Año 6 • No. 225 • junio 5 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 Libros

 General

 Reportaje

 
Arte

 Deportes


 Becas  y oportunidades

 Contraportada


 Números  Anteriores


 Créditos



 

 

 

Subsidiarla es un error, dice investigador de la UNAM
Cuesta el agua mucho más
de lo que pagamos por ella
Edith Escalón

Los siete pesos que pagamos por cada mil litros de agua no reflejan ni remotamente el verdadero precio del líquido vital, pues hacerla disponible implica, entre otros costos colaterales, una fuerte inversión en procesos de búsqueda, purificación, infraestructura para el abasto, operación, transportación, monitoreo de fuentes e investigación.

Para Ramiro Rodríguez Castillo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), éste es uno de los mayores problemas que afecta el abasto de agua, provocando además una crisis que será irreversible si no se actúa en consecuencia.

De visita en la Universidad Veracruzana (UV), donde junto con investigadores del Centro de Ciencias de la Tierra de esta casa de estudios el geólogo unamita realiza proyectos de monitoreo de contaminantes en mantos acuíferos subterráneos, aseguró que subsidiar el líquido vital es un error el cual, lejos de ayudar, aumenta el problema.

“Ya no podemos seguir una política de tolerancia porque es insostenible”, dijo luego de exponer que el 80 por ciento del agua es subsidiada para la agricultura, 40 por ciento de la población no paga un peso por el líquido, y que el porcentaje restante de los usuarios es el que aporta de forma mínima el costo de operación.

“El agua es vital, a diferencia del petróleo y otros recursos. No hay alternativas para sustituirla, por eso revalorar su precio es una tarea urgente para la sociedad”, aseguró el investigador en el Museo de Antropología, donde ofreció una charla como parte del programa de divulgación científica Sábados en la Ciencia.

Frente a un auditorio conformado principalmente por niños y jóvenes, aseguró que “pagar nueve pesos por mil litros de agua potable es absurdo”, cuando las empresas venden en alrededor de 10 pesos un solo litro en presentación individual, y un garrafón con 20 litros en poco más de 25 pesos, aprovechando el recurso para hacer negocios millonarios.

Por otra parte, explicó que el 70 por ciento del agua proviene de mantos subterráneos, lo que dificulta aún más los procesos previos al abasto: “El primer problema que tenemos es que no sabemos cuánta hay, dónde está y en qué condiciones, por eso es indispensable invertir en investigación, monitoreo, conservación y todo aquello que contribuya a preservar esas fuentes subterráneas y las zonas de recarga”.

Según dijo, las aguas dulces superficiales están cada vez más contaminadas o son cada vez más escasas, de ahí la necesidad de apostar por las fuentes subterráneas, aun a pesar de los altos costos que representa la investigación y el aprovechamiento de las mismas, en comparación con las superficiales.
Aunque enfatizó una y otra vez la necesidad de invertir en este aspecto, señaló que el asunto más urgente es formar especialistas que puedan desarrollar la investigación en torno al agua, y que sean capaces de gestionar y administrar adecuadamente el recurso.

Para Ramiro Rodríguez Castillo, investigador de la UNAM, subsidiar el agua es un error.
“En México, cinco carreras acaparan el 90 por ciento de la matrícula universitaria, carreras saturadas en el mercado laboral; sin embargo, sólo hay 300 expertos en hidrogeología en el país y ni un solo programa de licenciatura que forme expertos en el área. Lo único que existe es una serie de posgrados encaminados a la profesionalización”.