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Es
más fácil hacer bibliotecas que lectores, dijo en la
FILU
Los lectores se hacen en la casa
y la escuela: Garrido
Gina Sotelo |
“Los
lectores se hacen en la casa y en la escuela y luego crecen en la
biblioteca. La veneración mágica del libro deja de lado
lo que realmente es importante, que es la formación de lectores”,
dijo Felipe Garrido al hablar de las bibliotecas y los bibliotecarios
en la formación del futuro y los problemas que existen alrededor
de esa construcción.
Fue este sábado y como parte de las actividades de la Feria
Internacional del Libro Universitario (FILU) 2006 que el escritor
señaló que en México toda nuestra política
de formación de lectores funciona al revés: “Porque
es más fácil hacer bibliotecas que hacer lectores, tenemos
bibliotecas y no tenemos los lectores que hacen falta. Deberíamos
tener lectores y luego los lectores al necesitar bibliotecas, ellos
solitos se encargarían de tenerlas”. |

Felipe Garrido. |
Para
el autor de El lector se hace, no nace, formar lectores es facilísimo:
“Hay que pervertirlos, hay que leer con ellos. Dejar de darles
sermones leer con ellos, es como enseñar a la gente a bailar
o a jugar domino, se aprende haciéndolo”.
Para Garrido, el primer lugar de formación de lectores –
y el más importante– es el hogar y después la
escuela y reiteró que los lectores no se forman en las bibliotecas,
por el contrario, decir que se hace una biblioteca para tener lectores
es no tener idea de su formación: “La biblioteca es el
lugar donde el lector puede seguir capacitándose, formándose
pero las bases están en la familia”. |
Haciendo
un poco de historia, Felipe Garrido añadió que esta
deficiencia es una historia de siglos, pues cuando se construyó
la Biblioteca Nacional se conformó con los libros recién
decomisados de los conventos: “Hubieron tres momentos de clausura
de conventos, en 1747, cuando se comenzaron a secularizar, luego 10
años después que vino la expulsión de los jesuitas
y al final tras las Leyes de Reforma”.
Eran libros en latín sobre teología que a nadie le importaba
y que nadie podía leer. De manera que –según Garrido
– siempre ha habido una especie de relación mágica
con el libro. |
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