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Ciudades
del siglo XXI deberán incorporar
la naturalezas y armonizar su crecimiento
Gina Sotelo |
Presentó
el urbanista Jorge Legorreta, de la UAM-Azcapotzalco, su libro El
agua y la ciudad de México, de Tenochtitlán a la megalópolis
del siglo XXI, durante la FILU 2006 |
En
1803 Alejandro de Humboldt dijo: “El México antiguo
había estado sembrado de canales, como Venecia. Ahora se
quería desaguarlo todo y convertir a la ciudad en pura
tierra firme. Pero el logro de este propósito, si es que
una vez se alcanzaba, implicaría el esterilizamiento del
valle y el escurrimiento de los lagos: los españoles trataban
el agua como si fuera el enemigo”.
A pesar de la distancia, estas palabras duras y certeras siguen
haciendo mella en la que fuera la gran Tenochtitlán. El
agua no sólo escasea en una ciudad de lluvias abundantes,
sino que se ha encarecido al grado de parecer un producto de lujo
más que de primera necesidad.
Para hablar de esta situación fue invitado a la Feria Internacional
del Libro Universitario (FILU) 2006 el arquitecto y urbanista
Jorge Legorreta, de la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM) plantel Azcapotzalco, quien presentó su libro El
agua y la ciudad de México, de Tenochtitlán a la
megalópolis del siglo XXI.
Legorreta inició su disertación recordando que en
noviembre de 1419 llegaron a las costas de Veracruz unos 400 españoles,
asentándose en el centro del imperio mexica en busca de
oro: “Motivados por las referencias de viaje que en el siglo
XIII había descrito Marco Polo, buscaban la ‘ciudad
en el agua’ que se encontraba en China y de la cual el viajero
había descrito como un sitio con abundante oro”,
dijo.
De esa inesperada visita a la fecha, se ha sufrido la transformación
urbana más radical en la megalópolis que es hoy
y que condujeron primero los imperios español y francés
hacia el siglo XIX: “Hicimos una ciudad de tierra en la
que hoy se habla de escasez de agua, aunque es de las ciudades
del país donde más llueve”.
El Cairo es una ciudad en la que a veces no llueve siquiera una
vez al año y viven en ella 23 millones de personas, citó
el maestro en urbanismo como ejemplo. México tiene 22 millones
de habitantes y el abastecimiento de agua a esta ciudad es insuficiente
y lo será más:
“El 70 por ciento del agua la extraemos del subsuelo, lo
que trae como consecuencia que la ciudad desde su fundación
se ha hundido diez metros. En la actualidad el hundimiento varía
por año de entre dos y hasta cinco centímetros”,
señaló.
En este libro el autor pone en evidencia cómo el hombre,
en especial el capitalino, parece que ha tenido como proceso histórico
el ir en contra de la naturaleza, y parafraseó el lema
filosófico que dice que “para dominar la naturaleza
hay que obedecerla”.
Este libro aborda los problemas del agua en la ciudad de México
desde una triple perspectiva. La primera parte es un relato histórico
sobre la transformación lacustre que ha sufrido la ciudad
desde el siglo XVI hasta el siglo XXI.
En él se incluyen las obras más importantes para
el desalojo del agua, desde las iniciadas a principios del siglo
XVII hasta el drenaje profundo, edificado a finales del siglo
XX; la transformación lacustre inicia con la existencia
de los lagos de agua limpia y concluye con las agriculturas que
emplean aguas negras en los distritos de riego de los estados
de México e Hidalgo.
El relato histórico incluye las grandes obras para el abastecimiento
de agua, desde los primeros acueductos y manantiales prehispánicos
hasta el sistema Cutzamala, y termina con la referencia acerca
de los futuros proyectos anunciados.
La segunda parte es una perspectiva que se enfoca a los problemas
y retos actuales, entre otros la desigualdad del uso del agua
y los costos diferenciados; los hundimientos producto de la excesiva
extracción del agua del subsuelo; las constantes inundaciones,
presentes hasta la actualidad, así como el impacto hidráulico
de las recientes expansiones metropolitanas realizadas por grandes
empresas inmobiliarias de vivienda. Y una tercera parte que radica
en orientar la solución de los añejos y complejos
problemas del agua desde la visión de la restauración
lacustre, que consiste, entre otras medidas, en aprovechar la
lluvia, el agua de los ríos y de los manantiales aún
existentes dentro de la cuenca de la ciudad de México.
Esto es, el camino hacia un desarrollo urbano basado en la restauración
y conservación de la naturaleza lacustre en la ciudad,
o como lo señala Jorge Legorreta: “Una utopía
que debe ser permanentemente planteada como única vía
para edificar una ciudad habitable para el siglo XXI: que la ciudad
incorpore naturalezas a su seno y armonice su crecimiento con
una visión de futuro”.
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Para
hablar del problema del agua fue invitado a la FILU Jorge Legorreta
de la UAM-Azcapotzalco, quien presentó su libro El agua y
la ciudad de México, de Tenochtitlán a la megalópolis
del siglo XXI. |
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