Año 8 • No. 296 • Enero 21 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Asegura el nuevo director de la Editorial de la UV
Más allá de buenas intenciones, un editor es lo que publica: Anaya

Edgar Onofre
El consenso entre los asistentes a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es casi unánime: se ha convertido en la segunda fie
Más allá de sus buenas intenciones, el papel de un editor se refleja en el catálogo de lo que publica, aseguró el nuevo director editorial de la Universidad Veracruzana (UV), Jesús Anaya Rosique, tras ser designado en el cargo.

Con una amplia experiencia en el mundo de la edición comercial, tanto en México como en otros países, y la edición universitaria, Anaya Rosique definió algunas de las prioridades de su gestión al frente de esta importante casa editora: “Trabajaré en la continuidad de los logros más importantes y estaré al tanto de las innovaciones en la edición”.

Añadió que la Editorial de la UV, al igual que las editoriales universitarias de todo el mundo, cuenta con una producción especializada la cual “no necesariamente tiene miles de lectores. Eso es parte de nuestro trabajo: localizar lectores en todo el mundo para que conozcan que tenemos materiales que pueden ser importantes para ellos”.

Además, el ex director de la Editorial Planeta se refirió a la añeja tradición literaria de la UV: “Debemos seguir impulsando la propuesta cultural literaria, que la Editorial sea portadora de iniciativas de narrativa, por ejemplo, de nuevos autores”.

Al respecto, añadió que “la única manera de poder entrar a los puntos de venta es con una oferta variada y rica, que construya públicos. El editor debe construir públicos. Es una tarea muy difícil, hay muchos obstáculos, pero no hay que retroceder en publicar lo que tiene valor, pues la edición no es producto de un compromiso ni de intereses creados, sino un acto libre que debe convencer por su calidad”.

En este sentido, aunque explicó que los problemas de las editoriales universitarias no soy muy diferentes a los de las editoriales comerciales –cuya preocupación común es la distribución de sus libros–, explicó que la de la UV “es muy peculiar, diferente a otras editoriales universitarias. Comparte algunos de sus problemas, pero la historia de esta editorial demuestra que nació desde su fundación como una editorial llamada a tener una presencia cultural de primera línea”.

Al respecto, añadió que se reconoce que la editorial de la UV “ha tenido momentos gloriosos y también difíciles”, pero advirtió que, no obstante, “el catálogo muestra una gran solidez, lo cual no pueden decir todas las universitarias”.

Anaya Rosique explicó que en las editoriales “la parte más frágil es la distribución: en nuestro país el panorama de los puntos de distribución como librerías es precario: las librerías están concentradas en el DF y más de la mitad de los municipios no cuentan con una sola librería”.

Un editor es un propiciador cultural –añadió–, “si hace bien su trabajo, tendrá buenos libros que llegarán al público; si lo hace mal, tendrá bodegas ricas en alimento para ratones. Hay que buscar el modelo adecuado para la editorial universitaria, que forzosamente es especializada y está destinada a un público lector acotado que el editor debe localizar y hacerle llegar su material”.

Como oportunidades importantes en el mundo de la edición actual, Anaya Rosique se refirió a la edición digital, los cambios de modelo para las publicaciones académicas, las posibilidades de la impresión bajo demanda y algunos otros desarrollos importantes para cerrar un circuito que va del autor al lector. “Editar no es sólo publicar, sino poner las obras en manos de los lectores”, explicó.

“La edición universitaria puede ser termómetro de la vida intelectual y motivador de movimientos culturales”, dijo y, a este respecto, recordó que las dos primeras editoriales que se crearon en el mundo fueron universitarias: las de las universidades de Oxford y Cambridge en el siglo XVI. Y citó el estatuto de creación de ambas, las cuales nacieron “contra la oposición de los estadistas, que siempre temían la oposición; de los religiosos que husmeaban la herejía y de los comerciantes que odiaban la competencia”.