Revela investigación de la UV
Chile habanero: alternativa de amplio potencial
económico
Una hectárea puede producir
desde 20 toneladas (a la intemperie) hasta 200 (en invernadero)
al año. En Veracruz hay condiciones favorables para
su producción
Asistencia técnica,
organización social y falta de créditos dificulta
la siembra de esta leguminosa, aseguran campesinos

Juan Carlos Plata
El cultivo de chile habanero (Capsicum chinense)
es una alternativa de producción con un amplio potencial
económico y de diversificación de cultivos para
el estado de Veracruz, reveló la investigación
“Potencial productivo y limitantes para la producción
de chile habanero en la zona centro del estado de Veracruz”,
realizada por Romeo Ruiz Bello, catedrático de la Facultad
de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana
(UV) campus Xalapa.
De acuerdo con el estudio, en Veracruz existen 240 mil 276
hectáreas con potencial productivo óptimo para
el cultivo de chile habanero (localizadas principalmente en
los municipios de Hueyapan de Ocampo, San Juan Evangelista
y Playa Vicente), además de cinco millones 149 mil
355 hectáreas con potencial productivo mediano.
“Esta leguminosa es un cultivo muy extendido en la parte
sur del país, específicamente en Yucatán
–entidad que recibió, el 7 de octubre de 2007,
la denominación de origen de este producto–.
Los productores calculan que la demanda mundial para 2009
será de aproximadamente mil 500 toneladas”, sostuvo
el investigador.
Ruiz Bello explicó que la producción media de
una hectárea de chile habanero al año (que requiere
una inversión de 64 mil pesos) es de 20 toneladas.
Si se toma en cuenta que el precio promedio es de 10 pesos
por kilo, la venta total ascendería a 200 mil pesos.
En invernadero, se puede llegar a producir alrededor de 200
toneladas por hectárea al año, lo que generaría
alrededor de dos millones de pesos, con una inversión
inicial de 200 mil pesos.
“Estos números comprueban que este cultivo es
una alternativa bastante redituable en otras partes del país,
pero en Veracruz, donde hay condiciones favorables para su
producción, se desconoce ese potencial”, dijo.
Proceso de cultivo
Romeo Ruiz detalló que el proceso de cultivo requiere
hacer geminar la semilla en recipientes especiales hasta que
las plántulas alcancen una altura de cinco centímetros,
luego se colocan en bolsas hasta que tengan alrededor de 25
centímetros de alto y después son colocadas
en su lugar definitivo (que puede ser a la intemperie o dentro
de un invernadero).
Cada planta tiene frutos cada cuatro meses, y si todo el proceso
es llevado de manera correcta, cada una puede tener entre
tres y cuatro ciclos de cosecha al año.
Limitantes
De acuerdo con el estudio –que no sólo se enfocó
al potencial económico, sino también a la diversificación
del agroecosistema–, en la zona centro del estado los
productores agrícolas cultivan el chile habanero pero
sólo en áreas de traspatio, para el autoconsumo
o para venta artesanal, y sólo en el municipio de Ozuluama
(en el norte del estado) hay productores que tienen entre
media y dos hectáreas y comercializan su producto.
Ruiz Bello explicó que los campesinos aplican la diversificación
pero no en función de la obtención de beneficios
económicos o por conocimientos agroecológicos,
sino por sus propias necesidades básicas, por lo que
siembran diferentes tipos de chiles en superficies relativamente
pequeñas, porque sólo utilizan la cosecha para
autoconsumo.
La investigación también incluyó entrevistas
con comercializadores de esta leguminosa, quienes sostuvieron
que no existe una cultura regional de consumo de chile habanero,
por lo tanto, la demanda interna es baja.
Condiciones
óptimas para
el cultivo de chile habanero
Altura:
Hasta los mil metros sobre
el nivel del mar, a la intemperie.
Pendiente:
Rango de 0 a 5, óptimo;
de 5 a 10, mediano; de 10 a 15, bajo.
Suelo:
Las condiciones óptimas
se encuentran en suelos del grupo
de los livisoles. (Se desarrollan principalmente sobre
una gran
variedad de materiales no consolidados como depósitos
glaciares,
eólicos, aluviales y coluviales. Predominan en
zonas llanas
o con suaves pendientes de climas templados fríos
o cálidos
pero con una estación seca y otra húmeda,
como el clima
mediterráneo. Cuando el drenaje interno es adecuado,
presentan una gran potencialidad para un gran número
de cultivos
a causa de su moderado estado de alteración
y su –generalmente– alto grado de saturación.)
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Romeo Ruiz Bello
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