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Año 8 / No. 331 / Octubre 27 de 2008 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

No sólo en su producción y consumo

También hay desigualdad en la daistribución de alimentos

El problema de la seguridad alimentaria debe ser tratado desde la política económica, explicó Silvia Domínguez, directora de Sedesma

En los estados del norte se concentra el consumo, debido al poder adquisitivo de sus habitantes

David Sandoval

Existen fuertes desigualdades en México, tanto en la producción de alimentos como en la alimentación, declaró Silvia Domínguez López, titular de la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), en su participación dentro del Tercer Foro Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional, organizado por la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV).

Al dictar la conferencia “Accesibilidad y disponibilidad de alimentos”, la funcionaria estatal resaltó que cerca de 44 millones de mexicanos viven una inseguridad alimentaria, por esta razón deben generarse acuerdos y entendimiento para la creación de políticas públicas que incidan en el abatimiento del hambre.

Detalló que la seguridad alimentaria presenta en el contexto socioeconómico cuatro dimensiones: salubridad y buena calidad de los alimentos; estabilidad de la oferta; disponibilidad de alimentos, y el acceso a los alimentos, estos últimos caracterizados por la producción y el poder adquisitivo, respectivamente.

El modelo actual de desarrollo en México presenta una inestabilidad territorial; por lo tanto, el problema de la seguridad alimentaria debe ser tratado desde la política económica ya que se lastiman los sectores sociales más desprotegidos, explicó Domínguez López.

Actualmente, las regiones donde se fomenta el autoconsumo son las más marginadas de la República ya que la necesidad les hace comerciar gran parte de su producción e incluso su totalidad, buscando así obtener un ingreso económico que les permita adquirir otros productos.

Solamente algunos estados del norte como Sinaloa, Nayarit, Zacatecas y Jalisco registran índices aceptables de seguridad alimentaria, ello como resultado de la actividad económica que permite una distribución de los productos cultivados en otras regiones de México.

La seguridad alimentaria es un asunto de accesibilidad que implica una capacidad interna de consumo, determinado éste mediante el poder adquisitivo que tenga la población mexicana; por ello es importante que los mismos habitantes de las regiones adquieran los productos que generan, ya que en muchos casos los cultivos son cosechados para distribuirse en otras regiones e incluso enviarse al extranjero.

Al contexto mercantil que afecta las políticas de la seguridad alimentaria se suman factores como el cambio climático, generando eventos meteorológicos violentos y cada vez más impredecibles; también debe analizarse las políticas de uso de suelo que en la actualidad afectan a miles de campesinos y pescadores, expresó Domínguez López.

Además, en años recientes ha incrementado la producción de biocombustibles, alterando así el destino de los productos cultivados; por ejemplo –mencionó Silvia Domínguez–, para llenar un tanque de 90 litros con biocombustible se usa la misma cantidad de grano que alimentaría a una persona durante un año.