Año 6 • No. 247 • noviembre 20 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Coinciden en la UV expertos de nueve países: se ha perdido biodiversidad
Amenazada
la supervivencia de monos en AL

Edith Escalón
El mismo problema en Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Costa Rica y México

Faltan trabajos científicos al respecto. En Honduras, sólo una investigadora en todo el país estudia primates
La pérdida de la biodiversidad por la deforestación que provoca la expansión de la frontera agrícola, ganadera o urbana, representa una de las mayores amenazas para la supervivencia de poblaciones de monos araña, aullador y cara blanca en América Latina, todos ellos considerados en alguna categoría de riesgo por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN).

En ello coincidieron especialistas en primates de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, España, Estados Unidos y México, quienes se reunieron en el Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana (UV) para discutir, en dos talleres científicos de trascendencia internacional, la situación y las estrategias de conservación que deben adoptarse para la conservación de estas especies.

Esto, por iniciativa del Área Biológico-Agropecuaria, que dirige en la UV Ernesto Rodríguez Luna, quien ha estudiado desde hace más de 20 años grupos de primates en Veracruz y otros estados, e impulsado la formación de nuevas generaciones de especialistas no sólo de México, sino países como Brasil, España y Portugal.
Negro panorama

La desaparición del hábitat es tal que en países como Panamá quedan sólo una o dos poblaciones con esperanzas de sobrevivir, cuando en 1998 había más de 20 mil individuos, según refirió en el encuentro Ariel Rodríguez Meza, primatólogo de la Universidad de Panamá: “Los grupos son cada vez más vulnerables, la mayoría van a desaparecer en los próximos años”, apuntó.

Los desarrollos urbanos, e incluso los ecoturísticos mal manejados, representan también una amenaza creciente, como sucede en Nicaragua, donde inversionistas de Canadá y otros países han comprado a campesinos locales los terrenos que funcionaban hasta hace algunos años como hábitat de los monos y han permitido –y a veces alentado– su transformación.

Respecto al problema en este país, Kimberly Williams, investigadora de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, añade: “Hace cinco años algunas zonas nicaragüenses tenían mono cara blanca, aullador y araña, pero hoy las poblaciones han disminuido drásticamente; quedan uno o dos grupos de cara blanca y el mono araña ha sido extirpado por completo”.

El problema, dijo, es que ya no resulta rentable mantener los bosques o las selvas, ni siquiera conservar los terrenos para agricultura, pues los campesinos de los países latinoamericanos compiten en el mercado con serias desventajas, sobre todo porque los países desarrollados tienen altos subsidios para sus productores o les dan a los productos un valor agregado.
Urge investigación

La falta de personal calificado para hacer estudios científicos es otro de los factores que frenan la conservación. El ejemplo es claro en Honduras, donde Olivia Rendón Thompson es la única que se dedica a estudiar estas especies en todo el país, junto con tres estudiantes extranjeros de posgrado.

“El diagnóstico de la situación que enfrentan los primates en mi país no está bien documentado, falta mucha información y estudios precisamente porque somos muy pocos”, refirió la investigadora, quien paralelamente a los estudios de primates trabaja en la Secretaría de Recursos Naturales impulsando políticas ambientales desde el gobierno.

Paralelamente a los estudios científicos, los primatólogos han reconocido la necesidad de recopilar el conocimiento tradicional de las comunidades en torno al manejo que debe darse a los ecosistemas para conservarlos.

Así lo ha hecho en Costa Rica y Guatemala Martha Marleny Rosales, investigadora de la Universidad de San Carlos, en aspectos de demografía y distribución de grupos de Allouatta pigra (mono negro), así como aspectos de fragmentación, con apoyo de las comunidades que circundan a la Laguna Cachua, en el país del quetzal.
Soluciones científicas

El investigador español Joaquín Vea i Baró, quien trabaja junto con la UV proyectos científicos en la selva de Los Tuxtlas, Veracruz, dijo que aun con las serias transformaciones producidas por el hombre al hábitat de los primates, sí hay alternativas para la conservación, justamente las que han generado éste y otros grupos de trabajo.

Destacó por ejemplo los estudios que para conocer los mecanismos de adaptación al cambio de los primates realizan desde hace años estudiantes, académicos e investigadores de la Veracruzana y la Universidad de Barcelona en zonas fragmentadas de Veracruz y Campeche. “Este conocimiento es básico para diseñar estrategias de conservación y para definir prioridades”, comentó.

Hay acciones concretas que pueden resolver el problema de la fragmentación. Para Víctor Arroyo Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Madrid, y estudiantes del Instituto de Ecología AC, las soluciones pueden ir en dos sentidos: aumentar el tamaño de los fragmentos y conectar los que estén cercanos a partir de corredores. “Lo primero se logra respetando los límites y dejando que los bosques crezcan de manera natural. Lo segundo, plantando árboles y reforestando”.

