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Hermanadas
ambas instituciones en las artes
Nélida Piñón: aventurera,
intelectual y camaleónica
Alma Espinosa |
Las
mujeres deberían reclamar su coautoría de las obras
de Homero, Dante, Shakespeare y Cervantes, aseguró la ganadora
del premio Príncipe de Asturias 2005 |
Sus
amigos la llaman Scherezada por su incesante o, mejor dicho, su infinito
quehacer de crear historias. Ella prefiere conceptuarse como mujer
atraída por la inteligencia de los seres. Nélida Piñón,
excelsa escritora brasileña, es una suerte de aventura y sabiduría,
de encanto y carácter a quien el XI Festival Internacional
Junio Musical de la Universidad Veracruzana (UV) tuvo el acierto de
invitar. |
Nélida
Piñón, ganadora del premio Príncipes de Asturias
de la Literatura en 2005. |
Para
arrancar con bombo y platillo lo que en un inicio fue una fiesta de
la música y la fotografía, el festival Junio Musical
contó en su cuarto día de actividades con la presencia
de la ganadora del premio Príncipe de Asturias 2005, Nélida
Piñón. Fuera de formalismos y acompañada por
el Premio Cervantes 2005, Sergio Pitol, hizo una retrospectiva de
la memoria femenina.
Esta memoria ha sido implantada en la raíz de los libros porque
los escritores siempre han dependido de la diligencia narrativa de
la mujer, para visitar el alma ajena y traducir su misterio literario.
Los narradores, “al hacerse interpretes únicos de la
memoria colectiva necesitan nutrirse de la urdimbre de historias,
diálogos amorosos y confesiones en el lecho de muerte que sólo
la mujer en su condición de madre, o amante, podía dictarles”,
reflexionó la escritora merecedora del premio literario latinoamericano
Juan Rulfo 1995. |
Ante
un auditorio repleto de estudiosos e investigadores de la literatura
hispanoamericana reunido en la sala de conferencias de la USBI, Nélida
dijo que los narradores necesitaron apropiarse de la preciosa materia
guardada en el corazón femenino, “un corazón que
es cómplice de todas las alegrías universales, dolores,
emociones y cuanto integra la galería de los sentimientos humanos.
Ellos sabían que las huellas de la vida sin las cuales no se
escribe una obra de arte, con certeza se hallaban alojadas en la mujer”.
La primera mujer en dirigir la Academia Brasileña de las Letras
no dudó en asegurar que la memoria femenina sin duda ayudó
a escribir a Homero, Dante, Shakespeare y Cervantes, lo que autoriza
a la mujer reclamar ante la comunidad la coautoría de sus obras.
“A proclamar en nombre del legado que se dio a la humanidad
que ella es la otra cara de los autores”, dijo. |
Sergio Pitol, premio Cervantes 2005, y Nélida
Piñón, premio Juan Rulfo 1995, dos grandes de la literatura
hispanoamericana, participaron en el Encuentro de Escritores de
Brasil y México, en el marco del Junio Musical. |
No
obstante, la memoria contemporánea rehabilita a la mujer, la
obliga a conjurar el silencio de la fatalidad histórica y frente
al texto ella se apoya en la propia psique engendrada por su trayectoria
particular. Se obliga a armonizar su biografía con la geografía
de su cuerpo, explicó durante el Encuentro de Escritores de
Brasil y México.
Nélida Piñón se proclama hija del lenguaje. Ella
habla, piensa, escribe, calla y describe. Narró que “a
lo largo de los años me enfrenté al desafío siempre
renovado de crear un lenguaje autónomo esencial irrenunciable
que debía brotar de mi visión ficcional. Me vi obligada
a ajustarme a otro lenguaje común a todos, rescatado del universo
masculino para así conferirle, tras un silencio milenario,
una versión armónica con la intimidad de mi corazón
y de mi pensamiento múltiple de mujer. Un lenguaje al que debía
agregar una semántica privada y mi propia representación
teatral sin dispensar por ello la arqueología de la memoria”.
Para finalizar, la escritora brasileña, que para escribir adopta
todas las formas posibles como camaleón, así se trate
de una piedra o un animal, recordó que constantemente tuvo
la conciencia de haber heredado los trazos de aquellas civilizaciones
distantes que aspira a entender. Ella es dueña de un cuerpo
y de una memoria, siempre entrelazados. |
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