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¿Qué indican
los indicadores?
José Othón Flortes Consejo |
Debe
haber sido el martes pasado, viendo las noticias de la noche, costumbre
que no puedo dejar a pesar de que cada vez me cansa más el
amarillismo y distorsión patética de algunas realidades
que hacen algunos “periodistas”, llamó mi atención
un reportaje sobre la lamentable situación económica
del Instituto Mexicano del Seguro Social y para ilustrar la nota el
reportero dijo con voz de alarma, “en este momento hay una cama
de hospital por cada mil derechohabientes”.
Luego de unos minutos de reflexión (me cuesta trabajo, pues)
me dije ¿y, eso es bueno o malo? ¿qué quiso decir?
¿son muchas, pocas, suficientes?
Cuántas veces nos empujan cifras y datos que nos asombran y
que después de una seria reflexión decimos ¿Y…?
Veamos: Los indicadores nos deben servir para evaluar los resultados
de un esfuerzo, son herramientas que nos ayudan a comprender de manera
precisa, los impactos de nuestras acciones. Son medidas que hemos
establecido para evaluar el grado en que hemos alcanzado las metas
establecidas. Nos facilitan estudiar dónde estamos y hacia
dónde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y
metas y resultan fundamentales para evaluar programas específicos
y determinar su impacto.
En este sentido podemos también decir que evaluamos para determinar
el grado de eficacia y eficiencia, con que han sido empleados los
recursos destinados a alcanzar los objetivos previstos, para establecer
las desviaciones y para en su caso, adoptar las medidas correctivas
que garanticen el cumplimiento adecuado de las metas presupuestadas.
De esta forma la evaluación está en absoluta concordancia
con el proceso de planeación, desde donde debemos establecer
los factores críticos de éxito que, convertidos a indicadores
permiten apreciar los avances y resultados.
Por ello es importante establecer ciertas diferencias: Los datos hacen
referencia tanto a los antecedentes necesarios para el conocimiento
de algo como a cada una de las cantidades que constituyen la base
de un problema matemático y/o estadístico, esto es,
constituye un insumo para un proceso de construcción de conocimiento
y/o de estadísticas.
Medimos para establecer parámetros de cantidad, peso, volumen,
etcétera, a cualquier cosa. Lo cual nos permite evaluar, en
términos cuantitativos, la importancia de un objeto o fenómeno
comparándolo con otro de la misma especie, pero que difiere
en dimensión. La precisión y valoración son las
principales cualidades que una medida permite efectuar entre los diversos
objetos; sin embargo, no todas las medidas nos indican algo y por
ello, si bien todos los indicadores se derivan de medidas, no ocurre
lo mismo a la inversa.
La estadística se ha dedicado a la reunión de todos
los hechos que se pueden valorar de forma numérica para obtener
conclusiones aplicando la teoría de las probabilidades (ofrezco
disculpas a mis amigos estadísticos por lo irresponsable y
simplista de la expresión). Incluyen al conjunto de datos que
constituyen su materia prima. La ciencia estadística establece
los principios para que los datos y las mediciones puedan considerarse
válidas, consistentes, confiables y representativas del fenómeno
que se está midiendo; define los estándares técnicos
y operativos necesarios para la obtención de datos necesarios
con validez y utilidad.
Las estadísticas son vastas y sirven para diferentes propósitos,
entre los que se encuentran el conteo y registro de los recursos humanos,
económicos y materiales de un país o de una empresa
con fines de administración.
No siempre las estadísticas pueden ser consideradas como indicadores;
para ello se necesita que además responda a ciertos requerimientos
de información representativos del fenómeno específico.
La construcción de indicadores requiere un marco programático
que establece las necesidades de información para medir o analizar
la situación de la economía, la sociedad, la población
o el medio ambiente, respecto a determinados valores o metas perseguidos.
Los indicadores deben ser exclusivos, dinámicos, estar sometidos
a continua revisión, relevantes para la toma de decisiones
y definición de políticas, oportuno para la evaluación
y monitoreo, analítico de los fenómenos bajo observación,
comparativo tanto en el tiempo como en el espacio y deben estar disponibles.
Así los indicadores deben establecerse de acuerdo con los planes
de la organización y estos, invariablemente, deben estar orientados
a la creación de valor para los clientes y las partes interesadas.
Nuestra ya vieja amiga “Doña Norma” (ISO 9001:2000)
establece en el punto 8 que “La organización debe planificar
e implementar los procesos de seguimiento, medición, análisis
y mejora necesarios para (y aquí la clave) demostrar la conformidad
del producto; asegurarse de la conformidad del sistema de gestión
de la calidad; y mejorar continuamente la eficacia del sistema de
gestión de la calidad. Esto debe comprender la determinación
de los métodos aplicables, incluyendo las técnicas estadísticas
y el alcance de su utilización”.
Recordemos que la conformidad del producto está en función
de su capacidad para satisfacer las necesidades del cliente lo que
nos obliga a establecer con toda claridad cuáles son los elementos
del producto o servicio que impactan de manera definitiva en esa satisfacción.
Es frecuente que el empresario se empeñe en hacer que el helado
de limón se vea bien verde y que resulte que el cliente prefiere
que esté un poco más dulce, dejando el color como uno
de los elementos que poco le afectan. Como decía mi sabia madre
“qué quiere, mi rey”.
La hermana mayor de “Doña Norma” (9004:2000) va
más allá y dice que “…La alta dirección
debería asegurarse de la eficaz y eficiente medición,
recopilación y validación de datos para asegurar el
desempeño de la organización y la satisfacción
de las partes interesadas. Esto debería incluir la revisión
de la validez y del propósito de las mediciones y el uso previsto
de los datos para asegurarse del aporte de valor para la organización.”
Pido a mi amable lector continúe con la lectura del punto 8.1.2
de la norma 9004 que abunda sobre la importancia de la pertinencia
de los datos que habrán de servir para medir y evaluar los
resultados.
Por su parte, el Modelo Nacional de Calidad Total del Premio Nacional
de Calidad establece en el punto 8 (punto con mayor peso en la calificación
de la organización) se refiere precisamente a: “Los indicadores
utilizados para evaluar el desempeño global de la organización
en cuanto a creación de valor para sus diferentes grupos de
interés (clientes, proveedores, mercados y comunidad inmediata),
como resultado de su planeación estratégica y mejoramiento
de sistemas y procesos.
“Incluye una explicación detallada de la relación
causal entre el mejoramiento de su posición competitiva por
su proceso de calidad, así como por el manejo inteligente e
informado de los factores económicos, sociales, políticos,
ambientales, así como por el análisis de la competencia
y, en general, la dinámica con la que se ha enfrentado a la
misma y ha ampliado sus mercados para asegurar el desarrollo y crecimiento
de la organización en el largo plazo.”
Así que hoy me pregunto ¿será lo importante para
los derechohabientes del IMSS el contar con más camas de hospital
o preferirán ser atendidos con mayor eficiencia y eficacia
para prevenir su enfermedad y no llegar al hospital?
No olviden que espero sus comentarios en el correo electrónico
otflores@uv.mx. |
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