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Año 8 / No. 326 / Septiembre 22 de 2008 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Coinciden Castañón, Silva-Herzog y Medina Portillo

Octavio Paz, fuerte y vigente

Gina Sotelo

Con motivo del décimo aniversario luctuoso del Premio Nobel Octavio Paz, la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), que organiza la Universidad Veracruzana (UV) y cuya edición 2008 se realizó hasta el 21 de septiembre en el Museo del Transporte, efectuó una serie de actividades para recordar la obra y la figura del autor de Libertad bajo palabra y El laberinto de la soledad.

Una de las actividades centrales fue la mesa La imaginación crítica, que se llevó a efecto el sábado 13 en el Pabellón Central con la participación de Jesús Silva Herzog-Márquez, Adolfo Castañón y David Medina Portillo, moderados por Joaquín Díez-Canedo.

Los convidados al homenaje hablaron en torno al pensamiento político de Paz, una de las figuras intelectuales del siglo XX de mayor presencia y reconocimiento en el mundo y quien fuera nieto de otro escritor, Ireneo Paz; de cómo éste mostró sus intereses literarios de manera muy precoz, publicando muy joven sus primeros trabajos en diversas revistas literarias.

Jesús Silva Herzog-Márquez habló de la importancia de reflexionar acerca de dónde está hoy Paz en la conversación mexicana; subrayó que desde la poesía Paz veía lo que había detrás, el universo: “Ahí está la fuerza, la vigencia y la elocuencia de Paz, que sigue diciéndonos muchas cosas como los aspectos que nos hacen sentir más distantes. A mitad del siglo XX se preguntó quiénes y cómo somos los mexicanos, pregunta que se hizo una y otra vez en El laberinto de la soledad”.

Sobre su mirada poética habló de una búsqueda de la realidad simbólica de los hechos: “No puede contemplarse la política como un artefacto que procesa ideas, sino que hay una representación, teatro, alegoría”.

Adolfo Castañón recordó a Paz cuando dice que los mexicanos somos contemporáneos de todos los hombres y la posible respuesta que surge es ¿por fin los mexicanos somos contemporáneos de todos los mexicanos?: “Esta pregunta tiene que ver con herida profunda de la desigualdad que siempre atormentó a Paz, el hijo del zapatista”.
Resaltó la claridad del escritor de llamar “al pan, pan y al vino, vino” y reconoció la transparencia que recorrió toda su obra: “Octavio Paz se hizo de preguntas la primera mitad de su vida, las respuestas fueron creciendo como enormes enredaderas que le impidieron hacerse otras preguntas”.

David Medina Portillo habló también de la enorme preocupación de Paz por la identidad sobre lo mexicano: “En gran medida toda su reflexión en torno a lo nacional es la búsqueda de una identidad, pero una identidad nacional” y citó también que la historia de Paz es la historia de México”.

De esta manera, la FILU rindió homenaje a quien dejara un valioso legado literario. Su obra completa conoce dos ediciones, una realizada por Círculo de Lectores y otra por el Fondo de Cultura Económica.