Kimberly Williams ha encontrado otra alternativa: usar los sistemas agroforestales justamente como corredores y hábitat alternativo para vida silvestre. “Hay ecosistemas como los cafetales con sombra que sí pueden mantener las poblaciones de monos. Yo lo comprobé en Nicaragua, donde habitaban en cafetales más de mil monos aulladores”.

Dijo que estos sistemas, fuera de Áreas Naturales Protegidas, tienen impacto importante porque pueden servir como corredores, esto es, como conexiones entre poblaciones no sólo de primates, sino de otras especies. De hecho, Williams iniciará en 2007 un estudio en cafetales en Chiapas.

Para Gabriela Ponce, de Guatemala, otra de las alternativas consiste en estudiar y socializar los beneficios que la presencia de los monos produce a las selvas, entre ellos, la dispersión de semillas, que se logra con la interacción de primates y otros animales. “Esto puede ayudarnos a conservar la biodiversidad y el hábitat de los animales silvestres, que igual que en México se pierde aceleradamente en mi país”.

Explicó que en su tesis, que realizó a partir de una investigación en la Selva Lacandona chiapaneca, describe cómo los monos aulladores negros, junto con escarabajos coprófagos, cumplen un papel fundamental plantando las semillas de los árboles, y contribuyen también a controlar las poblaciones de moscas parásitas.

Desde la perspectiva de la biología evolutiva, Liliana Cortés Ortiz, egresada de la UV y hoy investigadora de la Universidad de Michigan, se ha dedicado a aplicar las técnicas de genética para entender la conducta de monos en Panamá y Costa Rica, sus relaciones de parentesco, filiación o agresión.

La pérdida y fragmentación del hábitat, dijo, hace que las poblaciones se aíslen, que empiecen a diferir de otras, a perder variación genética y potencial para enfrentar problemas ambientales, lo que dificulta su adaptación a los cambios. De ahí la importancia del trabajo que la investigadora realiza en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de esta institución.
Esfuerzos, inútiles sin apoyo social

Para Martha Marleny Rosales, los esfuerzos de conservación son inútiles o poco confiables si no cuentan con el apoyo social: “Muchas de las ideas que proponemos se quedan en el círculo de expertos, se discuten, se publican pero, al final, esas estrategias nunca llegan a las personas que toman las decisiones, o que viven en o alrededor de los ecosistemas que albergan estas especies”.
Aseguró que para que las estrategias sean viables a largo plazo es necesario involucrar a la gente de las comunidades: “Para empezar tenemos que hacer reuniones con la gente, con líderes comunitarios, con autoridades, con los hombres y mujeres que conviven diariamente con las especies, partir de lo local”, comentó Rosales, quien ha trabajado en Guatemala y Costa Rica la caracterización y manejo de la cacería a nivel comunitario, con grupos indígenas y en áreas protegidas.

Para Ariel Rodríguez, además del trabajo comunitario, el papel de los medios en la socialización del conocimiento es fundamental para lograr la conservación. En Panamá, por ejemplo, el tema de la conservación ha entrado a la agenda de los medios informativos, y este apoyo masivo no sólo ha despertado el interés de la sociedad, sino ha provocando que la autoridad del ambiente sea “fiscalizada” por la gente, es decir, que ésta participe activamente.

Gabriela Ponce.
“Más que convertirlo en una moda, debemos mercadear el tema ambiental. Así como se hace con los valores, nuestra meta debe ser incorporarlo en las políticas de desarrollo nacional, para que los problemas que los científicos vemos sean parte de los portafolios de trabajos de ministros, funcionarios, cumbres mundiales, municipios y de la gente en general”, destacó.

Kimberly Williams.

Sanjay Molur.

Joaquín Vea i Baró.

Liliana Cortes Ortíz.

Matha Marleny Rosales.

Víctor Arroyo.
Trabajo colectivo

Existen diferentes métodos para evaluar el estado de conservación, así como la posibilidad de extinción de las especies. La Unión Mundial para la Conservación (IUCN) desarrolló, a través del Grupo especialista en Crianza para la Conservación (CBSG, por sus siglas en inglés), el taller de Conservación, Análisis y Manejo Planificado (CAMP) y los sistemas de análisis de Viabilidad de Población y Hábitat (PHVA), encuentros que este año tuvieron por sede la UV.

CAMP establece las prioridades en las actividades de manejo necesarias para la conservación de las especies tanto in situ como ex situ. PHVA evalúa el riesgo de extinción de una población bajo una variedad de futuros escenarios alternos, tomando en cuenta factores impredecibles, inciertos o que suceden al azar.

Para Sanjay Molur, líder de CBSG en La India, el trabajo colectivo es la clave para que las estrategias de conservación funcionen: “Las herramientas y la investigación son importantes, las metodologías para proponer estrategias también, y es fundamental contar con recursos económicos, pero creo que lo principal es quitar el ego humano y aprender a trabajar unos con otros, compartiendo información”.

Dijo que estos talleres buscan desarrollar una estrategia de conservación, reunir a los expertos en primates y otras especies relacionadas para consensuar su situación y, con base en los diagnósticos, proponer estrategias y promover recomendaciones para los gobiernos.