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La alimentación indígena, escasa y de pobre valor nutricional
Ricardo Luna |
El
principal derecho de los pueblos indígenas debe ser la alimentación,
pero esto se vuelve utópico ante factores como pobreza, ignorancia,
condiciones insalubres y, sobre todo, cuando el ambiente físico
y social se torna vulnerable, señaló Suria Álvarez
Beaumont, nutrióloga y abogada, al participar en el II
Seminario del Cuerpo académico Ciencias Penales, organizado
por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV. |
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Estas situaciones, dijo, determinan que los descendientes directos
del México antiguo no sepan a ciencia cierta qué es
la buena alimentación, cómo modificar la mala y, sobre
todo, cómo fomentar los hábitos hacia una calidad de
vida basada en una alimentación equilibrada.
En las comunidades indígenas de nuestro país se sigue
la tradición alimenticia de incluir en las comidas maíz,
chile y frijol, mientras que otros grupos con más suerte incluyen
también papas y trigo dentro de la dieta mestiza, que si bien
es más abundante no los exime de padecer deficiencias en salud.
“Lo mismo sucede con los asentamientos de grupos indígenas
en las grandes ciudades, afortunados por tener acceso a una dieta
más variada como la occidental, pero que por falta de control
en su ingesta les provoca trastornos graves, aunque cree que está
comiendo de forma saludable”.
Se refirió a acciones del Gobierno del Estado en algunas zonas
marginadas, pero también se mostró interesada por la
implantación de un plan de seguridad alimentaria que incluya
un análisis del estado nutricio de los grupos en cuestión,
así como un seguimiento a las situaciones de emergencia, realizar
encuestas sobre nutrición en las zonas más afectadas
por la pobreza, evaluar las estrategias en el ámbito nacional,
crear observatorios de la nutrición e intercambiar experiencias
que deriven en integrar programas de gobierno. |
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