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Año 9 / No. 340 / Enero 12 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Para reactivar el turismo y la identidad regional

Restaura UV el Fortín Militar de Plan del Río

Ya no son ruinas como antes, ahora tiene acceso, señalamientos y una exposición permanente de su importancia histórica

Este proyecto recibió el Premio Nacional al Mejor Trabajo de Conservación del INAH

Edith Escalón

Plan del Río, Ver.- La bandera mexicana ondea de nuevo sobre el Fortín Militar de Plan del Río. Su asta no es de metal, es una vara de bambú de cinco metros que puso la comunidad “para que desde lejos, la gente sepa que ya está bonito, que tenemos un monumento histórico para visitar”, dice don Ato, uno de los 97 ejidatarios de la localidad.

En 2008 dejaron de llamar “las ruinas” al baluarte construido por los españoles en 1815 y sepultado durante décadas por la maleza y la indolencia oficial. Gracias a la restauración arquitectónica del sitio que realizaron investigadores y estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV), hoy es un símbolo de identidad local y una esperanza de desarrollo regional a partir del turismo.

“Aquí también hubo batallas, ¿verdá’ maestro?, ¿aquí pelearon en la Independencia y en la Revolución?”. Insistente, la señora Piedad espera la respuesta que ya conoce, sólo para reforzar con el peso académico la importancia de su pueblo natal: “El Fortín que tenemos en Plan del Río guarda un ‘cachito’ de la historia de México, por eso hay que conocerlo”.

Este año, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó a la UV el Premio Nacional al Mejor Trabajo de Conservación por este proyecto, que además de la rehabilitación del inmueble y la conservación natural del sitio, busca detonar la economía regional del municipio de Emiliano Zapata y fundar un museo de sitio que atraiga al turismo nacional e internacional.

Aquí estuvo Guadalupe Victoria
El Fortín fue construido por los españoles cuando la Independencia ya había empezado y era parte de un sistema –que incluyó a San Juan de Ulúa, Puente Nacional, la Fortaleza de San Carlos y otros baluartes– para defender desde puntos estratégicos el camino real por donde transitaban personas y mercancías entre el Puerto de Veracruz y el altiplano.

“Quien tenía el baluarte controlaba las comunicaciones y obtenía recursos para la guerra, aseguraba armamento, parque y mercancías, por eso era tan importante en tiempos de la Independencia”, explicó Alfonso García y García, investigador del Instituto de Antropología (IA) de la UV, arquitecto especializado en restauración y director del proyecto.

“En plena guerra, los insurgentes que luchaban contra España lo tomaron varias veces. Aquí estuvo Guadalupe Victoria, por ejemplo, aunque la gente a veces lo confunde con Santa Anna porque éste luchó en Cerro Gordo (localidad vecina) pero fue en otro tiempo”, añadió Sergio Vásquez, arqueólogo del IA e integrante del proyecto.

El turismo, prioridad de la gente
El baluarte histórico promete reactivar la economía de un pueblo de migrantes que vivía del comercio en carretera hasta que fue marginado por la nueva autopista Veracruz-Xalapa: “Hace un mes se fueron como 20 gentes a Estados Unidos, dicen que hay crisis allá, pero aquí está peor”, comenta doña Licha, dueña del restaurant “América” donde trabaja toda su familia.

“Con la nueva carretera todo se vino abajo. Antes vendíamos hasta tres mil pesos en un día, ahora si nos va bien, 400, y a veces nada, ni un solo cliente”, agrega Piedad, su hija, quien junto con otras personas de la comunidad integraron un Patronato para promover el Fortín como atractivo turístico y organizarse para conservarlo.

Don Lupe vende cocos, tamarindos y miel de abeja desde hace 30 años y reconoce que la situación económica esta difícil: “Todos tenemos parientes del otro lado que se han ido porque aquí ya no se puede, ya nada es como antes, a veces hasta la carretera está vacía. Nosotros esperamos que ahora con el Fuerte ya empiece a llegar la gente, aunque sea poco a poco”.

