Año 8 • No. 306 • Abril 21 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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En el siglo XXI y de forma paulatina

Regresa el sentido

humano a la educación

Alma Espinosa y Gina Sotelo

Hay que abortar el actual sistema educativo porque es pésimo y no tiene remedio: Francisco Gutiérrez

Fuera del ámbito formal, los procesos educativos son maravillosamente desordenados y efectivos: Carlos Calvo
En el momento en que un docente siente que ya no tiene nada más por aprender estará perdido al igual que sus alumnos, y definitivamente deberá cambiar de oficio porque un académico jamás termina de aprender. Ésta es justamente una de las premisas educativas que está cobrando un fuerte impulso desde el sur del continente americano y ha llegado hasta la academia de la Universidad Veracruzana (UV).

Ante la necesidad de enfrentar los nuevos retos que presenta la educación del siglo XXI, la UV y la Universidad de La Salle, Costa Rica, estrecharon sus lazos y fortalezas para que académicos e investigadores de aquí cursen el Doctorado en Ciencias de la Educación con énfasis en mediación pedagógica, que ofrece aquella institución.

El doctorado busca, entre otros objetivos, que los participantes piensen la educación desde un paradigma diferente al tradicional, adecuado a los desafíos que deben enfrentarse en el siglo XXI. Propone que los docentes transformen su perspectiva para que sean capaces de generar experiencias pedagógicas decisivas.

Con base en esta premisa y para dialogar acerca de las ausencias y presencias de la educación del siglo XXI en nuestro continente, el doctorado organizó el Coloquio Internacional sobre Educación del Siglo XXI, en el que se reunieron expertos de 12 países en la USBI-Xalapa.

Al coloquio asistieron miembros del Instituto de Investigaciones Psicológicas y del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores, Económicos y Sociales de la UV, que actualmente cursan el doctorado, cuyo programa es innovador porque también estudia e incorpora los avances recientes en las ciencias.

En este marco se presentó la red autónoma para una educación alterna: Caordia (www.caordia.org). Es un espacio virtual de encuentro que posibilitará la interacción y el diálogo entre los diversos grupos y personas involucradas en el movimiento educativo impulsado por el doctorado. La red facilitará la comunicación y la libre expresión de ideas, reflexiones, investigaciones, y tenderá hacia la construcción colectiva de nuevas modalidades para el desarrollo educativo, académico, científico y humanístico.

Durante tres días se desarrollaron actividades académicas y se discutieron temas como: la educación actual pone en peligro a la humanidad y del mapa escolar al territorio educativo; asimismo, los participantes realizaron una visita al sitio arqueológico El Tajín, donde reconocieron la importancia de retomar el conocimiento de antiguas culturas y la adaptación o adopción de experiencias para transformar la educación.

Daniel Prieto dijo que la mirada pedagógica es la capacidad de percibir a los demás como seres de aprendizaje

Francisco Gutiérrez, coordinador del Doctorado en Educación con énfasis en mediación pedagógica
La educación desde el caleidoscopio
Con la afirmación: “La educación actual pone en peligro el destino de América Latina porque es inadecuada”, expresada por Francisco Gutiérrez, de la Universidad de La Salle, iniciaron las actividades académicas del Coloquio Internacional para discutir la pedagogía del presente siglo.

El también coordinador del doctorado señaló la urgente necesidad de mejorar la educación porque de lo contrario no podrá hablarse de ningún destino con base en ésta. Enfático, dijo que es necesario abortar el actual sistema educativo porque es pésimo y no tiene remedio, y reflexionó: “Hay que hacer con placer y ternura la educación porque puede salvar a la humanidad”.

Mencionó que disciplinas como las matemáticas son aisladas de la filosofía, el arte se separa de la química, incluso en los edificios de las universidades se rompe la relación natural entre individuos al separarlos físicamente por áreas: “Por ello hay que reencantar la vida, la educación, porque el mundo en el que estamos viviendo es un mundo desencantado. La sociedad occidental será recordada en unos años como el periodo del fracaso del paradigma cartesiano. Vivimos en una sociedad fracasada”. Sugirió ver a la educación desde un pensamiento nuevo, “devolverle la rebelión a la educación, pero una rebelión poética, placentera”.

Durante los trabajos del Coloquio en Educación el argentino Daniel Prieto Castillo, especialista en educación y comunicación, habló sobre la situación del docente ante la institución educativa y el ambiente laboral; consideró que en muchos contextos los docentes son humillados por la estructura universitaria y aclaró que esta humillación supone el postergar la creatividad, aprendizajes, imaginación, interacción y tiempos personales.

Este tipo de humillación, dijo, va minando la autoestima hasta que la persona se ve a sí misma como humillada. Lo anterior se refleja cuando un académico no se atreve a mostrar a sus compañeros sus trabajos de investigación por temor, porque existe “una especie de súper ego que predice que tu trabajo te lo van a hacer pedazos y lo harán menos porque no citaste a determinados autores, aunque sea un trabajo universitario que requirió de mucho tiempo y esfuerzo. Es tal el peso de la mirada del otro en el sentido negativo que aparece ese miedo a mostrar lo que uno ha hecho. La dignidad supone a quien se reconoce a sí mismo y que es reconocido por los demás en su ser y diferencia”, expresó.

La humillación como práctica sostenida entre los educadores conlleva un enorme costo monetario; además, cuando la autoestima, el amor y el reconocimiento de sí mismo están ausentes por 20 ó 30 años, los docentes van dejando de ser y en el espacio universitario ser significa trabajar de forma adecuada desde el punto de vista pedagógico y con un sentido de satisfacción y alegría.

