Año 7 • No. 283 • Octubre 1 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General


 FILU 2007

 Becas y  oportunidades

 
Arte

 Deportes


 Contraportada


 Números  Anteriores


 Créditos

  Gracias a que están ubicados en puntos estratégicos
La producción de libros “pirata”
sigue en aumento: Jesús Anaya
Alma Espinosa
Uno de los objetivos de los editores es comprender y dar continuidad a los fenómenos de venta como Harry Potter
La falta de información adecuada y oportuna para el análisis de la oferta editorial, demanda y competencia, así como las actuales políticas públicas y el rezagado desarrollo de la industria editorial en México, son algunas de las causas por las que la producción de libros “pirata” está creciendo, aseguró el editor Jesús Anaya Rosique en el foro “El futuro del libro en la era digital”, realizado en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).

En la mesa “Distribución y difusión del libro impreso y digital”, Jesús Anaya lamentó que la producción de libros “pirata” resuelva la demanda de millones de mexicanos al ubicarse en puntos estratégicos y de mayor afluencia; esto se debe a que las personas no han descubierto las librerías como punto de venta, lo cual es una tarea que deben resolver conjuntamente librerías y editoriales.

La industria editorial, dijo, está consciente de que tiene muchas tareas pendientes, como una activa participación en la revolución del libro de bolsillo, atender la demanda potencial suprimida por falta de fórmulas comerciales adecuadas a sus necesidades y entender el origen y la forma idónea de dar seguimiento en la edición infantil y juvenil de fenómenos como Harry Potter, El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia.

Anaya Rosique comentó que no sólo debe estar a discusión en la sociedad el papel del Estado como editor, principalmente de los textos escolares, sino su verdadera función de promotor y comprador para las bibliotecas públicas. “Entre Estado e industria editorial debe haber una alianza estratégica autónoma y no subordinada”, expresó.

Reconoció que la oferta editorial es ilimitada pero no hay espacios suficientes para la exhibición y venta, lo que provoca una concentración de la oferta de pocos editores y una feroz competencia que expulsa a los pequeños y medianos. Comentó que existe una gran concentración de librerías en el Distrito Federal y zona metropolitana, seguida por los demás estados y menos de diez por ciento de la producción se exporta.

Durante su presentación ofreció algunas cifras de la producción editorial de España, de donde llega a México la mitad de los libros de exportación. En aquel país la industria del libro ocupa el sexto lugar de exportación, sólo después de los embutidos, y se contabiliza que hay 1.25 libros per cápita en bibliotecas, mientras que en México sólo hay 0.33.

En la mesa también participó Hugo Setzer Letsche, editor e impulsor de los derechos de autor, quien dio a conocer que en las instituciones educativas se registra un uso menor del libro de texto en comparación con las fotocopias que se les sacan, a lo que se suma la insuficiencia y desactualización del acervo.

Abundó en los grandes cambios que han tenido las publicaciones, principalmente las revistas científicas, en la era digital, pues ya no es necesaria una suscripción anual y esperar varios días o meses para que llegue a su domicilio, pues ahora se puede comprar en línea sólo un artículo y no toda la revista, lo cual también ha cambiado a los lectores, pues ya no sólo son académicos.

Rosalba Cruz Soto, editora de la Universidad Nacional Autónoma de México, recordó a los asistentes al Auditorio 1 de la FILU, ubicada en el Museo del Transporte, los inicios del libro, sus transformaciones y desapariciones –como la tablilla, el papiro y el pergamino–, por lo que dudó que el libro impreso resista la era digital.