Para reactivar el turismo y la identidad
regional
Restaura UV el Fortín Militar de Plan
del Río
Ya no son ruinas como antes,
ahora tiene acceso, señalamientos y una exposición
permanente de su importancia histórica
Este proyecto recibió
el Premio Nacional al Mejor Trabajo de Conservación
del INAH
Edith Escalón
Plan del Río, Ver.- La bandera mexicana
ondea de nuevo sobre el Fortín Militar de Plan del
Río. Su asta no es de metal, es una vara de bambú
de cinco metros que puso la comunidad “para que desde
lejos, la gente sepa que ya está bonito, que tenemos
un monumento histórico para visitar”, dice don
Ato, uno de los 97 ejidatarios de la localidad.
En 2008 dejaron de llamar “las ruinas” al baluarte
construido por los españoles en 1815 y sepultado durante
décadas por la maleza y la indolencia oficial. Gracias
a la restauración arquitectónica del sitio que
realizaron investigadores y estudiantes de la Universidad
Veracruzana (UV), hoy es un símbolo de identidad local
y una esperanza de desarrollo regional a partir del turismo.
“Aquí también hubo batallas, ¿verdá’
maestro?, ¿aquí pelearon en la Independencia
y en la Revolución?”. Insistente, la señora
Piedad espera la respuesta que ya conoce, sólo para
reforzar con el peso académico la importancia de su
pueblo natal: “El Fortín que tenemos en Plan
del Río guarda un ‘cachito’ de la historia
de México, por eso hay que conocerlo”.
Este año, el Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH) otorgó a la UV el Premio Nacional
al Mejor Trabajo de Conservación por este proyecto,
que además de la rehabilitación del inmueble
y la conservación natural del sitio, busca detonar
la economía regional del municipio de Emiliano Zapata
y fundar un museo de sitio que atraiga al turismo nacional
e internacional.
Aquí estuvo Guadalupe Victoria
El Fortín fue construido por los españoles cuando
la Independencia ya había empezado y era parte de un
sistema –que incluyó a San Juan de Ulúa,
Puente Nacional, la Fortaleza de San Carlos y otros baluartes–
para defender desde puntos estratégicos el camino real
por donde transitaban personas y mercancías entre el
Puerto de Veracruz y el altiplano.
“Quien tenía el baluarte controlaba las comunicaciones
y obtenía recursos para la guerra, aseguraba armamento,
parque y mercancías, por eso era tan importante en
tiempos de la Independencia”, explicó Alfonso
García y García, investigador del Instituto
de Antropología (IA) de la UV, arquitecto especializado
en restauración y director del proyecto.
“En plena guerra, los insurgentes que luchaban contra
España lo tomaron varias veces. Aquí estuvo
Guadalupe Victoria, por ejemplo, aunque la gente a veces lo
confunde con Santa Anna porque éste luchó en
Cerro Gordo (localidad vecina) pero fue en otro tiempo”,
añadió Sergio Vásquez, arqueólogo
del IA e integrante del proyecto.
El turismo, prioridad de la gente
El baluarte histórico promete reactivar la economía
de un pueblo de migrantes que vivía del comercio en
carretera hasta que fue marginado por la nueva autopista Veracruz-Xalapa:
“Hace un mes se fueron como 20 gentes a Estados Unidos,
dicen que hay crisis allá, pero aquí está
peor”, comenta doña Licha, dueña del restaurant
“América” donde trabaja toda su familia.
“Con la nueva carretera todo se vino abajo. Antes vendíamos
hasta tres mil pesos en un día, ahora si nos va bien,
400, y a veces nada, ni un solo cliente”, agrega Piedad,
su hija, quien junto con otras personas de la comunidad integraron
un Patronato para promover el Fortín como atractivo
turístico y organizarse para conservarlo.
Don Lupe vende cocos, tamarindos y miel de abeja desde hace
30 años y reconoce que la situación económica
esta difícil: “Todos tenemos parientes del otro
lado que se han ido porque aquí ya no se puede, ya
nada es como antes, a veces hasta la carretera está
vacía. Nosotros esperamos que ahora con el Fuerte ya
empiece a llegar la gente, aunque sea poco a poco”.
