Año 7 • No. 276 • Agosto 13 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Fallece Fontanarrosa, autor
de “Boogie el aceitoso”
David Sandoval
El humorista y escritor, inventor de personajes como Inodoro Pereyra, deja un legado original y universal, coinciden caricaturistas mexicanos
Considerado como una de las figuras emblemáticas entre los caricaturistas latinoamericanos, Roberto Fontanarrosa, creador de “Boggie el aceitoso”, falleció el pasado 19 de julio en Rosario, su ciudad natal, ubicada al norte de Argentina; tenía 62 años.


Los personajes de Fontanarrosa reflejan la realidad de América Latina
Fontanarrosa (como firmaba sus cartones) es conocido en México por la serie de aventuras del matón a sueldo “Boogie el aceitoso”, cuyas historietas comenzaron a aparecer en el semanario Proceso durante la década de los años setenta.
En sus propias palabras se definía así: “De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura”.

“El Negro”, como era conocido en su ciudad natal, publicó también diversos libros de cuentos, entre los que destacan El mundo ha vivido equivocado, No sé si he sido claro, Nada del otro mundo y La mesa de los galanes. Escribió también tres novelas: Best seller, El área 18 y La gansada.
Fanático del futbol y en particular del equipo Rosario Central, muchos de sus relatos giran en torno al balompié, incluso el texto Fontanarrosa mundial consiste en las crónicas de los encuentros de la selección argentina en el Mundial de Futbol de 1994.

Fontanarrosa padecía desde hace un par de años una enfermedad denominada esclerosis lateral amiotrófica, por esta razón anunció en enero de este año que dejaría de publicar en un semanario argentino a su personaje Inodoro Pereyra.
Consigna el diario argentino La Nación que en enero de 2006 hizo estallar de aplausos el Teatro Heredia de Cartagena de Indias, cuando las celebridades asistentes al Festival de Literatura –entre quienes se contaron Gabriel García Márquez, el británico Hanif Kureishi, los españoles Enrique Vila-Matas y Fernando Savater y el argentino Edgardo Cozarinsky– lo eligieron como el mejor entre
todos ellos.

En ese mismo 2006, Fontanarrosa recibió el premio de caricatura “La Catrina” por parte de la Feria Internacional del Libro, que se celebra anualmente en Guadalajara, sumándose así a una lista que incluye a Gabriel Vargas, Rius (Eduardo del Río) y al también argentino Quino (Joaquín Salvador Lavado).

Acerca del origen de Boogie, el propio Fontanarrosa en su página de internet, www.negrofontanarrosa.com, explica: “Es, ciertamente, la recepción que tiene en mí toda la información que uno recibe sobre violencia, armamentismo, drogadicción, impunidad permanente”.

Otro de sus personajes, Inodoro Pereyra “El renegau”, también es conocido mundialmente al presentar la imagen de un “gaucho macho y cabrío”: “El renegau es un antihéroe; un tipo como tantos que hace lo que puede y no lo que quiere. Que reacciona como cualquiera de nosotros, pero que, por sobre todas las cosas, es un personaje digno”, explica Fontanarrosa en su sitio web.

Carlos Villareal, académico de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV) y caricaturista en medios impresos de Veracruz, Chihuahua y Tamaulipas, opinó sobre la obra de Fontanarrosa: “Si Quino es el padre de Mafalda, ‘El Negro’ Fontanarrosa es el padre de Inodoro Pereyra y Boogie el Aceitoso”.

Boogie es un mercenario yanqui que representa la decadencia norteamericana en sus relaciones con el mundo. Relaciones de violencia, nihilismo, ausencia total de valores que no sean monetarios y, finalmente, el humor negro de Fontanarrosa, con un estilo gráfico que, además, es bastante peculiar, explicó.

Inodoro Pereyra es el mítico gaucho argentino, rebajado a la realidad. Un gaucho acompañado de su perro, Mendieta, que vive aventuras de tráfico, de marginación pero también de supervivencia; por alguna razón, Inodoro Pereyra es citado por Néstor García Cancilini, en su libro Culturas Híbridas para representar los procesos de hibridación.

El caricaturista Patricio, colaborador en periódicos de circulación nacional, opinó: “Fontanarrosa es totalmente genial, no es ya un caricaturista, es de esos artistas que capturan como el ser de un pueblo, en este caso el de los argentinos”.

Hay caricaturistas que son muy buenos pero muy clásicos, y Fontanarrosa con su dibujo y su tipo de humor era un verdadero revolucionario, aseguró.

El personaje que considera genial es el gaucho Inodoro Pereyra, su forma de hablar, el dibujo, las ideas: “Hay dibujos sencillos pero son malos, en el caso de Fontanarrosa aparentemente el trazo es sencillo pero en realidad es un trazo genial de alguien que dibuja lo que quiere, como quiere y con un virtuosismo increíble.”

Ante la pregunta de cuál será el legado más importante del humorista, Patricio destacó: “La obra de Fontanarrosa es la síntesis de un gran virtuosismo en el dibujo y narrativo, como en sus cuentos e historias, en cualquiera de los dos hubiera destacado y en conjunto componen una obra maestra”.

Carlos Villarreal dijo estar convencido de que los genios son productos del contexto social, “en ese sentido, Quino y Fontanarrosa son hijos de la derecha militarizada, y por lo tanto, es de esperarse que en México surjan dignos continuadores de ellos”.