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Juan
Carlos Plata
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Miden el riesgo en edificios del centro de ambas ciudades, además
de analizar los diferentes tipos de suelo de las zonas urbanas |
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de enero de 1920. Un sismo de 6.4 grados en escala de ritchter, con
epicentro en la comunidad de Quimixtlán, Puebla, sacude la
ciudad de Xalapa provocando 650 muertes –419 por avalanchas
de lodo producto del desgajamiento de cerros–. 28 de agosto
de 1973. La ciudad de Orizaba se ve afectada por un sismo de 7.3 grados
que provoca 539 muertes.
Después del temblor de la Ciudad de México en 1985 –que
dejó, según cifras oficiales cerca de 5 mil muertos
y según estimaciones no oficiales más de 10 mil–,
los temblores de Xalapa y Orizaba son el segundo y el tercero respectivamente
en número de víctimas.
A pesar de este antecedente, es muy poco lo que se sabe sobre sismología
en el estado, según expertos, la entidad es prácticamente
un terreno virgen al respecto.
Para saber cuál es el riesgo de los edificios de Xalapa y Veracruz
frente a eventos sísmicos, de acuerdo al tipo de suelos donde
se asientan y a las propiedades de los materiales con los que están
construidos, así como su altura, investigadores del Centro
de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV)
realizan una serie de estudios en ambas ciudades cuyos resultados
integrarán un sistema de información para establecer
parámetros de construcción y prevención.
Estos trabajos incluyen el estudio de características geológicas
de los diferentes tipos de suelos que hay en las ciudades, experimentos
para medir –de una manera aproximada– la vibración
de las estructuras y la sistematización de la base de datos
de todos los temblores que, históricamente, han tenido algún
efecto en el estado de Veracruz.
“Se está trabajando en determinar los efectos sísmicos
(riesgo sísmico) en las ciudades y en sus construcciones; eso
implica dos tipos de trabajo de investigación: trabajar con
el suelo, que es la parte de la microzonificación sísmica,
y trabajar con los edificios, que es la vulnerabilidad sísmica
estructural”, aseguró Gilbert Torres Morales, investigador
del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV.
Se trata, en principio, de estudios llamados de microzonificación
sísmica, que consisten en determinar los diferentes tipos de
suelo que se tienen en una ciudad y sus posibles reacciones ante eventos
sísmicos, y se han desarrollado con el apoyo de los Institutos
de Ingeniería, Geofísica y Geología de la UNAM,
la Facultad de Ingeniería Civil de la UV en Xalapa y el Instituto
de Ingeniería de la UV en Veracruz.
Torres Morales dijo que después del temblor de 1985 en la Ciudad
de México, se empezaron a hacer mapas para delimitar los diferentes
tipos de suelo que existían en la ciudad y a medir las aceleraciones
de cada uno de ellos y así contemplar dichas mediciones a la
hora de construir. De esta forma surgió en México la
realización de estudios de microzonificación.
“Estamos trabajando para determinar la manera en la que las
características del suelo influyen en cómo las ondas
sísmicas actúan sobre los edificios –conocido
como efecto de sitio– en las ciudades de Xalapa y Veracruz.
Junto con el Instituto de Ingeniería de la UV en Veracruz y
con el Instituto de Ingeniería de la UNAM, se realizó
una primera etapa de microzonificación, que tiene como finalidad
poder estimar las estructuras que tendrían una mayor o menor
respuesta a un sismo. Este tipo de datos les pueden servir mucho a
los ingenieros que están construyendo estructuras nuevas”,
afirmó.
El investigador señaló que, según los materiales
con los que estén construidas o según su altura, las
estructuras tendrán un periodo de vibración mayor o
menor; por ejemplo, los edificios construidos con mampostería
gruesa son muy rígidos y tienen periodos de vibración
muy cortos; por el contrario, los edificios muy altos tendrán
un periodo de vibración más largo.
En estos estudios, aseguró Torres Morales, se conjugan los
tres términos fundamentales de la ingeniería ambiental:
Peligrosidad: qué tan peligroso puede ser vivir en un lugar
determinado en caso de un evento sísmico; Vulnerabilidad: respuesta
de cada estructura ante eventos sísmicos (causa-efecto); y
Riesgo sísmico: conjugación de peligrosidad y vulnerabilidad. |
Primeros
estudios y resultados |
En
el puerto de Veracruz se delimitaron dos zonas diferentes; la zona
1 tiene periodos de vibración de 0.1 hasta 0.3 segundos, y
la zona 2 tiene de 0.3 hasta 0.7 segundos, que son periodos de vibración
relativamente cortos si se toma en cuenta que en la Ciudad de México
hay suelos que tienen periodos de vibración de hasta dos segundos.
También se ha trabajado en relacionar el efecto de sitio (cómo
es que vibra el suelo) con el periodo fundamental de vibración
(cómo y cuánto vibran las estructuras) y se realizó
un mapa de vulnerabilidad sísmica para el centro histórico
de Veracruz.
Por otra parte, Xalapa se ha dividido en cinco zonas distintas, ya
que hay una tremenda diferencia en los diversos tipos de suelo, y
en un radio de 50 metros se pueden encontrar suelos diferentes. Por
este motivo, la geología de la ciudad es muy complicada.
