Año 8 • No. 296 • Enero 21 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Aseguró egresada de la maestría en Literatura Mexicana de la UV
Es turno de la academia
para promover la lectura
Juan Carlos Plata
Programas de gobiernos e instituciones no han funcionado y la academia podría contribuir al interés del gran público por escritores contemporáneos, sostuvo Alma Espinosa
Dado el mayor o menor fracaso de los programas de promoción de lectura implementados desde la burocracia, del ámbito académico podrían surgir nuevas propuestas para apuntalar esta actividad cultural de la que tanto se habla pero que poco se promueve de manera efectiva, sostuvo Alma Espinosa Arroyo, egresada de la maestría en Literatura Mexicana de la Universidad Veracruzana (UV).


Alma Espinosa
“Los programas de lectura que se han intentado en el país han fracasado y son necesarios nuevos proyectos de promoción de lectura, y la academia es el espacio propicio para crearlos; por ejemplo, ahora con la famosa era digital se pueden intentar muchas cosas, pero esos proyectos necesitan continuidad y seguimiento”, sostuvo.

Recientemente egresada del programa de posgrado ofertado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la UV, Espinosa Arroyo realiza una investigación basada en la novela El testigo, de Juan Villoro, obra publicada en 2004 y ganadora del Premio Herralde.
“El trabajo consiste en realizar una propuesta de lectura de la obra, basada en un estudio narratológico –que incluye aspectos como la temporalidad, el espacio y los narradores–, además de tomar en cuenta aspectos como las temáticas y la manera de narrar del autor”, aseguró.

Villoro –explicó– es un caso atípico en la literatura mexicana, popular en dos sentidos diferentes (en sus temáticas y estilo narrativo y en su persona, en la medida en la que es un personaje público reconocido), que lo mismo escribe novelas que cuentos infantiles, crónicas y ensayos para revistas, columnas de opinión en diarios.

“Se trata de un autor que además de su gran calidad es una figura pública contemporánea; por tanto, creo que es importante que se estudie a fondo; es muy conocido por sus crónicas, pero sus novelas también son –además de valiosas en lo estrictamente literario– muy valiosas desde el punto de vista de sus temáticas y cómo se abordan, y son, relativamente, poco conocidas”, dijo.

En la novela a estudiar se da cuenta de cómo se hacen visibles las consecuencias del narcotráfico, su relación con la religión y la política, cómo se manejan los medios de comunicación, el futbol, las telenovelas, etc., todo esto con un estilo “costumbrista contemporáneo”.

Además, sostuvo la investigadora, Villoro es un apasionado del rock, del futbol, y muchos elementos de esto están en sus libros y en éste en particular, lo que lo hace mucho más accesible para el público y para quienes lo estudien.

“En comparación con sus dos novelas anteriores (Disparo de Argón y Materia dispuesta), incorpora a la narración muchos más elementos de él, de sus aficiones y gustos, lo cual lo hace más interesante y digno de un estudio académico más profundo”, aseguró.