Asegura investigadora
del IIESES
El aborto, una decisión individual
que siempre tendrá consecuencias
Los ministros de la Suprema Corte no
votaron para permitir el aborto, sino para declarar
improcedente la inconstitucionalidad
Alma Espinosa
Hace año y medio el Gobierno del Distrito Federal
puso en marcha una ley que ofrece a las mujeres los
medios idóneos y salubres para realizarse un
aborto si el producto tiene menos de 12 semanas de gestación.
Desde su propuesta a la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal (ALDF), la despenalización del aborto
fue un tema que rebasó las fronteras de la salud
pública y se instaló en la palestra social,
política y eclesiástica.
Pese a que organizaciones no gubernamentales, representantes
de la Iglesia Católica, en su mayoría,
y legisladores, principalmente del Partido Acción
Nacional, se opusieron al asegurar que se estaría
matando a un ser vivo, la ALDF aprobó en abril
de 2007 con 46 votos a favor, 19 en contra y una abstención
la práctica del aborto y transfirió a
los hospitales públicos la obligación
de practicarlo.
Devinieron manifestaciones de diversa índole
desde entonces. Calificaron de “asesinos”
a los legisladores que apoyaron la propuesta proveniente
de la bancada del Partido Revolucionario Institucional.
Llamaron al aborto un “crimen abominable”,
mientras que las mujeres salieron a las calles a defender
su derecho a decidir. |
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Como fue anunciado desde su aprobación, y como era
de esperarse, se interpuso un recurso de inconstitucionalidad
ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mismo
que fue rechazado por la mayoría de los ministros.
Tal decisión avivó el debate nacional respecto
del tema y la comunidad de la Universidad Veracruzana (UV)
ha opinado al respecto.
Dulce María Cinta Loaiza –investigadora y académica
del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos
y Sociales (IIESES) y del Instituto de Salud Pública
de la UV, con estudios en Economía, Sociología
y Ciencias Políticas– se ha dedicado por años
a los estudios de género y ha puesto especial interés
en la situación de la mujer veracruzana. Luego que
fue aprobada la despenalización del aborto, preveía
que la Suprema Corte echaría atrás la ley; sin
embargo, no fue así. Entrevistada al respecto, esto
fue lo que comentó.
¿Por qué pensaba que la Suprema
Corte no apoyaría la ley del DF que permite abortar
antes de que el producto cumpla 12 semanas?
Lo pensaba porque impugnaron la Comisión Nacional de
Derechos Humanos y la Procuraduría General de la República,
además de que es un tema controversial en el que también
está involucrada la Iglesia Católica de manera
contundente. Ésta sostiene que la vida comienza en
el momento de la concepción; sin embargo, hay evidencias
científicas que demuestran lo contrario y declaran
que la vida comienza hasta que se desarrolla el sistema neurológico.
Al mismo tiempo que es erróneo es contradictorio que
digan que la vida comienza desde la concepción, pues
si es así entonces nacemos de nueve meses; por el contrario,
todos iniciamos el conteo de nuestra edad a partir del nacimiento.
¿Entonces? La discrepancia entre la cuestión
científica y de fe se remonta siglos atrás.
No obstante, debemos revisar primero la bibliografía:
hubo un periodo bien definido en que la Iglesia Católica
no se opuso al aborto.
En cuanto a los ministros de la Suprema Corte, opinaba que
eran en su mayoría conservadores y que no se arriesgarían
a dar su aprobación; no obstante, abogados me han explicado
que la objeción hacia la ley era un punto de anticonstitucionalismo.
Es decir, los que se oponían dijeron que la Constitución
sí promueve la protección de la vida desde el
momento de la concepción, pero la Constitución
no dice eso. Los ocho ministros que votaron a favor no lo
hicieron para permitir el aborto, sino que votaron porque
no había inconstitucionalidad. Son cosas distintas.
