Año 6 • No. 236 • Septiembre 4 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Debe ser prioridad en las políticas públicas
México, en el lugar 106 en calidad del agua

Edith Escalón
México ocupa el lugar 106 de entre 122 países en cuanto a calidad de agua, según un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por lo que en nuestro país ésta debería ser una prioridad de la política hídrica, aseguró Rosalva Landa Ordaz, investigadora de El Colegio de México y coautora del libro Agua, medio ambiente y sociedad, presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2006.

Rosalva Landa Ordaz, investigadora de El Colegio de México y coautora del libro Agua, medio ambiente y sociedad.

Landa Ordaz señaló que a finales del año 2000 la Comisión Nacional del Agua (CNA) informó que sólo 5 por ciento de los cuerpos de agua superficial del país presentaba una calidad excelente; 22 por ciento estaba en condiciones aceptables (es decir que un tratamiento convencional la convertía en potable) y que 49 por ciento se consideraba como poco contaminado.

Sin embargo, advirtió que el mismo informe destacó que 24 por ciento del agua nacional presentaba tal grado de contaminación que resultaba prácticamente imposible darle algún uso directo: “Esto implica que sólo 27 por ciento de las aguas superficiales mexicanas eran de calidad aceptable”, comentó”.

Esta situación, dijo, está asociada en gran medida con las descargas de aguas residuales sin tratamiento que reciben los cuerpos de agua, así como a la contaminación difusa que no se evalúa, lo cual ha ocasionado grados variables de contaminación.

Landa, quien participó en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo sostenible en Sudáfrica (2002), explicó que en cuanto a aguas subterráneas el panorama es menos desalentador: “La CNA ha detectado que 80 por ciento de los acuíferos contienen agua de buena calidad, aunque identificó 40 acuíferos con cierta degradación en su calidad por actividades antropogénicas o por causas de origen natural”.

Evaluación incompleta
Rosalva Landa, quien editó el texto Agua, medio ambiente y sociedad al lado de Julia Carabias, aseguró que el monitoreo de la calidad del agua en México, con base en las características físicas y químicas de tipo inorgánico que se estipulan en las leyes y normas es relativamente completo, pero no se cumple con el monitoreo de las características microbiológicas ni de las características químicas de tipo orgánico.

Para ella, esto resulta un tanto obsoleto, ya que las decisiones se basan prácticamente en parámetros de tipo inorgánico. “Aunque los lineamientos de calidad del agua que se especifican en las disposiciones aplicables en materia de aguas nacionales de la Ley Federal de Derechos incluyen un gran número de parámetros fisicoquímicos, no se estipula claramente la obligación de su monitoreo”.

Y es que según explicó, la calidad del agua puede evaluarse a partir de diferentes parámetros y por medio de distintos métodos, ya sean físicos, químicos o microbiológicos. Entre las características físicas se determinan la turbidez, la cantidad de sólidos, el olor, la temperatura y el color.

Las químicas, por su parte, incluyen la presencia de metales pesados, nitrógeno y fósforo, pH, alcalinidad, conductividad y dureza, así como los compuestos orgánicos naturales (proteínas, carbohidratos y lípidos), los compuestos sintéticos orgánicos y los gases disueltos en el agua (nitrógeno, oxígeno, bióxido de carbono, amoniaco y metano).

Mientras que las biológicas del agua se relacionan, principalmente, con las poblaciones de microorganismos transmisores de enfermedades, asociadas a desechos humanos y animales tratados inadecuadamente o depositados en los cuerpos superficiales o en sistemas de agua subterránea.