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Gracias
a que están ubicados en puntos estratégicos
La producción de libros “pirata”
sigue en aumento: Jesús Anaya
Alma Espinosa |
Uno
de los objetivos de los editores es comprender y dar continuidad a
los fenómenos de venta como Harry Potter |
La
falta de información adecuada y oportuna para el análisis
de la oferta editorial, demanda y competencia, así como las
actuales políticas públicas y el rezagado desarrollo
de la industria editorial en México, son algunas de las causas
por las que la producción de libros “pirata” está
creciendo, aseguró el editor Jesús Anaya Rosique en
el foro “El futuro del libro en la era digital”, realizado
en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
En la mesa “Distribución y difusión del libro
impreso y digital”, Jesús Anaya lamentó que la
producción de libros “pirata” resuelva la demanda
de millones de mexicanos al ubicarse en puntos estratégicos
y de mayor afluencia; esto se debe a que las personas no han descubierto
las librerías como punto de venta, lo cual es una tarea que
deben resolver conjuntamente librerías y editoriales.
La industria editorial, dijo, está consciente de que tiene
muchas tareas pendientes, como una activa participación en
la revolución del libro de bolsillo, atender la demanda potencial
suprimida por falta de fórmulas comerciales adecuadas a sus
necesidades y entender el origen y la forma idónea de dar seguimiento
en la edición infantil y juvenil de fenómenos como Harry
Potter, El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia.
Anaya Rosique comentó que no sólo debe estar a discusión
en la sociedad el papel del Estado como editor, principalmente de
los textos escolares, sino su verdadera función de promotor
y comprador para las bibliotecas públicas. “Entre Estado
e industria editorial debe haber una alianza estratégica autónoma
y no subordinada”, expresó.
Reconoció que la oferta editorial es ilimitada pero no hay
espacios suficientes para la exhibición y venta, lo que provoca
una concentración de la oferta de pocos editores y una feroz
competencia que expulsa a los pequeños y medianos. Comentó
que existe una gran concentración de librerías en el
Distrito Federal y zona metropolitana, seguida por los demás
estados y menos de diez por ciento de la producción se exporta.
Durante su presentación ofreció algunas cifras de la
producción editorial de España, de donde llega a México
la mitad de los libros de exportación. En aquel país
la industria del libro ocupa el sexto lugar de exportación,
sólo después de los embutidos, y se contabiliza que
hay 1.25 libros per cápita en bibliotecas, mientras que en
México sólo hay 0.33.
En la mesa también participó Hugo Setzer Letsche, editor
e impulsor de los derechos de autor, quien dio a conocer que en las
instituciones educativas se registra un uso menor del libro de texto
en comparación con las fotocopias que se les sacan, a lo que
se suma la insuficiencia y desactualización del acervo.
Abundó en los grandes cambios que han tenido las publicaciones,
principalmente las revistas científicas, en la era digital,
pues ya no es necesaria una suscripción anual y esperar varios
días o meses para que llegue a su domicilio, pues ahora se
puede comprar en línea sólo un artículo y no
toda la revista, lo cual también ha cambiado a los lectores,
pues ya no sólo son académicos.
Rosalba Cruz Soto, editora de la Universidad Nacional Autónoma
de México, recordó a los asistentes al Auditorio 1 de
la FILU, ubicada en el Museo del Transporte, los inicios del libro,
sus transformaciones y desapariciones –como la tablilla, el
papiro y el pergamino–, por lo que dudó que el libro
impreso resista la era digital. |
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