Año 7 • No. 276 • Agosto 13 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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La gestión del conocimiento
José Othón Flores Consejo

El elemento que se ha considerado como el fundamento de la competitividad actual es el conocimiento; ya que, como se ha demostrado, sirve de apalancamiento al cambio tecnológico y por supuesto a la innovación.
Para las organizaciones, la gestión del conocimiento, conjugada con la creatividad y capacidad innovadora, resulta un factor crítico a la hora de sobrevivir en los mercados globales.

Por ello, y ante el aumento de la información generada y en uso en las empresas, se requiere de la implantación de herramientas que conviertan dicha información en un activo y permitan generar el conocimiento colectivo entre los activos clave de la organización.

La gestión del conocimiento tiene el propósito y objetivo de adquirir, generar y potenciar los conceptos e ideas necesarias para mejorar la calidad y valor entregado a los clientes, al tiempo que se incrementa la efectividad organizacional.
La gestión del conocimiento debe servir claramente para superar las costumbres, sobre todo cuando ellas impiden la normal y efectiva respuesta de la organización a los nuevos requerimientos del entorno. La gestión del conocimiento será, así, fundamental para superar la ineficacia y las prácticas que dificultan el encontrar respuestas a los nuevos problemas.

Los problemas que padecemos no serán superados con las ideas que contribuyeron a generarlas, sino con nuevas e innovadoras ideas. Ya en nuestra campaña de limpieza, que pronto encontrarán en nuestra Universidad, estamos insistiendo en la importancia de iniciar cambios individuales para generar el cambio colectivo, pero de eso no estábamos hablando.

Lo importante es que la razón de ser de la gestión del conocimiento es acumular la sabiduría organizacional para su implementación en la mejora continua, es decir, en la generación de nuevas ideas y metodologías.

Las organizaciones de hoy se están planteando la nueva concepción del saber que no corresponde a la simple acumulación del conocimiento, sino a la necesidad de contar con gente que, aprovechando ese conocimiento acumulado, pueda ver las cosas desde otra perspectiva.

Las organizaciones que no logren actualizar y profesionalizar a su gente van a quedar rezagadas y postergadas.

Es importante dejar en claro que no se trata de un nuevo programa de capacitación, sino de la formulación de una política integral de personal hacia el crecimiento intelectual y operativo de los agentes de una organización, lo que implica cambios culturales profundos en todos los niveles.

Sólo se podrá hacer frente a la turbulencia de la actualidad con la gente mejor capacitada, flexible y alerta al cambio y con una nueva y clara visión de la vocación institucional.

El camino hacia una gestión del conocimiento eficiente pasa por varios aspectos que conviene tener presente: En primer lugar, es preciso iniciar un proceso de conversión de personas, así como la formación de proveedores de información compartida. La voluntad de adquirir y ceder conocimientos nos es precisamente algo que nos ha caracterizado a los mexicanos y debemos buscar que esta mala práctica deje de entorpecer este camino hacia la formación del capital intelectual.
En segundo lugar, debemos hacer accesible dicha información como herramienta de trabajo, a través de la capacitación que desarrolle la competencia laboral (ya lo hemos comentado en entregas anteriores).

Pero no olvidemos que no es lo mismo generar un mero conocimiento, que capacitar a alguien para entender y comprender la necesidad del cambio, tanto personal como de la empresa, a los efectos de obtener ciertos y determinados resultados considerados fundamentales a los efectos de lograr una ventaja competitiva.

En tercer lugar, es preciso integrar la gestión del conocimiento en los procesos de trabajo. De este modo y en forma de procedimientos de normalización se evitará que las prácticas de aportación de conocimiento supongan una carga de trabajo adicional.

Además, con ello logramos que el personal pueda disponer del conocimiento corporativo que necesite para el desempeño de su labor, así como colaborar al fondo de conocimiento de la empresa con su trabajo diario.

Otro elemento importante es disponer de manera permanente de la información sobre las aptitudes y actitudes que tiene el personal de la organización. Cuáles son sus experiencias, sus conocimientos, sus gustos, sus capacidades, sus entrenamientos.

Contando con esta información, estaremos en posibilidad de planear de manera sistemática la necesaria renovación continua de sus conocimientos y capacidades, lo que genera una nueva posibilidad en materia educativa: la capacitación y entrenamiento destinado a la reeducación continua para la competitividad.

Readaptar de forma constante los paradigmas, entrenar en las nuevas disciplinas y requerimientos tecnológicos (máquinas e insumos), capacitar en calidad, productividad, planificación, trabajo en equipo, motivación y liderazgo.

Entre otros puntos clave de la implantación de una solución de gestión del conocimiento, vale citar la identificación y definición de competencias, la identificación de expertos, la determinación de grupos de interés, la definición de redes de conocimiento, la implantación de herramientas de trabajo en grupo y la difusión de información.

Finalmente, con el transcurrir del tiempo y la incorporación de nuevo personal se acumulan experiencias, la cuestión es hacer explícito ese cúmulo de experiencias a los efectos de que las mismas le puedan ser útiles a la organización y a sus integrantes en el cumplimiento de sus funciones.

Mediante reuniones planificadas y organizadas, bajo la dirección de un facilitador se puede producir ese intercambio de experiencias.

De modo que si pudiera presentarse un ambiente turbulento, resulta necesario y hasta imprescindible (como dijera Benedetti refiriéndose a “una mujer desnuda y en lo oscuro”, en su hermoso poema musicalizado de manera magistral, por Serrat) tener a mano un buen sistema de gestión del conocimiento.

Empecemos pues, a construirlo en nuestra Universidad, iniciando el esfuerzo por ceder y acceder al conocimiento.

No se olvide que sigo en espera de sus comentarios en el correo electrónico otflores@uv.mx.