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Asegura
psicólogo de la UNAM
Determinante la atención de mamás
en el aprendizaje de los niños
Alma
Espinosa |
Este
año ha sido de celebraciones permanentes para la Dirección
General Editorial de la Universidad Veracruzana (UV) al conmemorarse
los 50 años de sus inicios en la producción y difusión
de libros. |
Si la madre no pone atención al niño cuando hace sus
tareas escolares o considera engorrosa la actividad de ayudarlo, surge
entre ambos un reforzamiento negativo en el que tienen respuestas
que en nada contribuyen al desarrollo intelectual del menor, explicó
Ariel Vitte Sierra, de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), durante el XVIII Congreso Mexicano de Análisis
de la Conducta.
En el evento organizado por el Instituto de Psicología y Educación
de la Universidad Veracruzana (UV), el académico comentó
que cuando la madre considera que la ayuda en las tareas no le corresponde
y en cambio es una obligación de la escuela, se denota una
falta de atención, que seguramente no inició ahí.
Cuando el niño entra en el juego del aprendizaje y elaborar
tareas escolares, muchas veces la madre además de que no pone
atención muestra signos de indiferencia al no mirarlo o hablarle
de una forma poco adecuada o agresiva. Incluso, agregó, se
ha visto que estudiantes de psicología o pedagogía tienen
las mismas reacciones cuando se les pide ayudar a los niños
a hacer la tarea.
Dijo que no se encontrará colaboración del niño
para realizar actividades, principalmente escolares, si no encuentra
respuesta a sus acciones; por ejemplo, si el niño sonríe
y no le corresponden con una sonrisa o voltea a ver a las personas
y éstas no lo miran.
El niño que no encuentra una respuesta positiva de la madre
cuando él obedece y hace sus tareas, nota esa falta de atención
y reacciona al comportamiento de la madre a través de la suspensión
de la tarea, con lo que sale del programa de aprendizaje. Posteriormente,
ambos inician una interacción de confrontación en la
que la madre se comporta de la misma manera que el niño: mal,
porque ella sigue gritando.
Otra forma de reaccionar del niño al no tener la atención
de la madre mientras trabaja con los materiales educativos, es jugar
con el lápiz, patear el suelo y mirar hacia otro lado. Sólo
de esta forma la mamá le pone atención, incluso lo amenaza
con quitarle alguna cosa o suspender algún privilegio que tenga.
La situación concluye cuando el niño avienta las cosas,
da la espalda, se cruza de brazos, deja de ver el material y pone
cara compungida, se retira definitivamente de la tarea y no acepta
las cosas que la madre le ofrece. De esta forma se cierra el círculo
en que ambos participan.
La explicación que ofreció el académico al respecto
es que la conducta impredecible de la madre tiene propiedades aversivas.
Dijo que la madre presenta una falta de alternancia en su conducta,
es inflexible, siempre agresiva y nunca reforzante. Esto se presenta
a pesar de que el niño muestre variaciones en su comportamiento.
El comportamiento de la madre es aversivo porque provoca en el niño
una conducta de rechazo y que actúe igual que ella, con lo
que se genera un intercambio de conductas aversivas.
Aclaró que el mecanismo básico que está detrás
de todo es el reforzamiento negativo, que se origina por una relación
aversiva en la que el primer evento es castigante por alguna razón.
Empieza cuando la madre castiga una conducta e insiste en ello, y
si baja la intensidad de los castigos utiliza amenazas, advertencias
o gritos que cambian el comportamiento. |
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