Veracruz,
Ver.- En los primeros años del presente siglo, el estado
de Veracruz se ha ubicado en los primeros lugares nacionales en ocurrencia
de suicidios, junto con Jalisco, Nuevo León y el Distrito Federal.
Ángel Ceballos Ponce, investigador del Instituto de Medicina
Forense (Inmefo), quien realizó un estudio sobre este
fenómeno en la ciudad de Veracruz, asegura que las cifras de
suicidio se están incrementando de manera alarmante en adolescentes,
adultos jóvenes y personas de la tercera edad, grupos que no
se consideraban significativamente vulnerables.
El suicidio es multicausal. Entre sus principales detonantes están
las condiciones físicas y mentales de las personas, aunadas
a problemas familiares y económicos, conflictos con los padres,
sentimientos de venganza, decepciones amorosas, alcoholismo, farmacodependencia,
problemas intrafamiliares, desempleo, depresión o enfermedades
graves e incurables.
Según Ceballos, la mayor ocurrencia de suicidio es en hombres
que en mujeres, aunque ellas lo intentan el doble de veces; hay un
repunte en los meses de marzo-abril y septiembre-diciembre; sólo
el 10 por ciento deja recado póstumo y, de estos, solo uno
explica su caso.
Según un estudio de María Isabel Fernández Escobar,
también investigadora del Inmefo, las estadísticas nacionales
expresan tendencias preocupantes. Y es que mientras que en 1970 se
registraron 554 suicidios, en 1994 la cifra aumentó a dos mil
603, lo que significó un crecimiento superior al 150 por ciento.
Esta curva crítica mostró una tendencia más radical
entre los años 1973 y 1974, en que hubo un incremento superior
al 220 por ciento. Suicidarse
en Veracruz
Según el estudio de Ángel Ceballos, “Estadísticas
actuales del suicidio en Veracruz”, en la ciudad de Veracruz,
entre enero de 2000 y mayo de 2002, la mayor frecuencia de suicidios
fue entre hombres, la mayoría entre abril y mayo, con la
más alta cifra en 2000 (33 suicidios) y un promedio de tres
casos
por mes.
Aunque las cifras en esta ciudad se mantuvieron estables, para el
estado de Veracruz las estadísticas del INEGI expresan incrementos
notables: en 2000 hubo 249 suicidios; en 2001 fueron 252; en 2002,
234; en 2003, 283 y en
2004, 324.
Según Camerino Vázquez, psiquiatra de amplia trayectoria,
el suicidio va en franco incremento en todo el mundo por dos razones:
la explosión demográfica con la consecuente falta
de oportunidades y el estilo de vida actual alejado de principios
y valores: “no existe la educación para recurrir a
lo místico y lograr una paz interna”.
Para el ex catedrático de la Facultad de Medicina, “se
ha venido dando una especie de mutación que hace más
sensibles a los seres humanos a expresar sus sentimientos, lo cual
parece un avance pero es también un peligro”.
El psiquiatra Rafael González Ramírez considera que
el suicidio se ha incrementado sobre todo en jóvenes, debido
a que son los más afectados por la desintegración
familiar y la depresión, a los que no se les proporciona
ninguna ayuda y esto mismo los lleva al consumo de drogas y al camino
del suicidio.
Recomendó no sólo tomar en cuenta los suicidios, sino
también los intentos de suicidio que, por ley, deben de ser
notificados al ministerio público por parte de los hospitales,
lo que no se hace. Hay muchos parasuicidas que no reciben una atención
médica.
El suicidio crece entre adolescentes
María Isabel Fernández Escobar, maestría en
Medicina Forense por la UV, investigó los factores biopsicosociales
que inciden en el suicidio de adolescentes del puerto de Veracruz.
Según ella la tasa de suicidios en población de 15
a 19 años pasó de 1.49 a 2.83 por ciento entre 1970
y 1990, lo que indica una aumento del 90 por ciento. “Entre
los niños y adolescentes no existen normas éticas
ni actitudes morales bien arraigadas sobre el sentido de la vida”,
por eso se vuelven más propensos a imitar el suicidio.
El concepto de muerte como algo irreversible se forma en el niño
a partir de los seis o siete años; la regla es que sus conductas
parasuicidas o autodestructivas están ligadas a los hechos
del entorno.
Ángel Ceballos señaló que “cuando los
niños rebasan los 13 años, los factores de riesgo
se acentúan, con predisponentes como consumo de drogas, exposición
a actos violentos y facilidad con que acceden a las armas”.
María Isabel Fernández Escobar señala que el
suicidio es poco frecuente en niños escolares, pero aumenta
progresivamente en estudiantes de secundaria (35%), preparatoria
(65%) y universidad (50-65%). En las conclusiones de su trabajo
cita que “de los 13 a los 18 años, la edad que predomina
en el suicidio consumado es la de 18 años”. Para la
autora, así como el problema es multicausal, las soluciones
deben ser multiinstitucionales, individuales, de familia y de grupos.
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