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Año 8 / No. 330 / Octubre 20 de 2008 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Desarrollado en Cuba

Tratamiento con zinc mejora calidad de vida de enfermos
de ataxias

En la isla, la mayor prevalencia mundial de enfermedades de este tipo:
Luis Velázquez Pérez, médico y científico cubano

Juan Carlos Plata



Luis Velázquez Pérez, director del Centro de Investigaciones y Rehabilitación de Ataxias Hereditarias en la ciudad de Holguín, Cuba

Un tratamiento a base de una dieta rica en zinc podría brindar una mejor calidad de vida a pacientes que sufren de ataxia espinocerebelosa tipo 2 –enfermedad neurológica que provoca pérdida del control de movimientos del cuerpo, alteraciones del habla y lesiones en el sistema nervioso, entre otras complicaciones–, aseguró Luis Velázquez Pérez, médico y científico cubano, durante una conferencia dictada en la Unidad de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana (UV).

El tratamiento, desarrollado en el Centro de Investigaciones y Rehabilitación de Ataxias Hereditarias (CIRAH), ubicado en la ciudad de Holguín, Cuba –del cual Velázquez Pérez es director–, ayuda a los pacientes a recuperar el control de movimientos, a modular sus funciones neurológicas y cognitivas y, en general, ha permitido que se tenga una rehabilitación sostenida, explicó el médico.

Cuando la prevalencia mundial es de cinco casos por cada 100 mil habitantes, en Cuba es de más de seis casos y en la provincia de Holguín la prevalencia se dispara a 42 por cada 100 mil habitantes, por lo cual el gobierno cubano estableció este centro de investigaciones en esa región, además de que se creó una red nacional de atención, investigación y rehabilitación.

Casi la totalidad de los casos de ataxia en Cuba son del tipo 2, mientras que el más común en México es el del tipo 7.
“Esta enfermedad no tiene cura en la actualidad –se especula que la única manera de combatirlo sería sustituir el gen mutado por uno sano, lo cual a la fecha es imposible–, entonces nuestros esfuerzos se han concentrado en conseguir que los pacientes tengan una mejor calidad de vida. Afortunadamente hemos logrado que pacientes que ya estaban confinados a una silla de ruedas, vuelvan a caminar”, dijo Velázquez Pérez.

De acuerdo con el experto, a la fecha se han clasificado 29 tipos diferentes de ataxias, todas producidas por una misma mutación genética que produce una proteína llamada ataxina 2, pero de acuerdo con condiciones, incluso de tipo ambiental, se desarrollan de manera diferente y tienen cierta variación en sus consecuencias.

“La enfermedad puede contraerse por vía congénita, hereditaria (que representa 50 por ciento de los casos) y recesiva (heredada de los dos progenitores). En el CIRAH un estudio reveló que en 11 por ciento de los casos de transmisión hereditaria padre-hijo, el hijo desarrolla la enfermedad antes de los 30 años, por una nueva mutación genética”, explicó.

Algunas de las consecuencias de la enfermedad son un daño oxidativo –que provoca que el cerebro envejezca de manera precoz–, acelera el proceso degenerativo, baja los niveles de zinc en el organismo –principalmente en la médula y el cerebelo– y genera una severa reducción de la calidad del sueño y, en casos avanzados, la ausencia total del sueño, lo que, por sí solo, provoca más daños al organismo.

“En el CIRAH, gracias al tratamiento con zinc, hemos logrado rehabilitar a más de 300 pacientes, de los cuales entre 68 y 70 por ciento han logrado mejorar alguna de sus funciones motoras y cognoscitivas, además de que se realizan diagnósticos presintomáticos a parientes de personas enfermas y diagnósticos prenatales”, dijo.