Año 6 • No. 236 • Septiembre 4 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 FILU 2006

 Becas y oportunidades

 
Arte

 
Deportes

 
Contraportada

 


 Números Anteriores


 Créditos

  Nos impregnó al estado y a mí del amor por la cultura, dijo
Noto gran influencia de Pitol en la
cultura de Veracruz: Vila-Matas
Dunia Salas Rivera
Me convertí en escritor gracias a él, añadió el escritor catalán
“El estado de Veracruz se parece mucho a mí, porque ambos nos hemos impregnado del amor por la cultura gracias a Sergio Pitol. He notado mucho la influencia importantísima de la presencia de Pitol en Veracruz, que ha ayudado mucho a que se desarrolle más el aspecto cultural del estado. En Varsovia me pasó lo mismo, fui ahí inocentemente y me convertí en escritor gracias a Pitol y mi afición definitiva por la cultura la produjo el propio Sergio”, expresó el escritor barcelonés Enrique Vila-Matas.

«Fui feliz en Los Portales del Puerto de Veracruz, y esas horas me fueron suficientes para montar una novela entera a partir de ese momento»:
Enrique Vila-Matas.

Vila-Matas, quien asistió al homenaje que el Gobierno del Estado y la Universidad Veracruzana (UV) ofrecieron al veracruzano Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005, agregó que una de las cosas que disfruta de la escritura de Pitol es lo que definió como “su atrevimiento estilístico”: “La mezcla, que casi se inventó, de ensayo-narración. Esa forma de juntarlo todo, como hace en Nocturno de Bujara, donde va mezclando los géneros y con gran maestría te lleva del ensayo a la narrativa, y de una historia que acaba muy lejos de donde empezó, con un género distinto con el que empezó”.
Acerca de su relación con el veracruzano, el autor de La asesina ilustrada comentó: “Hay dos tipos de amistades: las amistades con personas de una misma ciudad que se ven continuamente, que acaban peleándose por pura fatiga mutua; y otra, que a través del tiempo se va desarrollando de una manera más inteligente, a base de encontrarnos casualmente en diversas ciudades o lugares, que se mantiene a través del tiempo de manera magnífica, debido, en parte, a que siempre son encuentros muy felices y fértiles.

”Cuando conocí a Sergio, en Varsovia, yo tenía 25 años, y en España ningún escritor de su categoría me concedía un minuto ni me dedicaba tiempo para hablarme de literatura. Así que el magisterio de Sergio se dio, desde el primer momento, en la conversación en la sobremesa en su casa de Varsovia, a mi paso por esa ciudad”.

Según refirió el español, Pitol le comunicó una pasión por la cultura, la lectura y la música: “En Varsovia me guió siempre sin que me diera cuenta. Esa pasión por la cultura me ha perseguido toda la vida hasta el punto de que me enteré que la cultura no necesariamente creaba ángeles o personas maravillosas, sino también monstruos. La prueba está en el nazismo, como sabemos, había personas que en el campo de Auswich se ponían a escuchar música de Mozart, por lo tanto, la cultura no salva de nada, pero sí es cierto que en la España franquista la incultura triunfaba por todas partes y, en cierta forma, sigue siendo así”.

Feliz en Los Portales
El autor de Lejos de Veracruz, narró que en el primer viaje que hizo a la casa de Pitol, cuando se acababa de instalar en Xalapa, fue al Puerto de Veracruz y, aunque estuvo sólo unas horas, “fui feliz en Los Portales y esas horas me fueron suficientes para montar una novela entera a partir de ese momento”.

El español comentó que empezó su libro con un texto que da la descripción de un momento: “Se titulaba Es que soy de Veracruz, que después cambié por Lejos de Veracruz, porque era más novelesco. Pero el título fue algo que se me ocurrió mientras estaba en Los Portales ... y era feliz ... era como de ahí. Estuve sólo unas horas, lo suficiente como para escribir una novela”.

Sobre su nuevo libro Los exploradores del vacío –que comenzó hace medio año– dijo que es un regreso a lo que había hecho unos 10 años antes, y que dejó para dedicarse a escribir novela, el relato “de gente común, menos marcada por lo literario”.