Año 8 • No. 296 • Enero 21 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Tal vez por descuido o desinterés, dice Sara Ladrón de Guevara
Poco estudiado el rol
de la mujer prehispánica
Gina Sotelo
En marzo habrá una mesa redonda sobre las mujeres en la época prehispánica y una exposición de piezas que las representan

En la cultura Maya hubo mujeres gobernantes



Sara Ladrón de Guevara
Quizá por descuido o desinterés, el rol de la mujer en la época prehispánica ha sido poco estudiado; las piezas arqueológicas de distintas regiones revelan que en sociedades como la olmeca su papel era inferior a diferencia de los mayas, que incluso tuvieron mujeres gobernantes; sostuvo Sara Ladrón de Guevara, directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX).

Sobre el rol de las mujeres en la época precolombina, Ladrón de Guevara tiene en la Universidad Veracruzana (UV) un proyecto de investigación registrado con el nombre de “Mujeres de antaño” y que estudia a las mujeres de la costa del Golfo en este periodo.

“Este año, y recordando el Día Internacional de la Mujer, tendremos una mesa redonda en marzo sobre las mujeres en la época prehispánica y una exposición de piezas que representan a mujeres, en la Sala de Exposiciones Temporales con piezas de nuestro museo.”
De esta manera –explica la académica– vinculará su trabajo al frente del MAX con su investigación. En esta mesa participarán investigadores interesados en este tema.

“La arqueología, como muchísimas ciencias, durante mucho tiempo fue cosa de hombres, y éstos no buscan el rol de las mujeres, muy a menudo se olvidan de ellas. Pero a partir de que las mujeres hemos incursionado en las distintas disciplinas, tenemos una visión nueva y hemos propuesto distintos temas de investigación, entre ellos el género”, dice.

Añade que en la actualidad hay muchos investigadores que estudian las relaciones entre los sexos y que tienen que ver con la distribución social del trabajo, con el poder y la inequidad, que no es privativa de nuestros tiempos, de ahí el interés por conocer qué pasaba en la época prehispánica con casi la mitad de la población, que eran mujeres:
“Desde estudiante me ha llamado la atención que, por ejemplo, los olmecas casi no tienen en escultura en piedra representaciones de mujeres y las esculturas son los símbolos del poder, entonces estamos hablando que esas mujeres no tenían acceso al poder.”

Según Ladrón de Guevara, en las piezas de El Tajín tampoco hay muchas mujeres representadas, lo que denota una inequidad; por otro lado, hay otras culturas que sí permitieron el acceso de las mujeres al poder, como las huastecas, que fueron reinas, y en el área maya donde también hubo gobernantes mujeres: “En El Zapotal hay una gran representación de mujeres y parece que el simbolismo de la maternidad, fecundidad y feminidad eran muy importantes, entonces hay diferentes culturas y tratamientos.”

Seguirá también trabajando en su línea de investigación, que es la “Iconografía en la costa del Golfo”. En este sentido, trabajará la cerámica con bajorrelieve del área de Río Blanco, los pectorales de concha de la Huasteca y unas piezas escultóricas que si bien aparecen como del periodo clásico, considera que inicialmente fueron trabajadas durante el preclásico y que las retrabajaron en el clásico.

“Son temas que tienen que ver con la historia del arte, con la manufactura de las piezas y con el significado de la simbología ahí plasmada. Mis estudios son a través de imágenes, iconográficos, revisando desde luego los datos arqueológicos que hay alrededor de esas piezas para darle un contexto y sentido a lo que ellas explican.”

La directora del MAX tuvo un buen cierre en 2007 gracias al reconocimiento de su libro Hombres y dioses de El Tajín, que ganó el Premio Anual del Instituto Nacional de Antropología e Historia 2007 en la categoría de Mejor Trabajo de Divulgación.

Publicado por la Editora de Gobierno por vez primera en 2006, cuenta ya con una segunda edición por parte de la Secretaría de Educación de Veracruz, que constó de tres mil ejemplares. Puede consultarse e imprimir el texto íntegro en la página www.secver.gob.mx/servicios/publicaciones/libro_tajin/index.php.

Visiblemente emocionada por el reconocimiento nacional la investigadora dice: “Desgraciadamente, los académicos a veces somos muy elitistas y escribimos para nuestros pares”.

Reconociendo haber caído en esta dinámica, dice satisfecha que el estar frente a una institución como el MAX le hace pensar en la gente que tiene necesidad de conocer, pendiente de los académicos:
“De esto hablamos en la UV al decir ‘distribución social del conocimiento’. Un deber de los investigadores no es sólo encontrar el conocimiento, sino difundirlo y ése es un reto que tenemos y que yo no veo generalizado. A menudo la academia nos hace endogámicos y nos olvidamos de la población”, finalizó.