Año 6 • No. 235 • agosto 28 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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En la región de Minatitlán
UV incorpora al mercado
productos de mujeres bordadoras

Alma Espinosa
Con la finalidad de apoyar a la población de la comunidad rural Las Ánimas, del municipio de Minatitlán, estudiantes de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Veracruzana (UV) de aquella región trabajaron conjuntamente con un grupo de mujeres para buscar su integración, capacitación y venta de productos.
De acuerdo con la académica de la Facultad, Ruth Lomelí Gutiérrez, 21 estudiantes de sexto semestre de la experiencia educativa Trabajo Social en Desarrollo de Comunidad del área disciplinaria, colaboraron con 20 mujeres de la localidad para proporcionarles capacitación en trabajo artesanal.

El proyecto estuvo planeado para que se trabajara en tres etapas. La primera involucró la planeación del proyecto, posteriormente se hizo la convocatoria y luego se establecieron compromisos tanto de alumnos como de las mujeres participantes. Así fue como se creó el grupo “Mujeres en acción”, que logró cumplir sus objetivos e, incluso, traspasar sus metas.

Uno de los objetivos iniciales de estas mujeres era realizar bordados para venderlos. Para ello, tuvieron que buscar recursos mediante rifas y acciones de esta naturaleza; además, consiguieron que un productor de hilos les ofreciera la materia prima a un precio especial, muy por debajo del comercial.

Cada una logró elaborar 10 mantas que fueron vendidas en una feria de medicina tradicional. Sin embargo, el trabajo de los estudiantes durante un semestre era sembrar la semilla para que las mujeres pudieran organizarse posteriormente por su cuenta y obtener recursos para cubrir sus necesidades mínimas y ayudar a su familia.

Los resultados fueron visibles casi de inmediato, pues un productor de estropajo, de la misma comunidad, se mostró interesado en que las “Mujeres en acción” fueran las encargadas de modificar la presentación tradicional de este producto para el aseo, con el fin de que sea más atractivo para los consumidores y consiga incrementar sus ventas.

La académica comentó que el proyecto tuvo éxito porque las mujeres construyeron expectativas a partir de esta experiencia, pues era la primera vez que participaban en una actividad de esta naturaleza, la cual les brindó satisfacciones personales muy grandes.

De igual forma, les dio la oportunidad de salir de su comunidad, conocer y convivir con las demás mujeres que viven en la misma, darse cuenta de que sus creaciones pueden tener valor para otras personas. Coincidieron en no dejar pasar las ofertas que les hagan posteriormente como resultado de su trabajo conjunto.

Un año antes de que estudiantes de Trabajo Social participaran con un grupo de mujeres de Las Ánimas, otros jóvenes ya habían tenido contacto con los niños de la misma comunidad. Lamentablemente, en ambos casos se tuvieron que apegar al calendario escolar y a los procesos de evaluación, lo cual significó en algunos momentos una dificultad para el desarrollo de los proyectos.