotógrafos, músicos populares y uno que otro personaje de la ciudad que nos dan una muestra de la riqueza cultural del siglo XX mexicano.

Tal vez Juan Rulfo haya sido uno de los personajes más difíciles de entrevistar; de hecho, no le gustaba, sin embargo, José de la Colina logra un diálogo con el autor de Pedro Páramo del cual reproducimos en seguida y que, por supuesto, forma parte del Personerío:

“–(Rulfo) ¿y a qué hora escribe usted?
–(De la Colina) A cualquier hora
–(Rulfo) No haga eso. Hay que disciplinarse. La mejor hora para escribir es temprano en la mañana, cuando están sosegados el cuerpo y el cerebro y cuando está usted solo, solos usted y su alma, porque después anda usted enredado en sus trabajos y con las gentes, y ya usted no es usted, se agorsoma uno. Y peor si va con los otros escritores y con los intelectuales, entonces ya no tiene uno remedio, se puede hasta volver joto. Pero siéntese, tómese una coca.
–(De la Colina) Gracias, tomaré una horchata.
–(Rulfo) Mejor. Yo tengo el pinche vicio éste de la cocacola. Pero es buena la cocacola. Esto y Faulkner es lo mejor que hacen los gringos...”

Y así, con esa cercanía, con esa confianza, José de la Colina goza con cada uno de los personajes que nos presenta en su Personerío con el cual nos invita a encontrar, junto con él, el reino del hedonismo a través de lo mejor que tenemos, la amistad que, como escribiera Salvador Novo: “Al amigo salud, Gócese vivo/ Mil soles iluminan su ventura/ y disfrute el placer de la lectura/(sobre todo leyendo cuanto escribo)”.

Personerío tiene 203 páginas, pertenece a la colección Ficción y se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, en sus dos direcciones, Hidalgo 9 y Xalapeños Ilustres 37, o en la Dirección General Editorial, Juan de la Barrera 209.