México
opera con indolencia, falta de previsión e irresponsabilidad
en materia de recursos hídricos, y larva así una
crisis futura, pero no lejana, en la que la escasez del líquido
detonará conflictos sociales, políticos y económicos
graves para la estabilidad y la capacidad misma de subsistencia
del país, aseguró Fabrizio León, editor de
La Jornada.
“El actual gobierno ha permitido y hasta propiciado la pérdida
de numerosos recursos hídricos, su contaminación
por industrias poco escrupulosas y la privatización de
los servicios de potabilización y distribución del
líquido”, comentó en la Feria Internacional
del Libro Universitario (FILU) 2006, donde presentó el
libro Agua, emergencia en puerta, resultado de una investigación
periodística sobre la situación del agua en el país.
Aseguró que el gobierno ha seguido los ordenamientos de
organismos financieros internacionales y se ha inscrito en la
tendencia imperante en América Latina, en la que grandes
consorcios extranjeros se hacen con control del recurso, ya sea
para repartirla en cañerías o para envasarla y venderla
como si se tratara de un producto de compleja elaboración
y un alto valor agregado.
“Si en México no se pone un alto a la privatización
del recurso y no se logra establecer una política del agua,
más temprano que tarde las confrontaciones –entre
comunidades, entre éstas y la autoridad, entre los habitantes
y las empresas de potabilización y distribución–
estarán a la orden del día”.
Fabrizio, fotógrafo y fundador del periódico La
Jornada, señaló que “estamos frente a uno
de los principales problemas de seguridad nacional, cuyo diagnóstico
es grave y crónico, ya que la propia vida está en
juego”, aunque, no obstante su gravedad, como lo muestran
quienes participan con sus investigaciones y opiniones en el texto,
aún esta problemática mundial tiene solución.
Por su parte, Ernesto Márquez, colaborador de La Jornada,
dijo en la presentación que el diagnóstico, realizado
a partir de entrevistas con investigadores de institutos científicos
y universidades, también detalla que la escasez de agua
ha ocasionado disputas por el recurso, y que especialistas han
señalado –como lo consigna el libro– que en
este siglo las guerras serán por el “oro azul”.
En la presentación del libro, Ernesto Rodríguez
Luna, científico universitario y director del Área
Biológico Agropecuaria de la UV, recordó que a pesar
de la gravedad del problema es relativamente reciente la percepción
pública de que el agua es un recurso finito, valioso y
altamente contaminado y desperdiciado.
Por eso consideró esta edición como una compilación
acertada y un texto de consulta obligada no sólo para sectores
científicos, académicos y para los estudiosos de
la gestión ambiental, sino para “detonar entre todos
la reflexión pública sobre el futuro que nos corresponde
decidir”.
Desperdicio
en México
Para percibir la gravedad del problema basta revisar la serie
de estadísticas que el libro presenta en los distintos
diagnósticos de especialistas, así como en reportajes
y artículos de opinión. Señala, por ejemplo,
que en México se desperdicia entre el 40 y 50 por ciento
del agua en fugas por la deficiente red hidráulica, y prácticamente
todos los cuerpos de agua están contaminados.Treinta y
ocho ciudades del país tienen problemas de abasto, 11 millones
de mexicanos no tienen acceso al agua potable y 24 millones carecen
de sistema de alcantarillado. Además, el tratamiento de
aguas residuales apenas alcanza el 31 por ciento del total del
volumen recolectado; 102 acuíferos están sobreexplotados
y el 70 por ciento de la población está ubicada
en zonas áridas o semiáridas.
Esta edición especial de La Jornada presenta un diagnóstico
del problema hídrico por estados, fundamentado en los estudios
y opiniones de profesionales, científicos, académicos
y expertos en la materia que corroboran que la falta de una eficaz
política de Estado y el desarrollo de una cultura sobre
el uso racional del recurso en México ha puesto en riesgo
los recursos hídricos de la nación.
2025,
catastrófico para Veracruz
Aunque pareciera que es un estado privilegiado en sus recursos
acuíferos, dijo Fabricio León, en Veracruz también
existe una alerta sobre adoptar medidas urgentes para lograr hacer
un uso racional del recurso, como lo muestra en el texto el diagnóstico
realizado por expertos en la materia, quienes señalan en
este apartado que para el 2025 el déficit de agua en el
estado será catastrófico, debido a la contaminación
en todas las cuencas y al desperdicio en campo y ciudades. Señaló
que las investigaciones periodísticas y científicas
reportan que todos los ríos del estado presentan algún
grado de contaminación, pero el Río Blanco, en la
región industrial de Orizaba, es el único que representa
un problema grave en este sentido, pues está clasificado
como “el más fuertemente contaminado”.
Las fuentes más importantes de esta contaminación
son las tenerías, los ingenios, las descargas residuales
de las grandes ciudades y, sobre todo, Petróleos Mexicanos,
debido a los constantes derrames de hidrocarburos que han afectado
gravemente los cuerpos de agua.
Para Héctor Narave, director de la Facultad de Biología,
el libro cumple con su cometido esencial: colaborar con la gestación
de una nueva cultura del agua, entendida como el conjunto de costumbres,
valores, actitudes y hábitos que un individuo o una sociedad
tienen con respecto a la importancia del agua para el desarrollo
de todo ser vivo, la disponibilidad del líquido en su entorno
y las acciones necesarias para obtenerla, distribuirla, desalojarla,
limpiarla y reutilizarla.