Es tan importante para los comerciantes el atractivo turístico del sitio que dicen estar dispuestos a aprenderse la historia “con fechas y todo” para invitar a la gente a que lo conozca. Sentado en su silla de plástico, desde donde ve pasar los coches que cruzan el pueblo sin detenerse, Don Lupe dice tener esperanzas: “Para ver el Fortín van a venir más, van a traer a otros a conocer y eso nos va a ayudar a las ventas”.

Para los investigadores de la UV resulta lógico que la gente considere el valor turístico del Fortín como una prioridad: “De hecho, ellos cedieron una parte de sus terrenos comunales para asegurar que el lugar y sus alrededores queden resguardados permanentemente”, comentó Sergio Vásquez, quien dijo que en las áreas verdes planean hacer también senderos ecológicos que complementen para el turista la visita al Fuerte.

Según relatan los comerciantes, la gente ya empezó a llegar: “Hemos tenido como 200 personas al mes, de escuelas como Chapingo y la UNAM, o de los alrededores. También hemos tenido turistas extranjeros, de Estados Unidos, Argentina, Inglaterra y Japón”, “muchos pasan preguntando qué hay aquí, y ya los acompañamos a visitarlo”, “con más promoción, yo creo que sí se mejora la venta”.

El baluarte, idéntico al original
La construcción está ubicada sobre un cerro desde donde se domina visualmente el camino real. Tiene siete lados y tres pisos, un puente levadizo, está rodeada por trincheras y un remate almenado para la protección de los soldados apostados en la azotea, explicó el arquitecto Alfonso García.

Para el INAH fue fundamental que la restauración respetara íntegramente el diseño original: “Para lograrlo, hicimos primero una investigación documental en archivos de construcciones militares españolas y en otros documentos, tres años nos costó realizar una búsqueda, una reconstrucción histórica del baluarte”.

Posteriormente, explicó, analizaron lo que quedaba de la construcción original y buscaron “testigos” arquitectónicos, indicios de cómo fue construido hace 200 años: “Incluso tuvimos que traer de Canadá vigas de ocho metros para los entrepisos, como las originales, porque en México ya no se consigue madera de esa medida”.

El Fortín de Órdenes Militares puede contener 80 defensores. En su almacén de víveres, encerrar 30 mil raciones, en su almacén de municiones, 230 mil cartuchos de fusil, 500 tiros de cañón y 600 granadas, según consta en documentos originales de la época colonial.

Veracruz, protagonista histórico
Para Alfonso García y García, el proyecto en Plan del Río reivindicará en parte el papel que tuvo Veracruz en las luchas armadas, sobre todo en la Independencia: “La libertad de México no sólo se fraguó en Hidalgo o en Guanajuato, nuestro estado también fue protagonista histórico, sobre todo al final, cuando la lucha estaba casi perdida”.

Coincidieron en que el sitio ha sido un escenario muy relevante para la nación y ahora más, a un año de la celebración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución: “El Fortín será un espacio para fomentar valores cívicos, conciencia histórica, arraigo e identidad”, aseguró Vásquez Zárate.

La restauración fue realizada en 2007 por un equipo de investigadores –arqueólogos, historiadores y arquitectos–, entre ellos Héctor Cuevas Fernández, Omar Melo y Jorge Pérez Quinto; estudiantes y académicos del Instituto, la Facultad y el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) e incluso voluntarios, que durante medio año participaron en la rehabilitación del inmueble histórico.

Fue posible gracias a un financiamiento de más de un millón de pesos otorgados por los gobiernos municipal, estatal y
federal que los universitarios ganaron por concurso, y a la donación de seis hectáreas de terreno, concedida por los ejidatarios de Plan del Río.


En los extremos, Alfonso García y García y Sergio Vásquez Zárate,
universitarios que participaron en el proyecto; al centro, pobladores de Plan del Río que donaron el terreno