Es tan importante para los comerciantes el atractivo turístico
del sitio que dicen estar dispuestos a aprenderse la historia
“con fechas y todo” para invitar a la gente a
que lo conozca. Sentado en su silla de plástico, desde
donde ve pasar los coches que cruzan el pueblo sin detenerse,
Don Lupe dice tener esperanzas: “Para ver el Fortín
van a venir más, van a traer a otros a conocer y eso
nos va a ayudar a las ventas”.
Para los investigadores de la UV resulta lógico que
la gente considere el valor turístico del Fortín
como una prioridad: “De hecho, ellos cedieron una parte
de sus terrenos comunales para asegurar que el lugar y sus
alrededores queden resguardados permanentemente”, comentó
Sergio Vásquez, quien dijo que en las áreas
verdes planean hacer también senderos ecológicos
que complementen para el turista la visita al Fuerte.
Según relatan los comerciantes, la gente ya empezó
a llegar: “Hemos tenido como 200 personas al mes, de
escuelas como Chapingo y la UNAM, o de los alrededores. También
hemos tenido turistas extranjeros, de Estados Unidos, Argentina,
Inglaterra y Japón”, “muchos pasan preguntando
qué hay aquí, y ya los acompañamos a
visitarlo”, “con más promoción,
yo creo que sí se mejora la venta”.
El baluarte, idéntico al original
La construcción está ubicada sobre un cerro
desde donde se domina visualmente el camino real. Tiene siete
lados y tres pisos, un puente levadizo, está rodeada
por trincheras y un remate almenado para la protección
de los soldados apostados en la azotea, explicó el
arquitecto Alfonso García.
Para el INAH fue fundamental que la restauración respetara
íntegramente el diseño original: “Para
lograrlo, hicimos primero una investigación documental
en archivos de construcciones militares españolas y
en otros documentos, tres años nos costó realizar
una búsqueda, una reconstrucción histórica
del baluarte”.
Posteriormente, explicó, analizaron lo que quedaba
de la construcción original y buscaron “testigos”
arquitectónicos, indicios de cómo fue construido
hace 200 años: “Incluso tuvimos que traer de
Canadá vigas de ocho metros para los entrepisos, como
las originales, porque en México ya no se consigue
madera de esa medida”.
El Fortín de Órdenes Militares puede contener
80 defensores. En su almacén de víveres, encerrar
30 mil raciones, en su almacén de municiones, 230 mil
cartuchos de fusil, 500 tiros de cañón y 600
granadas, según consta en documentos originales de
la época colonial.
Veracruz, protagonista histórico
Para Alfonso García y García, el proyecto en
Plan del Río reivindicará en parte el papel
que tuvo Veracruz en las luchas armadas, sobre todo en la
Independencia: “La libertad de México no sólo
se fraguó en Hidalgo o en Guanajuato, nuestro estado
también fue protagonista histórico, sobre todo
al final, cuando la lucha estaba casi perdida”.
Coincidieron en que el sitio ha sido un escenario muy relevante
para la nación y ahora más, a un año
de la celebración del bicentenario de la Independencia
y del centenario de la Revolución: “El Fortín
será un espacio para fomentar valores cívicos,
conciencia histórica, arraigo e identidad”, aseguró
Vásquez Zárate.
La restauración fue realizada en 2007 por un equipo
de investigadores –arqueólogos, historiadores
y arquitectos–, entre ellos Héctor Cuevas Fernández,
Omar Melo y Jorge Pérez Quinto; estudiantes y académicos
del Instituto, la Facultad y el Museo de Antropología
de Xalapa (MAX) e incluso voluntarios, que durante medio año
participaron en la rehabilitación del inmueble histórico.
Fue posible gracias a un financiamiento de más de un
millón de pesos otorgados por los gobiernos municipal,
estatal y
federal que los universitarios ganaron por concurso, y a la
donación de seis hectáreas de terreno, concedida
por los ejidatarios de Plan del Río.
En los extremos, Alfonso García
y García y Sergio Vásquez Zárate,
universitarios que participaron
en el proyecto; al centro, pobladores de Plan del Río
que donaron el terreno
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