“Tenemos primero, como el suelo más firme de la ciudad,
los alrededores del volcán Macuiltépetl, cuyo suelo
está formado con los derrames del volcán; después
tenemos definida otra zona de brecha volcánica, otra de basalto
caótico y la zona de Los Sauces es muy blanda, presentando
una amplificación hasta 10 veces mayor a la referencia de suelo
firme, lo que la hace la zona más vulnerable de la ciudad.
”Lo que sigue es terminar los estudios de vulnerabilidad de
edificios en Veracruz, empezar a hacer escenarios de riesgo y terminar
el mapa de microzonificación de Xalapa; iniciar con la vulnerabilidad
y hacer estos mismos estudios en otras ciudades, como Orizaba, que
no tiene estudios recientes de sismología. El único
dato que se tiene de ahí es de 1976”, dijo el investigador. |
Sismos
en Veracruz |
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En
el CCT se tienen los registros históricos de los sismos que
han tenido algún efecto en el estado de Veracruz desde 1523
hasta 1999. Son alrededor de 276 eventos sísmicos. De los primeros
98 sólo se tienen datos históricos y una estimación
de magnitud. Pero a partir de los acontecidos en 1911 ya se tienen
datos más específicos como hora exacta del evento, localización
precisa del epicentro y profundidad.
Además de los estudios que se están haciendo, Gilbert
Torres aseguró que es necesario delimitar las zonas fuentes
sismogenéticas, que se refiere al origen o la fuente de un
tipo de sismo con características específicas que pudieran
afectar al estado de Veracruz. “Hasta el momento hemos detectado
seis eventos que han afectado a Xalapa y Veracruz, con algunas variaciones
en cuanto a intensidad, pero que se han dado en lugares que han resultado,
históricamente, más desfavorables”. |
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Estos
sismos son: 3 de enero de 1920, de magnitud 6.5 grados con epicentro
en Quimixtlán, Puebla, conocido como el temblor de Xalapa;
15 de enero de 1931, de 7.8 grados de magnitud, con epicentro en
Oaxaca; 26 de julio de 1937, de 7.3 grados de magnitud y con epicentro
ente Acutzingo y Maltrata; 26 de agosto de 1959, de 6.4 grados y
que afectó considerablemente la comunidad de Jáltipan;
11 de marzo de 1967, de 5.7 grados y que afectó al puerto
de Veracruz; y el 28 de agosto de 1973, sismo de 7 grados que afectó
a la ciudad de Orizaba.

“De
hecho, los sismos de Xalapa en 1920 y el de Orizaba en 1973 son
dos de los tres temblores que más muertes han provocado,
con 600 y 539 respectivamente, ambas por debajo del de la Ciudad
de México en 1985”, dijo el investigador.
Gilbert Torres dijo que la configuración geológica
de las zonas aledañas a Xalapa es de emisiones de cenizas
volcánicas que han creado cerros de materiales muy inestables,
que con cierta vibración se desgajan con facilidad, y explicó
que esa fue la causa de muchas de las muertes registradas en el
evento sísmico de 1920.
“Hay mucho que hacer en cuestiones de ingeniería sísmica
en el estado de Veracruz. Es un terreno prácticamente virgen.
Ya hemos colocado dos estaciones de monitoreo sísmico en
Xalapa que trabajan las 24 horas del día”. |
Monitoreo
sísmico en México |
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En
1904 se instaló el primer sismógrafo –equipo que
mide los desplazamientos del terreno– en México; el 5
de septiembre de 1910 se funda Servicio Meteorológico Nacional,
instalando una de las redes sismológicas más avanzadas
de su tiempo, con 10 estaciones de monitoreo sísmico (sismógrafos
mecánicos) colocadas en todo el territorio nacional, una de
ellas en el Puerto de Veracruz.
A raíz del sismo de 1957, los ingenieros de la UNAM se preocuparon
por instalar acelerógrafos –que miden las aceleraciones
del terreno y no sólo su desplazamiento– en la Ciudad
de México y en otros puntos del país, como las presas
hidroeléctricas de La Angostura, La Villita, Malpaso y otras.
A 46 años de iniciada la instrumentación sísmica
en México, el país cuenta actualmente con una importante
infraestructura de estaciones y sistemas de observación de
temblores fuertes de más de 487 acelerógrafos –ninguno
de ellos en el estado de Veracruz–. Esta red, distribuida en
las principales zonas sísmicas de nuestro territorio, ha producido
un extenso catálogo de información acelerográfica
que, a finales de 1993, alcanzó más de 7 mil 915 registros
generados por mil 250 temblores con magnitudes entre 1.3 y 8.1 grados.
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Términos
de sismología:
Foco:
Distancia que hay desde la parte superior de la tierra hasta la profundidad
en la que se lleva a cabo la ruptura de la corteza terrestre que libera
la energía. Epicentro:
Lugar en la superficie de la tierra en el que, justo debajo, se
encuentra el foco.
Distancia
epicentral:
Distancia que hay entre el epicentro de un sismo y el equipo de
medición que lo detecta.
Efecto
de sitio:
Se denomina así a la relación que hay entre las características
del suelo y la manera en la que estas condiciones tienen que ver
en cómo las ondas sísmicas inciden sobre los edificios
construidos.
Periodo
de vibración:
Es el tiempo que tarda una estructura en tener una oscilación
completa. |
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