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Sindicato y excelencia
José
Othón Flores Consejo |
Durante
el pasado XV Congreso Estatal de la FESAPAUV, el rector de la UV,
Raúl Arias Lovillo, nos invitó a construir “la
mejor universidad pública de México”, al tiempo
que el secretario general de esa Federación, Enrique Levet
Gorozpe, aseguró que sus integrantes “tienen una visión
muy clara de los grandes retos y la perspectiva del sindicalismo producto
de los nuevos tiempos”.
Estas declaraciones deben congratularnos y, luego del reconocimiento
de ambas partes sobre su preocupación esencial que es el sostenimiento
de la universidad pública que busca la excelencia académica,
no podemos más que sentirnos satisfechos del rumbo que lleva
nuestra casa de estudios.
La filosofía en que se basan los modelos de calidad no es ajena
a la participación de grupos sindicales en las organizaciones;
por el contrario, junto con ellos, ofrece elementos que facilitan
el entendimiento entre la alta dirección y los trabajadores.
Veamos: En el punto seis nuestra querida amiga y ya famosa doña
Norma (NMX-CC-9001-IMNC-2000 ó lo que es lo mismo ISO-9001:2000),
se habla de la gestión de los recursos y obliga a la alta dirección
de las organizaciones que pretenden demostrar que su sistema de gestión
está orientado a la calidad, para que provean los recursos
necesarios para la implementación, mantenimiento y mejora continua
del propio sistema.
Doña Norma se refiere aquí a los recursos tecnológicos,
financieros, de infraestructura y por supuesto los humanos. De éstos,
dice que deben ser competentes en su trabajo de acuerdo a su educación,
capacidad, habilidades y experiencia y es, claro está, responsabilidad
de la alta dirección observar que esta competencia se dé
en todos los niveles de la organización.
La participación de la FESAPAUV en la lucha por los recursos
presupuestales, tal como quedó expresado por su líder,
demuestra del interés de esa organización por acompañar
a la rectoría en este tremendo esfuerzo hacia la excelencia
y los mejores niveles de ingreso permitirán entre otras cosas,
con toda seguridad, mejorar los mecanismos de detección de
necesidades de capacitación referidas específicamente
a las competencias de todos los miembros de la comunidad universitaria.
Pero como ya hemos comentado, la Norma sólo nos dice los requisitos
mínimos de una organización orientada a la calidad,
así que demos un vistazo a lo que respecto al personal dice
el Modelo Nacional para la Calidad Total, del Premio Nacional de Calidad
y que se asemeja mucho a los modelos internacionales de excelencia.
Dice que una organización de clase mundial “crea las
condiciones necesarias para propiciar el desarrollo del personal y
mejorar su calidad de vida como fundamento para el desarrollo organizacional
y el logro de sus estrategias” y esto a través de sus
sistemas de trabajo, es decir, “la forma en que la organización
diseña el trabajo y crea una estructura de alto desempeño”.
En este sentido, se espera que la organización cuente con “los
esquemas de trabajo individual y grupal, con un enfoque de facultamiento,
para lograr el alto desempeño de los procesos y el logro de
los objetivos de la organización” (en el entendido que
se cuente con reglamentos, contratos colectivos, sistemas de reconocimientos,
etcétera).
Se espera también que la selección del personal siga
un proceso lógico que asegure su competencia y claro está,
en estos aspectos la participación sindical ha jugado ya un
papel preponderante en los éxitos alcanzados por nuestra institución
y de los que, en su discurso en el referido Congreso, ya daba cuenta
Arias Lovillo.
El Modelo Nacional para la Calidad Total también pide a las
organizaciones, respecto del desarrollo humano, que la organización
demuestre que “identifica y define los perfiles de conocimientos,
habilidades y actitudes requeridos para el personal, de acuerdo con
los sistemas de trabajo individuales y grupales, así como a
las estrategias de la organización; se lleva a cabo el diagnóstico
y desarrollo de necesidades de conocimientos, habilidades y actitudes
del personal de acuerdo con los perfiles, en el corto y largo plazo;
se crean condiciones y prácticas de reforzamiento para el aprendizaje
continuo”.
Y finaliza este punto estableciendo algo que, en mi opinión,
resulta la diferencia entre quienes alcanzan o no la excelencia que
es la calidad de vida en el trabajo. Esto queda definido en el documento
del modelo de la siguiente forma: “La forma en que la organización
mejora la satisfacción, salud, y bienestar de su personal en
el trabajo y por el trabajo mismo; la relación laboral entre
los integrantes y entidades externas y la promoción del bienestar
de la familia del personal”.
La organización que pretende alcanzar estos niveles debe: “definir
los factores críticos de satisfacción del personal;
evaluar y medir el grado de satisfacción de todo el personal
en el trabajo y por su trabajo, y cómo se da respuesta a las
necesidades identificadas; apoyar al personal por medio de políticas,
servicios y prestaciones; propiciar la seguridad, higiene y ergonomía
en el trabajo; y, promover el bienestar familiar”.
Pues, como ya ha quedado dicho, juntos –autoridades y sindicatos–
deben atender estos aspectos para que en plena concordancia y mirando
ante todo el bienestar organizacional y el logro de su misión,
alcancen esta excelencia que hoy ya no es un lujo sino una exigencia
de quienes confían en nosotros la educación de los jóvenes
veracruzanos.
En otro orden de ideas, tuve la oportunidad de asistir al VI Congreso
Internacional de la Asociación Mexicana de Responsables de
la Estandarización de la Información Administrativa
y Financiera en las Instituciones de Educación Superior (AMEREIAF)
que se celebró en San Luis Potosí.
Luego de aprender el nombre de la asociación, que representa
un verdadero reto, constaté la importancia que tiene para la
educación superior de nuestro país contar con criterios
unificados para el ordenamiento y presentación de la información
relevante en materia de administración y finanzas y por supuesto,
la gran oportunidad de contar con un foro para el ejercicio de la
comparación referencial, tan importante en los sistemas administrativos
(los vecinos del norte llaman a esto benchmarking).
En este congreso pude observar que el planteamiento de nuestro modelo
del Sistema Universitario de Gestión por Calidad, que seguramente
ustedes ya conocen, está a la vanguardia del trabajo que en
la actualidad se hace en educación superior en el mundo.
Hasta aquí por esta semana y recuerden que sigo esperando sus
comentarios al correo electrónico otflores@uv.mx. |
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