“En
Veracruz más de dos millones de personas dependen de la industria
cañera. Hay 15 estados de la república que producen
caña, pero la mayoría de los ingenios están
en Veracruz (22 de un total de 56), por lo que, de darse una problemática
mayor en el sector, la crisis afectaría a miles de familias”,
afirmo Bravo Garzón.
La amplia gama de posibilidades y usos industriales de la caña
de azúcar van desde la producción de etanol y biodiesel,
generación de energía eléctrica, forraje y
productos farmacéuticos.
Combustibles
El país consume aproximadamente 680 mil barriles diarios
de gasolina, de los cuales entre 200 y 220 mil son importados, lo
que representa anualmente siete mil 350 millones de dólares.
Y si a esto se le suma las importaciones de productos petroquímicos
y petrolíferos –gas natural, diesel, disolventes, benceno,
etcétera–, la cifra llega a nueve mil 700 millones
de dólares. Además el consumo de gasolinas aumenta
un 4.2 por ciento al año.
“Actualmente, Brasil, Colombia, Ecuador y Guatemala ya utilizan
o están planeando utilizar etanol combinado con gasolina
y desarrollando motores que utilizan sólo etanol, lo que,
además de evitar importaciones, tiene fuertes repercusiones
positivas en la disminución de la contaminación, ya
que el alcohol no produce ninguna contaminación atmosférica.
Este es el futuro del desarrollo de la industria cañera,
y en México tenemos que seguir ese ejemplo”, dijo el
ex rector de la UV.
El etanol que se produce en México es principalmente utilizado
por las industrias de las bebidas alcohólicas, pero no es
suficiente y el país está importando etanol de Guatemala.
Bravo Garzón explicó que con la tecnología
que se tiene en México, el etanol que se produce se saca
de la melaza –que ya es un desecho de la producción
de azúcar–, pero hay otras tecnologías ya utilizadas
en Brasil, por ejemplo, que obtienen el etanol directamente del
jugo de la caña.
“Ese uno de los aspectos más importantes que estamos
investigando. Los especialistas químicos del CEVIM están
trabajando en la búsqueda de cepas o levaduras que pueden
lograr una fermentación más rápida, más
barata y más pura”.
De la caña de azúcar también se pueden obtener
muchos otros subproductos de gran potencial, por mencionar alguno,
el ácido sulzínico, que tiene un mercado de cuatro
mil millones de dólares en todo el mundo.
En el municipio de Atoyac ya está funcionando un ingenio
que se dedica exclusivamente a la producción de etanol.
Azúcar,
la crisis anunciada
México produce alrededor de cinco millones de toneladas de
azúcar al año. El consumo nacional es de poco más
de cuatro millones –30 por ciento de la producción
total se destina a la industria refresquera y 40 por ciento se genera
en Veracruz–; hay un excedente de un millón de toneladas
que es muy difícil colocar en el mercado internacional por
su alto precio.
Además, la introducción de la alta fructosa –sustancia
producida a base de maíz transgénico y mucho más
barato que el azúcar– al mercado de edulcorantes, ha
significado un severo golpe a la industria azucarera nacional.
“En México se empezó a importar alta fructosa
y se vino la crisis en el sector cañero; el gobierno tuvo
que intervenir en una veintena de ingenios que estaban al borde
de la quiebra. Se pudo evitar que no ingresara una gran cantidad
de este material por un impuesto especial al consumo, lo que provisionalmente
evitó que la crisis fuera más severa”, señaló
Bravo Garzón.
Pero hay más malas noticias: México acaba de perder
una discusión jurídica que Estados Unidos interpuso
en la Organización Mundial de Comercio por ese impuesto;
asimismo, dentro de dos años, el Tratado de Libre Comercio
entrará en vigor en todos los productos, incluidos los agrícolas,
y ya no se podrá frenar la importación. Y por si fuera
poco, ya se está produciendo alta fructosa en el país.
“Lo que estamos proponiendo es que la agroindustria se oriente
fundamentalmente a producir etanol, que es el mercado que ofrece
grandes posibilidades, y pensando además que hay un importante
mercado de azúcar que no se va a perder, como el de la industria
panificadora”, dijo.
El
factor ecológico
Bravo Garzón señaló que el CEVIM está
apostando a bajar la contaminación atmosférica gracias
a la mezcla de gasolina y etanol y la utilización de biodiesel,
lo que también podría traer beneficios económicos,
pues el Tratado de Kyoto contempla la posibilidad de pagos por servicios
ambientales, en euros, a los países que promuevan estrategias
para reducir la contaminación.
Investigadores adscritos al CEVIM –de esta casa de estudios
y del Instituto Tecnológico de Veracruz– presentaron
seis proyectos para concursar por los Fondos Mixtos que ofertaron
el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y el
Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología (COVECYT), todos
relacionados con la reconversión tecnológica e industrial
de la caña de azúcar, así como un proyecto
más que está en evaluación en la Fundación
PRODUCE.

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