Aparte de los bajos salarios existen otras acechanzas que están en la base de las humillaciones: el lugar social de la educación en la política, la imposición por encima de los valores educativos y de las miradas burocráticas, el menosprecio de la función docente en la universidad, las relaciones de poder dentro de la institución, la depreciación de la experiencia y la práctica de cada educador, la desestimación de la cultura y los saberes de cada educador, la ausencia de la memoria de los procesos educativos en el aula y las instituciones, la negación del tiempo para pensar, compartir, crecer, sentir, de espacios de aprendizaje, la soledad del educador, así como los contextos de violencia social y educativa.

Frente a esta situación planteó el derecho de los docentes a protagonizar en el aula experiencias pedagógicas decisivas. Dichas experiencias son encuentros de maestros aprendices y de otros miembros de la comunidad educativa basados en evidencias de prácticas sostenidas por metodologías y conceptos, que marcan en lo profundo a cada participante en el plano intelectual y emocional a tal grado que ya nadie es el mismo luego de este tipo de experiencias.

El autor de más de numerosos títulos enfocados al tema de la comunidad y la pedagogía detalló que las experiencias pedagógicas decisivas no consisten en una iluminación de una semana o de una brillante conferencia. Las experiencias requieren de más tiempo y no se improvisan porque son fruto de un proceso de planificación y organización. La incertidumbre se maneja desde una buena organización y ése es el juego entre la organización y el caos.

¿Qué es lo decisivo de estas experiencias? Claridad en la utopía pedagógica, si no sabes a dónde vas es posible que no llegues; evidencia conceptual y de métodos; claridad en la capacidad de autoorganización y de gestión para concretar el proyecto; voluntad de aprendizaje e interaprendizaje, sin eso no hay experiencia decisiva que valga; voluntad de comunicación; continuidad en la práctica; capacidad de aventurar como El Quijote; y construcción de una mirada pedagógica madura.

La mirada pedagógica es la capacidad de percibir a los demás como seres de aprendizaje, comunicación y aventura en cualquier edad y situación social que sea. “No hay mirada pedagógica posible sin mirarme a mí mismo en tanto educador o educadora, como un ser de comunicación, aprendizaje y aventura. Las experiencias pedagógicas decisivas tienen como condición de posibilidad y como objeto de construcción esa mirada”, concluyó.

Educación vs escolarización
Existe una diferencia abismal entre educación y escolarización porque esta última conlleva la educación pero enclaustrada en un aula, explicó el chileno Carlos Calvo, especialista en desarrollo del pensamiento y doctor en Educación por la Universidad de Stanford, California.

Durante su participación en el “Conversatorio sobre las ausencias y presencias de la educación en América Latina”, expuso que normalmente aprendemos muy bien fuera de la escuela y muy mal y con muchas dificultades en el seno de ésta. Desafortunadamente, la mayor parte de las investigaciones dan cuenta de los fracasos escolares y de la incapacidad de los profesores para enseñar bien, pero existen pocos trabajos que den cuenta de la enorme capacidad de aprendizaje que tienen los que fracasan en la escuela, fuera de ese ámbito escolar.

Afirmó que la educación es omnipresente y para nosotros es tan natural educarnos que no nos damos cuenta; en tanto, la escuela ha convencido a casi todos de que es la única vía de aprendizaje sin tomar en cuenta que es posible encontrar símiles. “Si investigamos cómo aprendemos fuera del ámbito formal nos damos cuenta que los procesos educativos siguen patrones muy distintos, son maravillosamente desordenados y no planificables en el detalle”.

Al mirar cómo se aprende en contextos informales, además de ver que es un proceso desordenado, es posible afirmar que se cuenta con una vocación de aprender asombrosa. “Los pequeños que están aprendiendo brincan, saltan y exudan placer; mientras que en la escuela son rápidamente controlados”, reconoció.

El sistema educativo debe contemplar estos grandes cambios que requiere este sector, como el que sean jóvenes que enseñen sobre computación a los académicos de escuelas y universidades, y quede superado el impedimento de que no comprueba el conocimiento científico, por ejemplo. Explicó que el ser humano no puede evitar aprender y lo hace también con fines de enseñanza o compartirlo con los demás.

Al concluir los trabajos del Coloquio, los alumnos del doctorado en Educación con énfasis en mediación pedagógica reconocieron la necesidad de transformar la educación. Para Judith Sosa, vicerrectora académica de la Universidad Simón Rodríguez de Venezuela, el cambio está primero en la mentalidad de cada docente porque es una visión distinta al paradigma “que está enclaustrado en nuestro cerebro, cuerpo y alma desde hace muchísimos años”, comentó.


Carlos Calvo
Raúl Arechavala, de la Universidad Autónoma de Honduras, destacó de esta experiencia que busca el cambio existencial en cada uno de los participantes del doctorado y a partir de esta premisa se logrará la transformación en los demás: “Sin cambio individual es imposible un cambio en las estructuras educativas”, aseveró.

¿Cómo promover el cambio desde uno? Es un proceso de reflexión teórica, práctica y afectiva. “Ese proceso se seguirá dando paulatinamente en la medida en que cada uno de nosotros ejerza una influencia sutil. Eso irá cambiando las cosas en las instituciones y paulatinamente se irá difundiendo en las demás esferas de la cultura y la vida de la gente”, concluyó Arechavala.

Judith Sosan

Raúl Arechavala