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En México no hay una estadística
confiable de las muertes por abortos mal practicados
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Sinceramente me quedé gratamente
sorprendida porque pienso que la decisión de abortar
es individual y que en esta decisión entran en
juego los valores que la mujer tenga y crea. La mujer
tiene el derecho de decidir, porque si bien es cierto
que el hombre participa en el proceso de fecundación,
quien carga el producto es la mujer, ella lo alimenta,
ayuda a su desarrollo.
Yo sí estoy a favor de la libertad individual y
en ésta no puede haber una tercera persona que
me imponga lo que yo quiero hacer. Mi libertad individual
está conformada según fui educada y socializada.
Aquí es donde viene mi segunda posición:
si yo decido abortar es responsabilidad del Estado que
lo haga en las mejores condiciones posibles. |
En Estados Unidos, por ejemplo, en las clínicas donde
se practica el aborto existe por disposición de la
ley un terapeuta o trabajadora social que dos minutos antes
de la realización del aborto habla con la mujer para
decirle: “Fíjese bien lo que hará, ¿está
convencida?” Dos minutos antes la mujer puede decir:
“No lo hago” y para ello hay una persona que está
haciéndole ver la decisión que va a tomar, pero
finalmente es una decisión de la mujer. El punto es
que en México hay otros que se quieren erigir para
decirle a la mujer qué es lo que debe hacer.
Si yo decido abortar, necesito hacerlo en condiciones de seguridad,
donde no peligre mi vida y ése es el problema cuando
no está establecido formalmente y surgen las clínicas
ilegales. En México no hay una estadística confiable
de las muertes por abortos mal practicados y, sin embargo,
cualquier persona sabe dónde o a quién acudir
para practicar un aborto.
Es cerrar los ojos a un hecho y a una realidad que existe.
En este sentido me da gusto que la ley no se haya echado para
atrás. No es cierto que todo mundo va a abortar, ni
es cierto que con esto estamos matando, como dicen los de
Provida, a un montón de gente que no ha nacido. Lo
que sí hacemos es salvar las vidas de mujeres que primero
deben decidir si tienen a sus hijos y estar conscientes de
que cualquier decisión tendrá un costo.
Representantes del Fondo de Población
de la ONU dijeron que la práctica del aborto no ha
reducido la ignorancia, violencia y pobreza, ¿cuál
es su opinión?
Se podría pensar que las personas que están
en desventaja por ser más pobres o tener niveles educativos
menores serían las que más abortan, pero tendríamos
que ver eso según las estadísticas, pero yo
creo que no es así. En Yucatán, por ejemplo,
se puede abortar por razones económicas.
En realidad, a las personas con más recursos este asunto
del aborto no les importa. Es un tema no hablado, pero una
familia que tiene dinero manda a sus hijas a otros países
para que realicen el aborto. No obstante, el fenómeno
no está bien documentado porque son temas que no se
discuten en la sociedad que tiende a ser conservadora, así
como tampoco habla mucho de las preferencias sexuales.
Para que podamos discutir estos temas abiertamente, así
como hablarles de sexo a los hijos, se requiere que pasen
muchas generaciones, pues si bien la sociedad actual no es
igual a la de los veinte o treinta, en estos temas cambia
lentamente. Por mencionar un ejemplo, estoy sorprendida que
en una televisora oficial, el Canal 22, transmite los domingos
a las cero horas un programa sobre homosexualidad; mientras,
en la televisión estadounidense en los setenta ya se
discutían estos puntos. Tenemos 38 años de diferencia,
pero eso se debe a los ritmos y cambios que cada sociedad
tiene.
Como el aborto no se discute porque es un tema de controversia,
tampoco tenemos manera de hacer aseveraciones reales de lo
que está pasando con los datos del aborto. Usted no
podría hacer una encuesta y preguntar: ¿Usted
ha abortado? Le van a decir que no porque, además,
una mujer lo negaría. Hace falta apertura y que la
investigación se dedique a estas problemáticas,
pero incluso para ello se requiere cambiar mentalidades.
