Año 6 • No. 225 • junio 5 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Caña de azúcar: alternativa para problemas
energéticos, ecológicos y económicos
Juan Carlos Plata
México, a pesar de ser uno de los principales productores de petróleo en el mundo, importa siete mil 350 millones de dólares al año en gasolinas, alrededor del 30
por ciento del consumo nacional; esto debido a que Petróleos Mexicanos (PEMEX) no ha incrementado su capacidad de refinación en los
últimos 25 años.

Roberto Bravo Garzón, director del CEVIM de la UV.
Por otro lado, la industria cañera se encuentra ante la grave amenaza de que para el 2008 no se pueda frenar la importación de alta fructosa, producto que compite directamente con el azúcar en el mercado de edulcorantes.

Ante este panorama, se hace urgente una reconversión tecnológica de la industria cañera nacional que permita la producción masiva de bioenergéticos como el etanol y el biodiesel, lo que generaría una reactivación económica en todo el sector –desde los cortadores de caña hasta los grandes industriales del ramo–, además de que tendría repercusiones ecológicas benéficas, aseguró el director del Centro Virtual de Investigaciones Multidisciplinarias (CEVIM) de la Universidad Veracruzana (UV), Roberto Bravo Garzón.

El organismo que se ha dedicado a la investigación del sector cañero nacional y su posible reconversión tecnológica está integrado al Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED); de la Red Mexicana de Bioenergía, y del Comité Consultivo sobre Biocombustibles en México. 
“En Veracruz más de dos millones de personas dependen de la industria cañera. Hay 15 estados de la república que producen caña, pero la mayoría de los ingenios están en Veracruz (22 de un total de 56), por lo que, de darse una problemática mayor en el sector, la crisis afectaría a miles de familias”, afirmo Bravo Garzón.
La amplia gama de posibilidades y usos industriales de la caña de azúcar van desde la producción de etanol y biodiesel, generación de energía eléctrica, forraje y productos farmacéuticos.

Combustibles
El país consume aproximadamente 680 mil barriles diarios de gasolina, de los cuales entre 200 y 220 mil son importados, lo que representa anualmente siete mil 350 millones de dólares. Y si a esto se le suma las importaciones de productos petroquímicos y petrolíferos –gas natural, diesel, disolventes, benceno, etcétera–, la cifra llega a nueve mil 700 millones de dólares. Además el consumo de gasolinas aumenta un 4.2 por ciento al año.

“Actualmente, Brasil, Colombia, Ecuador y Guatemala ya utilizan o están planeando utilizar etanol combinado con gasolina y desarrollando motores que utilizan sólo etanol, lo que, además de evitar importaciones, tiene fuertes repercusiones positivas en la disminución de la contaminación, ya que el alcohol no produce ninguna contaminación atmosférica. Este es el futuro del desarrollo de la industria cañera, y en México tenemos que seguir ese ejemplo”, dijo el ex rector de la UV.
El etanol que se produce en México es principalmente utilizado por las industrias de las bebidas alcohólicas, pero no es suficiente y el país está importando etanol de Guatemala.

Bravo Garzón explicó que con la tecnología que se tiene en México, el etanol que se produce se saca de la melaza –que ya es un desecho de la producción de azúcar–, pero hay otras tecnologías ya utilizadas en Brasil, por ejemplo, que obtienen el etanol directamente del jugo de la caña.

“Ese uno de los aspectos más importantes que estamos investigando. Los especialistas químicos del CEVIM están trabajando en la búsqueda de cepas o levaduras que pueden lograr una fermentación más rápida, más barata y más pura”.
De la caña de azúcar también se pueden obtener muchos otros subproductos de gran potencial, por mencionar alguno, el ácido sulzínico, que tiene un mercado de cuatro mil millones de dólares en todo el mundo.

En el municipio de Atoyac ya está funcionando un ingenio que se dedica exclusivamente a la producción de etanol.

Azúcar, la crisis anunciada
México produce alrededor de cinco millones de toneladas de azúcar al año. El consumo nacional es de poco más de cuatro millones –30 por ciento de la producción total se destina a la industria refresquera y 40 por ciento se genera en Veracruz–; hay un excedente de un millón de toneladas que es muy difícil colocar en el mercado internacional por su alto precio.

Además, la introducción de la alta fructosa –sustancia producida a base de maíz transgénico y mucho más barato que el azúcar– al mercado de edulcorantes, ha significado un severo golpe a la industria azucarera nacional.

“En México se empezó a importar alta fructosa y se vino la crisis en el sector cañero; el gobierno tuvo que intervenir en una veintena de ingenios que estaban al borde de la quiebra. Se pudo evitar que no ingresara una gran cantidad de este material por un impuesto especial al consumo, lo que provisionalmente evitó que la crisis fuera más severa”, señaló Bravo Garzón.

Pero hay más malas noticias: México acaba de perder una discusión jurídica que Estados Unidos interpuso en la Organización Mundial de Comercio por ese impuesto; asimismo, dentro de dos años, el Tratado de Libre Comercio entrará en vigor en todos los productos, incluidos los agrícolas, y ya no se podrá frenar la importación. Y por si fuera poco, ya se está produciendo alta fructosa en el país. “Lo que estamos proponiendo es que la agroindustria se oriente fundamentalmente a producir etanol, que es el mercado que ofrece grandes posibilidades, y pensando además que hay un importante mercado de azúcar que no se va a perder, como el de la industria panificadora”, dijo.

El factor ecológico
Bravo Garzón señaló que el CEVIM está apostando a bajar la contaminación atmosférica gracias a la mezcla de gasolina y etanol y la utilización de biodiesel, lo que también podría traer beneficios económicos, pues el Tratado de Kyoto contempla la posibilidad de pagos por servicios ambientales, en euros, a los países que promuevan estrategias para reducir la contaminación.

Investigadores adscritos al CEVIM –de esta casa de estudios y del Instituto Tecnológico de Veracruz– presentaron seis proyectos para concursar por los Fondos Mixtos que ofertaron el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y el Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología (COVECYT), todos relacionados con la reconversión tecnológica e industrial de la caña de azúcar, así como un proyecto más que está en evaluación en la Fundación PRODUCE.