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Año 9 / No. 337 / Diciembre 8 de 2008 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Ni siquiera San Miguel de Allende registra semejante efervescencia

JazzUV, la mejor escuela musical
de México: Rodrigo Villanueva

Clínicas y conciertos, oportunidad única
para los músicos jóvenes

Aquí se encuentra la mejor escuela musical de la República”, aseveró Rodrigo Villanueva, director de la Lab Band de la Universidad Northern Illinois, refiriéndose al Primer Festival Internacional JazzUV, que organiza la Universidad Veracruzana (UV) y coordina el pianista veracruzano Edgar Dorantes.

JazzUV alcanza una estatura acorde con la nutrida actividad que, en este contexto, es propia de la ciudad de Xalapa, dijo Villanueva, y comparó favorablemente a la capital veracruzana con otros centros musicales en México.

Desde luego que hay centros musicales como San Miguel de Allende, en Guanajuato, que es un caso sumamente especial y que se distingue por ser morada de muchos ejecutantes de jazz, y con un renombrado festival que reúne anualmente a centenares de aficionados, “pero eso es distinto”, anota Villanueva.

“En San Miguel viven muchos músicos extranjeros retirados que generan actividad pero no la escuela que hay en Xalapa, donde los muchachos se preparan continuamente, cuentan con un ambiente propiciado por la UV. Es por ello que veo por decenas de bateristas, ejecutantes de metales jóvenes, percusionistas, tecladistas y bajistas. Todos son gente joven y nueva”

El impulso que Xalapa y la UV otorgan al jazz es básico en el contexto de la profesionalización, de acuerdo con la observación de Villanueva. Recuerda que hace 10 años era imposible para un músico vivir exclusivamente de tocar jazz, por lo que se veían en la necesidad del “hueseo”.

Los directamente beneficiados
Las clínicas programadas con gentes como Giovanni Figueroa, la Lab Band de la Universidad de Illinos que dirige Rodrigo Villanueva, Roberto Vizcaíno, Miguelito Cruz, Francisco Mela, Gabriel Hernández, Jason Palmer y muchos más, así como las audiciones en diversos recintos, se significan como un bagaje de enseñanza invaluable para los músicos regionales.

Ray Caddó, humilde saxofonista que casi ha perdido la vista y a quien frecuentemente se ve tocar en la calle de Enríquez para hacerse de algunos pesos, comenta: “Es una maravilla la enseñanza de tanta gente importante. Me sería muy difícil pagar unos cursos así, de modo que esto es para mí uno de los más brillantes aciertos de la UV. Conocer a estos artistas y tener la oportunidad de aprovechar su sabiduría, es como si se me abrieran las puertas del cielo”.

Lucio Sánchez, ex director de Orbis Tertius, comenta: “Esto es uno de los proyectos mejor logrados por la UV. Basta con ver la cantidad de jóvenes reunidos para darnos una idea de su importancia. Todo esto es el producto de una iniciativa que se dio hace muchos años con Memo Cuevas y que ahora continúa dignamente Edgar Dorantes”.

El bajista Óscar Terán: “Los buenos ejecutantes saben que aquí están sucediendo cosas, y el festival JazzUV es una de ellas. También ha funcionado para que los jazzistas nos integremos, porque lo que nos caracterizaba era una evidente desunión”.

Rolando Alarcón, baterista en Orbis Tertius: “JazzUV contribuye a engrandecer a nuestra ciudad y su naturaleza, tanto musical como cultural. El hecho de que sea gratis y para toda la gente es parte de un cambio de mentalidad. De ninguna manera abarata el concepto”.

Javier Cabrera, percusionista: “Con Edgar y su equipo, JazzUV toma la delantera en educación musical. Este festival responde a la inquietud de la gente, en el sentido de contar con buenos eventos sin importar la crisis por la que atravesamos. Artistas como Ray Caddó son los más beneficiados porque la dureza de la situación monetaria hace que no puedan sufragarse los costos de clínicas como las que se imparten aquí. La UV ha retomado su función primordial de entregar cultura a la ciudadanía, sin afanes lucrativos”.

Rodrigo Álvarez, percusionista y timbalista de concierto: “No sé cómo le hicieron para traer a estos artistas de primera calidad. Desde luego que la escuela de JazzUV viene a ensanchar las posibilidades de los músicos y de los melómanos. Todos tienen cabida aquí y se justifica plenamente la tradición musical xalapeña. No es necesario ser músico para aprovechar estas magníficas clínicas musicales”.

Opiniones similares enunciaron el flautista Carlos Aranda, el tecladista Alonso Blanco, el percusionista Cándido Hernández y muchos más, quienes observan con beneplácito esta iniciativa de la UV.