Como parte de la polémica también
se vio al aborto como una forma de esclavizar a la mujer y
convertirla en objeto sexual.
Eso no es cierto porque la mujer ya está convertida
en un objeto sexual; que uno de los resultados de ser objeto
sexual es que uno pueda quedar embarazada es cierto. ¿Qué
son todas las cuestiones de pornografía, los concursos
de belleza y eso de exigir que la mujer sea alta, delgada
y con bonitas formas? Eso no es para las mujeres, es para
el otro sexo. Esa afirmación no se sostiene por donde
se vea.
Es similar cuando se dice que el uso de condón provoca
libertinaje y promiscuidad en las relaciones sexuales. Que
me disculpen, pero no se puede frenar el impulso sexual en
los jóvenes una vez que, como ellos mismos dicen, “se
les alborotan las hormonas”.
Con la educación se frena, controla o se establecen
pautas desde que son niños. Debemos reconocer que se
llega a la edad en que se despierta el apetito sexual no con
fines de reproducción, como lo dice la Iglesia, sino
por el mero placer y satisfacción sexual.
Es nuestra responsabilidad en función de los valores
decirles a los jóvenes que el disfrute sexual puede
tener ciertas consecuencias y que deben aprender las medidas
de precaución. También tenemos reglas sobre
cuándo es apropiado que comience su actividad sexual.
Entonces, no es cierto que el aborto vaya a aumentar la promiscuidad,
tampoco es cierto que el condón lo vaya a provocar.
Ésas son falacias mal planteadas.
Mientras que en Yucatán la legislación
permite el aborto por razones económicas, en el norte
del país diputados pusieron “candados”
a su legislación, ¿esto es posible?
Eso es debatible porque las constituciones siempre son sujetas
a modificación, aun con los candados que quieran. Si
ahorita el candado dice que la vida comienza en el momento
de la concepción, al cambiar la Legislatura y el gobernador
puede llegar una propuesta y se modifica la Constitución.
Los candados son removibles, pero depende de la voluntad de
las personas y de las cámaras legislativas; sin embargo,
en todas las legislaturas las mujeres son minoría y
su fuerza negociadora es poca, por lo que no es fácil
que pase en los estados.
Los pasos del DF son garbanzos de a libra. El DF tiene ya
algunos años de estar gobernado por un partido de izquierda
que aparenta tener ideas más progresistas en estos
aspectos; a lo mejor en otros aspectos no es tan progresista,
pero al menos en este caso ha dado prueba con la despenalización
del aborto y la ley de convivencia.
Nosotros tendríamos que sentarnos a revisar estado
por estado para conocer las condiciones y poder hacer un pronóstico.
Lo que siempre se ha sabido es que las ideologías conservadoras
no apoyarían estas medidas, tendrían que ser
ideologías liberales o progresistas.
¿Qué le espera a Veracruz?
Mi pronóstico para Veracruz es que aquí no va
a suceder, al menos no en estos momentos. Al igual que en
todas las entidades, nuestro estado tiene una parte de mujeres
y hombres progresistas, desafortunadamente están en
minoría. Son temas que no se van a discutir fácilmente,
pero siempre hay que confiar que esto no es para siempre,
que los tiempos son cambiantes.
Confío mucho en que las generaciones jóvenes
tengan una actitud diferente porque los tiempos para ellos
van a ser muy difíciles, y quizá sigamos viendo
madres solteras con niños maltratados porque cuando
una mujer no está preparada para tener la responsabilidad
de los hijos, vuelve a las criaturas seres miserables porque
les estropea la vida, eso es algo que nos debiera quedar claro.
Incluso, en el mejor de los matrimonios hay que evaluar si
uno entiende lo que es tener hijos y lo que uno hace con ellos.
Lo mismo es respetable que una mujer me diga que no quiere
tener hijos y la que quiera tener 10 si está consciente
de lo que está haciendo.
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