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Como
las del cine porno
Se reproducen en Internet esquemas de subordinación y dominación
sexual
Gina
Sotelo |
Vivimos
una sociedad hipersexualizada
“La pornografía cambia nuestra imagen de lo que es
lo sexual, tiene implicaciones económicas y de consumo” |
Rosío
Córdova dijo que poner en práctica la sexualidad es
liberador |
Entrevistas
realizadas a productores de pornografía en cine, el Internet
reproduce esquemas de subordinación y dominación sexual;
además, las poses que muestran en las llamadas cintas “XXX”
son incómodas y casi imposibles de sostener pero buenas para
enganchar al público, expresó Rosío Córdova
Plaza durante su participación dentro de las actividades conmemorativas
al 30 aniversario de la Facultad de Sociología de la Universidad
Veracruzana (UV). |
Rosío Córdova, quien participó en la mesa La
industria de la pornografía, habló de una sociedad hipersexualizada,
resultado de una globalización que permite un consumo masivo
y cuasidemocrático, mostrando qué son las relaciones
sexuales, qué produce placer y qué comportamientos pueden
ser eróticos en sí mismos: “La pornografía
cambia nuestra imagen de lo que es lo sexual, tiene implicaciones
económicas y de consumo”.
“De la transgresión a la legislación. El papel
de la pornografía en la sociedad actual” fue el nombre
de la charla de la doctora Córdova, quien subrayó que
la pornografía moderna está asociada al dispositivo
de sexualidad y controla mediante la necesidad de poner en discurso
al sexo, directamente vinculado con el ascenso de la burguesía
al poder y la sociedad disciplinaria:
“Hoy heredamos estas ideas, gente que defiende la pornografía
por su carácter liberatorio porque va contra las trabas sociales
y, por otro lado, hay quienes van por la antipornografía, generalmente
se les vincula con feministas radicales que denuncian no al sexo sino
las imágenes de cosificación de los cuerpos, imágenes
de sumisión.”
Hizo además un recorrido histórico deteniéndose
en algunos puntos, por ejemplo el que en los siglos XIX y XX la pornografía
circulaba de manera reducida entre ciertos sectores pudientes, esto
es transgresión y responde a la doctrina entre sexualidad masculina
predadora y ausencia de la líbido femenina, hay una división
moral de la sexualidad y se aprecia una dicotomía donde la
sexualidad masculina es predadora y la femenina es casta, su sexualidad
se escatima, no se brinda.
Para la investigadora, desde la primera mitad del siglo XX, como resultado
de diversas conflagraciones y corrientes de pensamiento, hay una transformación
de esta idea positivista de sexualidad. La sexualidad está
controlada y tenemos que liberarla como si fuera un instinto a ejercer;
poner en práctica la sexualidad es liberador.
Sobre la tradición cristiana recordó que introduce en
la cultura occidental el rechazo a la sexualidad y hace de ella su
rasgo distintivo, punto de quiebre que la va a distinguir de otras
religiones: “Castidad y celibato son un acercamiento a la divinidad.
En el siglo XVIII las mujeres castas son muy valoradas porque es una
proeza mantener su condición”.
Mostró también imágenes de los siglos XIV y XV,
conocidas como de la muerte y la doncella. Iconografía de cuerpos
muy blandos, apetecibles, y detrás de ellas imágenes
de demonios, además de otras que reflejaron el ascenso de la
burguesía que hizo uso de la sensualidad como punto de quiebre
de la cultura dominante y lo que le precede. La aristocracia era sinónimo
de desenfreno lascivo, amoral y sin control.
Rosío Córdova es licenciada en Antropología,
maestra y doctora en Ciencias Antropológicas; pertenece al
Sistema Nacional de Investigadores desde 1998. Su línea de
investigación es Estudios de género, sexualidad, grupos
domésticos y migración en Veracruz. |
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