Robos,
discusiones, lenguaje obsceno y agresión física son
algunas de las conductas que reflejan cada vez con más frecuencia
la agresividad de los adolescentes en la secundaria, según
demostró una investigación de Patricia Ramírez
Hernández y Erica Mendoza Sánchez, estudiantes de
la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana (UV).
De acuerdo con las universitarias, el fenómeno resulta preocupante
porque deriva en violencia y crímenes, como los ocurridos
en la Universidad de Virginia Tech, en Estados Unidos, donde 32
personas murieron a manos de un estudiante.
México no es la excepción: “Basta recordar que
el 22 de junio de 2006 dos jóvenes resultaros heridos en
una telesecundaria de Cerro Azul, al norte de Veracruz, luego de
una riña con uno de sus compañeros”, comentaron
las estudiantes, quienes coincidieron en que la agresividad genera
violencia.
“De por sí en los adolescentes existen miedos, frustraciones,
preocupaciones, ansiedad, disgusto, celos y envidias; una mala decisión
o la desatención de padres y familiares puede llevar a consecuencias
graves”, comentaron durante el 6º foro de experiencia
recepcional, donde al igual que el resto de su generación
de Pedagogía presentaron el trabajo con el que buscarán
la titulación.
De acuerdo con la investigación –que realizaron en
una telesecundaria a partir de entrevistas a maestros–, es
cada vez más frecuente la presencia de conductas agresivas
en niños de 12 a 15 años: “Localizamos muchos
casos en los que hubo desde robo de objetos hasta agresión
sexual, eso ya nos habla de la magnitud del problema”.
Aseguraron que el problema tiene sus orígenes en el entorno
familiar: “Los niños agresivos guardan muchos resentimientos,
amarguras y coraje hacia sus circunstancias o su familia, y generalmente
tienen problemas de baja autoestima que se manifiestan con conductas
agresivas o de indisciplina”.
Aunque aseguraron que es mayor el índice de varones agresivos
que el de mujeres, dijeron que hacen falta más estudios que
permitan llevar a cabo programas efectivos en los que participen
padres de familia y maestros para atender a los adolescentes que
tienen estas tendencias. |